El PP tiene decidido casi al cien por cien que Concha de Santa Ana y Pablo García ocupen, por ese orden, los dos primeros puestos de la lista al Congreso de Diputados para las elecciones del 20 de noviembre.

Varias fuentes del partido consultadas por este periódico coinciden en que así será. Concha de Santa Ana fue hace cuatro años una apuesta personal del presidente provincial, Sebastián Pérez. Su elección como número uno resultó una sorpresa para todos. Pérez está muy satisfecho del trabajo de la parlamentaria y, aplicando la máxima del fútbol, lo que funciona bien no hace falta cambiarlo.

Otra pista es el mensaje que le transmitió en público a Javier Arenas el pasado domingo. Más o menos vino a decirle al presidente regional que todos los que estaban en el Congreso lo habían hecho muy bien y que cuanto menos los movieran, mejor.

Pablo García es una figura en alza en el PP. El alcalde de Albolote fue recientemente nombrado vicesecretario general en la provincia y aunque no eran pocos los que pensaban que se convertiría en diputado provincial, la dirección le reservaba otro destino. No es otro que el Congreso de Diputados y en un puesto de salida que le garantiza salir elegido.

A partir de ahí hay más espacio para la especulación que para las certezas. Se sabe que Blanca Fernández Capel tiene buenos asideros en Madrid y eso, unido a la Ley de Paridad, le hace ser una firma candidata a ir en el número tres de la lista.

En cuanto al número cuatro, que probablemente también esté en el Parlamento porque Granada aporta cuatro diputados y todo apunta a que el PP ganará cuatro y el PSOE los otros tres, la idea inicial del partido era que la plaza fuera para Juan de Dios Martínez Soriano, un histórico de trayectoria reconocida.

Pero hay algo que ha trastocado los planes del partido, y es la intención del PSOE de que en el Parlamento de Andalucía no haya alcaldes. Eso significaría que para la próxima legislatura autonómica no podrían repetir Carlos Rojas (Motril), Santiago Pérez (Guadix) y Antonio Ayllón (Armilla). Este último es el que más preocupa porque de los tres es el único que no gobierna con mayoría absoluta y queda expuesto a la posibilidad de que una moción de censura lo mandara a la oposición. Sería un castigo demasiado duro para alguien por el que el PP apostó y apuesta muy fuerte. La solución podría ser incluirlo en el número cuatro de la lista al Congreso y convencer a Martínez Soriano de que optara a ser senador.

En el PSOE empiezan también a tenerlo claro. Cada vez hay menos dudas de que José Martínez Olmos, secretario de Estado de Sanidad, será el número uno. Sobre todo después del apoyo explícito que le dio Rubalcaba en su reciente visita a Granada, una visita que no era oficial (lo cual hasta habría justificado que le acompañara a visitar el PTS) sino privada y de contenido claramente electoralista.

Martínez Olmos desplazará a Cándida Martínez al número dos. La diputada forma parte de la ejecutiva nacional del partido, pero es que además también las bases apoyan su presencia en las listas, como está quedando de manifiesto en las asambleas locales para la elección de los candidatos.

El número tres, según apuntan fuentes del partido, sería para José Antonio Pérez Tapias, que tiene en su contra el hecho de ser demasiado crítico con la dirección (pertenece a la corriente Izquierda Socialista, que, sin ir más lejos, no apoyó la reciente reforma constitucional), pero esa circunstancia, paradójicamente, también es su aliada. Primero, porque la militancia quiere tener en el Congreso a alguien que represente a la izquierda menos moderada; y después, porque tradicionalmente el PSOE otorga un cupo de dos o tres diputados a la citada corriente y Pérez Tapias es, hoy por hoy, uno de sus más significados componentes.

De cumplirse todo lo anterior, quedaría fuera del Parlamento Manuel Pezzi, que como mucho iría en el quinto puesto porque el cuarto debe ser para una mujer.