La emoción sigue. El baile por la conquista del tercer diputado en Granada, ahora mismo del lado popular, continuará hasta mañana cuando se proceda al segundo recuento de los votos ya escrutados el domingo (los emitidos en urna y por correo dentro del territorio nacional). Este escrutinio general, que debe finalizar antes del sábado, se hará en las juntas electorales provinciales, e incluirá ya el voto de los españoles residentes en el extranjero (CERA) lo que puede modificar el resultado ajustado que hay en Granada, donde el PP superó al PSOE por 743 votos en un primer recuento de infarto con una remontada de los populares a última hora. Pero ahora hay que esperar a las papeletas de los 3.226 residentes en el extranjero que solicitaron el voto por correo y cuya tendencia decidirá si la popular Concha de Santa Ana mantiene el tercer escaño o si hay un nuevo vuelco y lo pasa a ocupar la candidata socialista Ana Belén Palomares.

De hecho, los comités de los partidos a nivel nacional son conscientes de que los 743 votos de Granada son un margen prudencial para esperar hasta mañana y evaluar si el PP se queda los 123 escaños con los que cerró la noche el domingo o si el PSOE se suma uno más hasta los 91 y baja a los populares a 122. Un cambio que no sería decisivo para modificar el panorama ingobernable a nivel nacional, puesto que las calculadoras de los pactos seguirían sin reflejar una alianza posible para llegar a la ansiada cifra de los 176 apoyos que se necesitan para gobernar la Cámara Baja.

Pero que sí cambiaría mucho el análisis y la interpretación electoral de los partidos a nivel provincial. Si el presidente del PP granadino, Sebastián Pérez, esperaba hasta bien pasada la medianoche del domingo para valorar con el 100% escrutado que la victoria de su partido en Granada es "una victoria ajustada, pero muy merecida", con un nuevo vuelco podría tener que reorientar su discurso y amortiguar el golpe de la derrota. Ese ejercicio que intentó en la misma noche la secretaria general del PSOE provincial, Teresa Jiménez, afirmando que el resultado es "muy ajustado" y obviando, de camino, que es el peor resultado para los socialistas granadinos en unas elecciones generales en las que siempre habían conseguido, al menos, tres diputados para el Congreso.

Fueron las valoraciones aceleradas de los dos dirigentes tras una noche de teléfonos móviles 'echando fuego' y en la que los dos partidos siguieron atentamente el avance de la votación por la página web de datos del Ministerio de Interior. El voto rural, el que se contabiliza más rápido, fue dando ventaja al PSOE desde primera de la noche y situando a Ana Belén Palomares en el Congreso junto a los dos primeros del PSOE, Elvira Ramón y Gregorio Cámara. Sin embargo, el PP fue acortando la distancia con rapidez a partir del 80% del escrutinio hasta que en el 90,32% superó por primera vez a los socialistas por apenas 308 votos. Igualdad que se mantuvo hasta el 95,02% cuando el Partido Socialista tomaba la cabeza por 118 votos y Palomares coqueteaba de nuevo con el disputado tercer escaño, que finalmente se quedó Concha de Santa con el último adelantamiento del PP en el 98,84% del escrutinio que se prolongó hasta los 743 votos de diferencia en el cierre del primer recuento oficial.

En todo caso, 3.226 votos se antojan pocos para que el PSOE pueda dar un nuevo giro a la historia. Incluso, aunque el voto de los emigrados se presupone favorable a la izquierda. Tampoco tendría opción Podemos de escalar un puesto, pese a que sumar más votos de los residentes le pueda servir para engordar una cifra histórica de por sí. La formación morada quedó tercera contra todo pronóstico en su primera participación en unas generales sumando 83.051 votos.

Un resultado que Podemos ha cimentado en el voto urbano y, más concretamente, en el de la capital, donde se quedó a menos de 4.000 votos del PSOE. La formación de izquierdas intentó apuntalar también durante la campaña su fortaleza en ciertos municipios del Área Metropolitana donde gobierna bajo diferentes coaliciones. Es el caso de Atarfe, La Zubia y Peligros, donde el partido morado ha sacado un buen número de votos, aunque también en lugares en localidades como Armilla, Maracena o Albolote, la marca Podemos ha arañado muchos sufragios. Tampoco es desdeñable su estreno en Motril con el 18,99% de los votos (5.507).

