Un mal año para las empresas, un mal año para el empleo y, en definitiva, un mal año para la economía granadina. El resumen de 2011 está marcado por el duro golpe que han sufrido los dos grandes protagonistas del sistema productivo: los trabajadores y los empresarios. El año que acaba de cerrarse no ha sido bueno ni para unos ni para otros. Cierto es que las cifras del paro son las más escandalosas, las que más titulares acaparan y las que más preocupan, pero también lo es que en la mayoría de los casos detrás de la dramática situación de los 98.158 desempleados de la provincia hay empresas que están lejos de pasar un buen momento.
En el último año, la persistente crisis económica ha enviado al paro a 8.889 granadinos más, elevando la cifra total de desempleados hasta los 98.158. En el periodo que va desde enero hasta octubre, en Granada han desaparecido 422 empresas, por lo que la Seguridad Social apenas cuenta con 22.812 sociedades que cotizan por sus trabajadores. En apenas doce meses, el recrudecimiento de las dificultades económicas, la acuciante morosidad que empuja a las empresas al borde del precipicio y la caída de la actividad han acabado con casi un 2% de las empresas y han engrosado las colas del paro un 9,9% más.
Lo peor es que se trata de un balance que empieza a ser habitual. Granada acumula ya más de cuatro años en los que el aumento del paro, de la morosidad, de las empresas disueltas, de los despidos, de los concursos de acreedores, de las regulaciones de empleo... se ha convertido en el pan de cada día. Desde 2007, la provincia ha visto cómo la crisis destruía 50.848 empleos y echaba por tierra la trayectoria de 3.972 empresas. Dicho de otra forma: en cuatro años el paro ha aumentado un espectacular 107% y el tejido empresarial se ha reducido más de un 14,8%. Aún se puede ser más gráfico: desde 2007 la crisis ha dejado en el paro a 35 parados y ha destruido casi tres empresas al día.
No hay muchos indicadores económicos que permitan prever un futuro inmediato más esperanzador para Granada. Porque, aunque en algunos casos 2011 sale 'ganando' respecto a 2010, la situación poco tiene que ver con la época de expansión de la economía granadina. Un ejemplo de ello es la constitución de sociedades mercantiles. Sí, ahora se crean más compañías que hace apenas un año, pero ni de lejos las suficientes para compensar la alta tasa de mortalidad de las empresas granadinas. Entre enero y octubre, según los últimos datos disponibles del Instituto Nacional de Estadística, Granada registró la creación de 1.202 empresas, un 4,3% más que en el mismo periodo de 2010. Sin embargo, la comparación con 2007 da una imagen más certera de la verdadera situación que atraviesa el tejido empresarial granadino y la iniciativa emprendedora. En los diez primeros meses del año en el que la crisis comenzó a dar sus primeros pasos, se constituyeron en Granada 2.889 sociedades mercantiles, lo que significa que en este 2011 el espíritu emprendedor de los granadinos ha decaído un 58,4%.
Sin nuevas empresas, la recuperación del empleo es un objetivo muy difícil de alcanzar. Sobre todo porque en la actualidad las compañías que no han cerrado, se enfrentan a situaciones muy delicadas. Un buen ejemplo de ello es que las regulaciones de empleo no cesan y los concursos de acreedores, tampoco. Entre enero y octubre de 2011 los expedientes de regulación de empleo de empresas granadinas aprobados por la Junta de Andalucía han dejado en la calle -temporal o definitivamente- a 1.320 trabajadores. En este mismo periodo de 2010, los granadinos involucrados en uno de estos procesos fueron algunos más: 1.355. Sin embargo, echar la vista atrás es dejar la puerta abierta al pesimismo, ya que en el ejercicio completo de 2007 los ERE que se llevaron a cabo en la provincia apenas afectaron a 138 granadinos.
Muy parecido es el caso de los concursos de acreedores. Entre enero y septiembre, de acuerdo a los datos publicados por el INE, un total de 56 empresas y familias se han declarado incapaces de asumir sus deudas con proveedores y entidades financieras. En 2010, durante este mismo periodo, fueron 67 los concursos acreedores aprobados por el Juzgado de lo Mercantil nº1 de Granada, así que, en términos de quiebras empresariales, 2011 ha dado un respiro del 16,4%. En 2007, sin embargo, apenas se declararon 6 procesos de suspensión de pagos en empresas granadinas.
El hecho de que, en algunos casos, 2011 parezca ser mejor que 2010 puede tener que ver con aquello de tocar fondo. Sin embargo, las previsiones de la mayoría de los analistas y del propio Gobierno no señalan en esa dirección. El ministro de Economía, Luis de Guindos, estrenó su cartera en el Ejecutivo de Rajoy anunciando que España entrará en recesión en 2012 y que no comenzará a levantar cabeza hasta bien entrada la primera mitad del año.
Hay quien piensa que los plazos pueden ser aún más largos. A corto plazo, la política de recortes públicos puede generar efectos contraproducentes en una estructura económica tan débil -y tan dependiente del sector público- como la granadina. La congelación del salario mínimo interprofesional, la de los sueldos de los funcionarios, la subida del IRPF y el posible aumento del IVA harán un flaco favor a la capacidad de consumo de los trabajadores, que al fin y al cabo es la que mueve la rueda de la economía española.
Con estas perspectivas, Granada se encomienda al turismo -habida cuenta de que el comercio interior no goza de su mejor momento y de que la construcción está muy lejos de crecer- para intentar salvar un año con un pronóstico muy oscuro.
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