Jesús Cintora. Periodista

"Advertí a Pablo Iglesias del follón en el que se metía"

  • Jesús Cintora presentó 'Las mañanas de Cuatro' hasta que Mediaset los destituyó porque quiere "que los presentadores traten la información de manera objetiva". Ahora dirige 'La hora de la verdad' (Espasa).

El libro de Jesús Cintora (Soria, 1977) lo anuncia como el presentador de Las mañanas de Cuatro, "el programa de actualidad en televisión matinal más visto de España", pero desde finales de marzo su puesto lo ocupa Javier Ruiz. Mediaset, propietaria de Cuatro, tomó la decisión de destituirlo porque pretende "que los presentadores traten la información de manera objetiva". En La hora de la verdad (Espasa), Cintora analiza la realidad a través de entrevistas con personajes de la actualidad política que ha conocido en su trayectoria.

-¿Cuál es la hora de la verdad?

-En el prólogo de mi libro, Iñaki Gabilondo habla de contar lo que ocurre de forma muy clara, nítida y directa. Ahora es el momento de contar las verdades del barquero en un escenario muy abierto. Gobierne quien gobierne, está claro que los cambios son necesarios.

-¿Las verdades del barquero son las que cuentan sus entrevistados?

-Tienen puntos de vista que creo que son muy dignos de tener en cuenta. Está la forma de contar las cosas de un maestro de periodistas, como Gabilondo, o la de alguien que comunica de forma directa, pero muy distinta, como Miguel Ángel Revilla, que conecta con un público muy amplio.

-¿El libro es espontáneo o buscado? 

-He tenido la suerte de trabajar con muchos de los que aparecen. Prácticamente todos han sido mis colaboradores o compañeros directamente. 

-Se ha convertido en un experto en tertulianos.

-Lo interesante es que son personas que hablan de la actualidad sin rollos. Son personas que nos cuentan historias porque son expertos, pero también porque saben contarlas.

-¿Es un libro sobre política?

-No lo creo. Trata de realidades que están pasando y que son las principales inquietudes de los ciudadanos, como el paro, la corrupción o los recortes en sanidad y educación. A esto se le llama política, pero yo prefiero llamarlo las verdades que ocurren a nuestro alrededor cada día y no nos cuentan. 

-¿Cree que hay cierta desafección de la ciudadanía hacia la política?

-Lo que hay es un cabreo con la forma de hacer política que han empleado algunos dirigentes en los últimos tiempos. Debería ser el momento, aunque no se haga porque no interesa, de coger el toro por los cuernos en los casos de corrupción e impedir que se dilaten las causas judiciales. Es el momento de repartir la riqueza de otro modo y quienes nos piden dar ejemplo no han tributado al fisco. Hay desafección con eso, pero debemos pensar que se pueden hacer las cosas de otra manera.

-¿Es optimista?

-Pienso que existe en un interés en hacer las cosas de otra forma. Lo que pasa es que, a veces, por intentar decirlo, te hacen pagar por ello y te quieren hacer pasar por caja por haber dicho la verdad. 

-¿Tiene que ver esto con su destitución como presentador en Las mañanas de Cuatro?

-Lo que puedo decir es que yo no tengo ninguna demanda ni condena por mentir. He tenido un gran compromiso por contar la verdad. Me he currado la verdad y la verdad duele. A veces es más cómodo que nadie cuente las cosas sin pelos en la lengua. 

-La verdad duele en todos los bandos, pero a usted lo tacharon de no ser objetivo.

-Entre quien defiende la amnistía fiscal y quien la critica, voy con los segundos. Entre quien dice que hemos salido de la crisis y quien la vive en sus propias carnes, igual. Sé que estamos en crisis y nadie me va a convencer de lo contrario. 

-¿Esa debe ser la labor del periodista?

-Hay cosas irrefutables y con la verdad no se puede ser imparcial. Hay cosas que son discutibles, pero hay que ver si las que he mencionado son o no para ser parcial.

-Habla de coger el toro por los cuernos. ¿Es el momento propicio?

-Es una situación donde todo está cambiando. El bipartidismo parece que se ha abierto a más posibilidades. No sé lo que va a ocurrir, pero el libro ofrece entrevistas a jóvenes políticos que dicen que quieren el cambio y a partir de las conversaciones el público puede sacar conclusiones.

-¿Que conclusiones sacó de su experiencia con estos nuevos políticos?

-Al primer programa que presento, invito a un tal Pablo Iglesias, que lleva coleta y pendientes, y a un tal Pedro Sánchez totalmente desconocido en la primera línea. Igual con Albert Rivera y Alberto Garzón. He visto cómo esta gente ha llegado al primer lugar del escalafón. He visto sus dudas y lo difícil que es moverse en un partido. Muchas veces el político está más preocupado por hacer batalla interna que en hacerla con los problemas de los ciudadanos y eso debería cambiar. 

-¿Por eso nacen los partidos emergentes?

-Surgen es porque hay gente que quiere votar esas opciones políticas. Mi objetivo es reflejar que hay nuevas generaciones de políticos que quieren hacer las cosas de manera distinta y el libro queda como testimonio. 

-¿Cómo reacciona cuando Pablo Iglesias le dice que va a fundar Podemos?

-Yo ficho a un Iglesias totalmente desconocido en 2013 y al año decide crear un partido político. En ese tiempo, veo como un colaborador, al que llamo porque lo veo en Youtube, se convierte en uno de los políticos más valorados en las encuestas. 

-¿Y cuando Albert Rivera le invita a entrar en Ciudadanos?

-Fue en 2012. Después de una tertulia me cuenta que está intentando extender Ciudadanos más allá de Cataluña y que si tenía interés en figurar en la lista del partido por Madrid.

-¿Se le pasa por la cabeza decirle que sí?

-Me lo tomé a broma. A día de hoy no me he planteado ejercer la política. Cuando Pablo Iglesias me dijo que iba a crear Podemos le advertí sobre el follón en el que se metía, pero respeto mucho que considere que hay cosas que cambiar y que se puede hacer política de otra manera. 

-¿Le ha faltado alguien?

-Mucha gente. Esperemos que me dejen seguir. Siempre hay algo que contar y hay que tener los ojos abiertos.

-A veces tienen que ayudarnos a abrir los ojos.

-Creo que hay gente que trata de mirar hacia otro lado y, en determinadas situaciones, hay quien intenta ponernos un velo, pero la realidad es la que es. 

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