Economía

Defensores y detractores de la expansión monetaria

  • La inyección de liquidez que la Fed prevé para la próxima semana servirá para reforzar el consumo y el empleo en EEUU, pero genera polémica en la Eurozona y emergentes

La puesta en marcha de las medidas de expansión monetaria de la Fed, que inyectará liquidez al mercado la próxima semana, está generando desacuerdos. Por un lado, porque el impacto será distinto para los países desarrollados y los emergentes, y de otra parte, porque es una medida que sirve para solucionar los problemas de la economía americana, pero no los del área euro.

En EEUU, el impacto de la expansión monetaria del próximo martes servirá para atajar el alto desempleo y el débil consumo, dos problemas derivados del ciclo, y por tanto susceptibles de solución sólo con aplicar la medicina monetaria, a través de la compra de deuda pública a los bancos. Sin embargo, los problemas de la Eurozona son estructurales. Y han derivado en tensionamiento de la deuda periférica, frente al núcleo, porque los déficit de las finanzas públicas se han disparado a causa precisamente de ese desajuste estructural entre ingresos y costes. Un problema que sembró dudas en su momento sobre la propia viabilidad de la Unión Europea, y que sigue generando reacciones políticas -por ejemplo, Angela Merkel propuso un mecanismo permanente, no puntual, para ayudar a los países más endeudados-. Es en este contexto donde se percibe que la decisión que tomará EEUU tendrá consecuencias más allá de su propio ámbito.

Así, en EEUU los efectos de esta política expansiva se estiman positivos. Los bancos tendrán más liquidez, bajarán los tipos de interés hipotecarios y se estimulará la financiación corporativa y el crédito. Todo ello, repercutirá positivamente en las empresas, que a la postre estarán en condiciones de generar más empleo. En la Eurozona, sin embargo, las consecuencias serán más diversas. De un lado, la subida del consumo afectará positivamente también a empresas europeas, que verán reforzada la demanda de sus productos. Sin embargo, la mayor oferta de dólares forzará la apreciación del euro frente a la divisa estadounidense, perjudicando las exportaciones en un momento en que son críticas para compensar el flojo consumo interno. En los países emergentes la situación es distinta. Con sus economías en pleno crecimiento, su problema es cómo contener la inflación sin tener que subir los tipos de interés, lo que provocaría una apreciación de sus moneda frente al dólar. Lo que tendría un efecto negativo para sus exportaciones. En resumen, se pone de manifiesto que siguen sin alcanzarse consensos a nivel global para reducir el impacto de las decisiones unilaterales.

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