Santos Ruesga, miembro del Consejo de Administración de RTVE desde el año 2007, aterrizó ayer en Granada para asistir a un curso de medios audiovisuales y periodismo digital en la Facultad de Comunicación. Él, que lleva tres años como consejero, conoce de primera mano la situación tan delicada por la que está atravesando la Corporación y advierte que es necesario velar por una televisión de calidad que lance mensajes independientes y equilibrados.

-¿Cómo va a repercutir en la calidad de TVE el recorte de 200 millones de euros que contempla el Gobierno?

-Es un recorte muy fuerte que va a repercutir de forma muy negativa y va a afectar, exclusivamente, a la televisión. Pero, sobre todo, el problema que se plantea es el hacerlo de golpe en un año porque, en este tipo de empresas, a primeros de ese año ya tienes comprometido el 90% del presupuesto y si se retira el 25%, tienes enormes dificultades para hacer frente a la situación. Al final, el recorte se carga sobre la compra de programas, derechos de emisión de fútbol y tenis que son el núcleo duro dentro de las audiencias. Además, también se prescindirían de ciertas series de televisión y de películas.

-Por lo tanto, se puede deducir que la audiencia de la televisión pública va a caer en picado.

-Evidentemente va a caer y esto es un riesgo porque se entra en un bucle, ya que a menor audiencia, menos presupuesto, lo que puede llevar a la televisión pública a ser relativamente marginal. Y, tal vez, hay una cierta intencionalidad por parte del Gobierno actual (por mucho que justifiquen los recortes) de minimizar la televisión pública, lo que responde un poco a su discurso ideológico de que lo público es ineficiente. La consecuencia es que va aquilatando la forma de pensar del conjunto de los ciudadanos y es necesario velar por una televisión que canalice un mensaje independiente, neutro y más equilibrado frente a las privadas.

-¿Van a beneficiar los recortes de TVE a las televisiones privadas?

-Sí, obviamente. En primer lugar, nos perjudicaron cuando se suprimió la publicidad y se introdujo un mecanismo de financiación muy vulnerable que ya estamos notando. Casi toda la publicidad fue a parar a las televisiones privadas y, aunque no pudieron absorber esos 600 millones de euros que ingresábamos de publicidad en RTVE, solo 300 o 400, esta inversión les benefició mucho económicamente. El segundo asalto se ha producido con los recortes, ya que al no permitirnos contratar el tipo de programación que genera más audiencia, ésta se irá trasladando hacia otras cadenas privadas. De este modo, la publicidad se desplazaría también. Además, generaría un efecto perverso porque las privadas perderían el referente de televisión de calidad y habría más telebasura.

-¿Se contempla como vía de financiación poner un canon a los ciudadanos y que paguen para poder ver una televisión de calidad?

-No. Yo abogo por la vuelta a la publicidad como la mejoraría de financiación. He hecho estimaciones en las que con tres o cinco minutos de publicidad cada hora, podríamos recaudar el recorte que se ha planteado ahora y esto permitiría mantener los estándares de calidad, pero ninguno de los partidos políticos están de acuerdo.

- ¿Cree que la siguiente medida para ahorrar gastos será realizar un segundo ERE en la plantilla?

-Yo no lo contemplo, pero esa dinámica de bucle de ir reduciendo cada vez más gastos puede hacer que, en un momento dado, se plantee una reducción de plantilla. Esa hipótesis no la descarto. Por otra parte, la idea que ha tenido el Gobierno de integrar la agencia EFE en RTVE podría ir en esa dirección. Cuando alguien en el ámbito de lo público habla de sinergías de empresas, lleva implícito un recorte de plantilla.

-Durante mucho tiempo se consideró a TVE como una televisión pro gubernamental ¿hasta qué punto podríamos decir que es independiente en la actualidad?

-Hemos logrado mantener un cierto equilibrio y las críticas continuas del PP indican que no es pro gubernamental, al menos, con el último Gobierno. Lo que estamos haciendo es respetar un sistema de cuotas de tiempos de emisión. Le dedicamos un 50% o un 60% de la emisión al partido que está en el Gobierno y el resto para la oposición, lo cual tiene su lógica porque el partido del Gobierno genera más noticias.

-¿Cómo valora el hecho de que sea la Junta Electoral Central la que marque los tiempos de cada partido en televisión en campaña electoral?

-Lo tenemos que respetar por ley, aunque probablemente tenga una cierta ventaja porque evita la conflictividad. Si los tuviéramos que decidir nosotros estaríamos en una disputa permanente.

-Hace un año el propio Consejo de Administración planteó que sus miembros pudieran tener acceso a la escaleta de los informativos de TVE ¿qué la pareció en su momento la medida? Se habló, incluso, de censura previa.

-Yo voté en contra y mis compañeros no me lo perdonan. Desde mi punto de vista esa decisión fue errónea porque afectaba a la independencia del periodismo. La medida no tenía justificación. Nosotros estamos encargados de definir la línea editorial, no de ver lo que escriben los periodistas en su día a día.