Mientras el mundo occidental se despide de las fiestas navideñas y se va adentrando poco a poco en el año 2012, en otra parte del planeta, concretamente en China, recibieron el año nuevo hace muy pocos días.

Una celebración que tiene sus diferencias con respecto a lo que se conoce en el entorno más cercano, ya que el Año Nuevo Chino o primavera china, como también se conoce popularmente, no es una fiesta de una noche, sino que se prolonga durante dos semanas, del 23 de enero al 9 de febrero. Pero, a pesar de todo, en lo esencial, esta época, "es muy parecida a la Navidad porque hay muchas reuniones familiares y también muchas reuniones alrededor de la gastronomía", comenta la directora del Instituto Confucio de la Universidad de Granada, Mercedes López Roldán. Y es que, aunque China se encuentre a miles de kilómetros de distancia, hay tradiciones que no se pierden en ningún sitio a pesar de ser culturas tan diferentes y reencontrarse con los más parientes más cercanos es una de ellas.

Para los cientos de chinos que viven en Granada tal vez no sea un buen momento para ir a visitar a los suyos, pero no por ello pierden la costumbre de celebrar una de las fiestas más importantes de su país. Sobre todo, porque éste es el año del dragón, una figura milenaria de la que los chinos se creen descendientes y que "se asocia a la fuerza". Por eso, afirman que este año es propicio "para casarse, tener hijos o emprender un negocio".

El Instituto Confucio de Granada ofreció ayer la oportunidad de celebrar el año nuevo a aquellos chinos que viven en Granada o que se encuentran trabajando o estudiando muy lejos de casa. Un acto que amenizó la tarde a las decenas de asistentes que se acercaron hasta el colegio mayor Santa Cruz la Real y en el que hubo poesía, teatro, danza y canciones típicas de China y artes marciales. Una celebración que también quiso acercar esta cultura milenaria a los estudiantes de lengua china que están inscritos en el Instituto Confucio.

Tras las diferentes funciones, los asistentes pudieron probar algunas de las delicias culinarias que se comen en China es esta época como, por ejemplo, los raviolis de carne o de verdura. Una comida que "es muy típica en año nuevo porque es de difícil preparación y, antiguamente, sólo se comía en fechas muy señaladas", explicó la subdirectora del Instituto Confuncio, Bu Shang. Porque, aunque medio planeta crea que los raviolis provienen de Italia, lo cierto es que fue Marco Polo el que los trajo de China. Una degustación gastronómica en la que también hubo hun tun fritos hechos con harina y carne de cerdo o empanadilla al vapor. Otra forma de adentrarse en la civilización de la Gran Muralla.