Granada

Los docentes plantean su rebelión propia contra los recortes

  • El profesorado empapela colegios e institutos con carteles de protesta y secunda paros diarios de 10 minutos

La mayoría de los profesores granadinos no secundó la huelga del 22 de mayo que convocaron los sindicatos contra los recortes anunciados por los Gobiernos central y regional en la educación pública, un gesto que se interpretó como una apatía generalizada en el sector. Sin embargo, este colectivo, que está integrado por más de 14.000 personas en la provincia, no quiere que acabe el curso sin dejar patente su malestar.

Esta semana, muchos claustros de colegios e institutos públicos han secundado de forma espontánea paros de diez minutos al comienzo y al final de la jornada escolar, una iniciativa que está calando en el resto de centros.

Pero además, en algunos municipios, los centros educativos están coordinándose para emprender acciones conjuntas e informar a los ciudadanos de lo que ellos consideran "un desmantelamiento del sistema educativo público". En pueblos como Atarfe o Loja, entre otros, tienen ya fijado un calendario de movilizaciones (8 y 15 de junio, respectivamente) que sacará a la calle por primera vez a todo el profesorado de Infantil, Primaria y Enseñanzas Medias, Postobligatorias y Artísticas.

Sindicatos como CSI.F, CCOO o UGT no quieren dejar pasar estas iniciativas e instan a los centros educativos a que se pronuncien públicamente contra los recortes, a que tomen partido, que no se resignen y emprendan acciones.

"Los profesores nos llaman preguntándonos: ¿y ahora qué hacemos?", explica el portavoz de Enseñanza de UGT, José Carlos García, quien se reúne hoy en la Delegación Provincial de Educación con los demás representantes sindicales para consensuar acciones.

Hay docentes que han llegado a proponer medidas más radicales, como cortar las actividades extraescolares, los viajes con los alumnos, las excursiones o las fiestas de fin de curso. "No estamos para celebrar nada", apuntaba la semana pasada la maestra María de los Ángeles Rojas, del CEIP Miguel de Cervantes de Molvízar. Consideran que las medidas que están adoptando los políticos para ajustar el déficit aumentan el desprestigio social que sufren los docentes en la última década. Incrementar sus horas lectivas semanales, disminuir los sueldos y reducir el personal constata la fama de que el funcionariado de la enseñanza pública trabaja poco, cobra mucho y tiene asegurado su empleo lo desempeñe bien o mal.

Ante esto, los docentes tienen ganas de patalear, pero sobre todo de hacer ver a las familias que el profesorado, además de dar clases, realiza tareas de forma voluntaria que no se les reconoce ni social ni económicamente. Por ejemplo: estar en los centros fuera del horario laboral para atender a padres y madres de alumnos; coordinar planes; participar en grupos de trabajo y cursillos de formación; responsabilizarse de programas de prevención o de la biblioteca del centro; efectuar tareas burocráticas desde casa con los medios técnicos personales que disponga el docente...

Aún así casi todos los centros han decidido hacer acciones que no afecten a los estudiantes.

"¿Qué culpa tiene el alumnado de la situación de crisis que estamos viviendo", decía el profesor Javier Alonso, del IES Ilíberis de Atarfe. Como él, son muchos los docentes que dedican horas extra a su trabajo. A él no le preocupa el aumento de horas lectivas impuesto por el Ministerio, "no recuerdo una semana que haya trabajado menos de 35 horas", dice. Pero se rebela contra la reducción de personal, pues el claustro de su instituto va a perder cinco profesores para el próximo curso, y contra la bajada de sueldos y eliminación de programas.

"El profesorado está indignado", añade el director del IES Hermenegildo Lanz, Raimundo Fornieles. Su centro, con 130 docentes, también perderá 14 profesores por los ajustes el próximo curso y han decidido dejar hasta las vacaciones un cartel que refleja ese malestar.

Los enseñantes andaluces van a sufrir rápidamente las consecuencias de los ajustes. Ya deberían estar trabajando y planificando la programación del próximo curso, pero las direcciones de los centros todavía no saben de dónde les va a recortar ahora la Consejería de Educación.

La enseñanza pública andaluza está todavía lejos de equipararse a la media nacional en algunos aspectos: los sueldos de los docentes son más bajos y ahora hay que sumarle la pérdida de un 21% de las retribuciones de los dos últimos años; las ratios están al límite, sobre todo en Secundaria; los planes de apoyo educativo han empezado a respetarse en el último curso; los medios tecnológicos son muy precarios, pues los centros carecen de la conexión necesaria para hacer uso diario de las TIC; y el profesorado necesita formación en idiomas para que el bilingüismo sea real.

Rebélate, Respeta nuestro trabajo o Respeta nuestro sueldo, son algunos de los lemas que CSI.F ha lanzado en la nueva campaña en defensa de la Pública además de resumir en un decálogo todas las medidas que están asumiendo los docentes como protesta y que recuerdan a la sociedad las tareas que asume este colectivo de manera voluntaria. Los docentes están cansados de tener que abordar cambios en el sistema cada vez que entra un nuevo ministro o consejero, pero han decidido luchar para que la sociedad sepa que se está dando otro paso atrás.

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