A nivel simbólico, Podemos puede decir que ha puesto el color morado en el mapa provincial de los generales. Y es que el pequeño pueblo de Cáñar, situado en la parte noroccidental de la Alpujarra, ha roto la tendencia del rojo y el azul con los 43 votos que le dan la victoria a Podemos en dicha localidad. Eso sí, un triunfo ajustadísimo con uno de diferencia sobre el PSOE y cinco sobre el PP.

Este crecimiento vertiginoso de Podemos está íntimamente relacionado con el declive de Izquierda Unida, que ha perdido casi 15.000 votos en la provincia respecto al 2011. Lo más positivo para UP-IU es que, como Podemos, también puede decir que ha ganado los generales en un municipio granadino y, además, en uno que votaba unas generales por primera vez. Se trata de Dehesas Viejas, segregado de Iznalloz, que se estrena con una victoria del partido de Alberto Garzón con 190 votos a favor (38%) frente a los 146 que consiguió el PSOE (29,20%). En este sentido, cabe destacar que el otro pueblo novato en unas generales, Valderrubio, se decantó del bando socialista.

El debut de Ciudadanos también ha sido destacado con el logro de un diputado, aunque C's esperaba durante la campaña irrumpir con dos escaños en Granada. Como en el caso de Podemos, la capital ha sido el bastión naranja con 22.212 votos que han compensado sus bajos porcentajes en ámbitos rurales. No obstante, los grandes municipios del Cinturón y las cabeceras de comarca sí se han mostrado más proclives a C's e, incluso, en algunas como Loja, Baza y Huéscar ha llegado a situarse por encima de Podemos.

El avance de las formaciones morada y naranja en la provincia es significativo, pero también la resistencia del bipartidismo que habiendo perdido 107.739 votos (79.457 los populares y 28.282 los socialistas) todavía maneja las riendas de la política local y vence en 168 de los 170 municipios que fueron a las urnas el domingo. En concreto, el PP pone su pica en 44 localidades granadinas y el PSOE lo hace en 124. Las victorias de más peso de los populares se concentran en la capital- pese a que pierde 21.941 votos-, en el bastión costero de Almuñécar y en Guadix como gran punto azul del Norte de la provincia. Además, en el Área Metropolitana supera por menos de un punto al PSOE en grandes núcleos como Armilla, Albolote, Churriana de la Vega, Gójar, La Zubia y Alhendín.

Por su parte, el principal logro del PSOE en estos comicios ha sido recuperar las ciudades de Motril, Baza y Loja, además de lugares emblemáticos que perdió en la debacle general del 2011 como Huéscar. De esta manera, apuntalan su influencia en toda la parte septentrional de la provincia, donde sólo se escapa al color rojo la Puebla de Don Fadrique y en el Poniente. Algo más dividida están la Alpujarra y la Costa Tropical, comarcas en las que el PP mitiga un poco más la importancia del voto rural para los socialistas. Asimismo, en el Área Metropolitana resisten en Maracena y Atarfe, y afianzan su posición en la Vega profunda sacando muchos votos en Pinos Puente, Valderrubio, Fuente Vaqueros, Santa Fe, Cijuela y Chauchina, entre otros pueblos.

En lo relativo a la estadística, Turón sobresale como el municipio con mayor apoyo aun partido, ya que el PP ha sacado el 70% de los votos. Por su parte, el PSOE gana en Alamedilla con el 67% de los apoyos.

Por último, respecto al Senado esta vez habrá reparto equitativo de sillones entre los dos guardianes del bipartidismo. Por parte del PSOE salen elegidos José Martínez Olmos y Ana Gámez, mientras que el PP estará representado por Sebastián Pérez y por Rocío Días, la concejal de Turismo en Granada, que entró en el último momento del recuento por su compañero Luis González.