La difícil coyuntura económica no parece entender de tradiciones. La notaría, que durante décadas ha gozado de un gran prestigio y una envidiable estabilidad profesional, parece que ya no escapa a los problemas que afectan al resto de sectores empresariales, especialmente al inmobiliario. Lo explica Salvador Torres, cabeza visible de los notarios granadinos.

-Los notarios se quejan muchas veces de ser unos incomprendidos ¿Cómo definiría su profesión?

-Se puede decir que somos profesionales independientes que ejercemos la función pública de controlar la legalidad de todos los actos en los que intervenimos y de dar fe pública de los hechos que presenciamos. En ese sentido, somos funcionarios al margen de la Administración que cobramos directamente del usuario. Los precios varían dependiendo de la materia. Algunos aranceles los fija el Gobierno y otros nosotros mismos. En ese último grupo están las hipotecas o las pólizas de los bancos.

-España es el país europeo donde más testamentos se otorgan, ¿ hay alguna razón especial?

-Sí, se debe a que el arancel que fija el Gobierno para estos actos es muy barato, incluso por debajo de su coste real. Formalizar un testamento sale, de media, por 30 euros, mientras que en otros países cuesta muchísimo más dinero.

-¿Cómo está afectando la crisis a los notarios?

-Se está notando muchísimo. Durante estos últimos años, se han venido haciendo fuertes inversiones en nuevas tecnologías y personal con el fin de prestar nuevos servicios a los ciudadanos y cumplir con nuestras obligaciones ante la Administración. Ahora eso hay que pagarlo con muchos menos ingresos, lo que está provocando que gran parte de las oficinas vean peligrar su viabilidad a corto y medio plazo.

-¿Han sido ustedes cómplices de la situación en la que estamos?

-Más bien hemos sido víctimas. No es el notario el que concede los préstamos ni el que construye o vende las casas. En todo ese proceso intervenimos para hacer la escritura, nada más.

-Si los notarios controlan la legalidad de los actos que presencian, ¿cómo es posible que haya tantos casos de corrupción urbanística?

-Cuando nosotros hacemos las escrituras nos basamos en los documentos que nos trae el particular y que vienen avalados por certificaciones o licencias que otorgan los ayuntamientos. Si los ayuntamientos certifican que una obra es legal, el notario, en principio, tiene que darla por buena. De lo contrario, suplantaríamos sus competencias.

- ¿Es justo el sistema hipotecario actual, que obliga seguir pagando el crédito después de que el banco se quede con la vivienda por el 60% de su valor inicial?

-Reconozco que el sistema es injusto tal y como está concebido, sobre todo porque los bancos sobretasaron las viviendas durante muchos años y, a la hora de la verdad, se ha visto que valen mucho menos de lo que se decía. Ahí existe mucha responsabilidad de las entidades de crédito y sus propias empresas tasadoras.

-¿Qué piensa sobre la dación en pago como fórmula para saldar una deuda con garantía hipotecaria ?

-Bueno, es una posibilidad de la que se está hablando ahora, aunque yo creo que no soluciona todo el problema. La dación en pago permite al deudor librarse del total de la deuda y, en ese sentido, es una buena operación para él. El inconveniente es que los bancos están ya saturados de viviendas, lo que compromete su función principal: dar créditos.

-Como experto en el tráfico económico, ¿qué reformas cree que son imprescindibles para fomentar la actividad económica y generar empleo?

-En España hay un problema estructural: tradicionalmente las Pymes están muy abandonadas, siendo las más numerosas e importantes. Todas las negociaciones del gobierno y sindicatos van dirigidas a grandes sociedades, que no son las que pueden sacar a nuestro país de la situación en que está. Habría que cambiar esto.

-¿Qué le diría a una persona que está preparando las oposiciones para notario?, ¿Sigue siendo una profesión tan atractiva como antes?

-Bueno, desde el punto de vista profesional sigue siendo un trabajo bonito y variado. Aunque, desde luego, visto desde la perspectiva económica ya no ser notario ya no es tan atractivo. Debe saber que van a entrar ganando muy poco y trabajando muchas horas. Posiblemente, los tiempos en que la notaría tenía unos ingresos superior a la media de profesiones jurídicas han acabado y no regresen.