Granada

El malestar toma la calle

Extraño es el día en el que en las previsiones informativas no haya alguna convocatoria de protesta de sindicatos y trabajadores para denunciar los recortes económicos, llámese también ajustes -depende de quien lo cuente-. La razón principal es que no hay sector, especialmente el público, que se haya librado de los tijeratazos de las administraciones públicas, ya sea local, autonómica o nacional.

Las concentraciones en lugares públicos deben ser comunicadas por escrito a la Subdelegación del Gobierno en Granada por los organizadores con una antelación de 10 días naturales como mínimo y 30, como máximo.

La Ley Orgánica 9/1983, de 15 de julio, reguladora del derecho de reunión, precisa que cuando existen causas extraordinarias y graves que justifiquen la urgencia de la convocatoria y celebración, la comunicación podrá hacerse con una antelación mínima de 24 horas.

Los números facilitados por la Subdelegación reflejan que 2012 va a batir récord en concentraciones públicas. Hasta el 29 de febrero pasado, la institución tenía registradas desde que arrancara el año 99 manifestaciones o concentraciones (78 comunicadas y 21 no comunicadas), es decir, 49,5 cada mes (1,65 al día). 2012 vence si se compara con los tres últimos años. En 2011, hubo 400 (305 comunicadas y 95 no comunicadas; 33,3 al mes); en 2010, 444 (382 comunicadas y 62 no comunicadas; 37 al mes) y en 2009, 545 (425 comunicadas y 120 no comunicadas; 45,4 al mes).

Por acotar el campo de trabajo, se tomará como referencia las últimas semanas. Profesores de Motril han sido de los últimos en apuntarse a estas reivindicaciones públicas contra los recortes en Educación. Un nutrido grupo de docentes del instituto Beatriz Galindo La Latina está llevando a cabo una serie de protestas por la bajada presupuestaria de la educación pública. Son paros de 15 minutos que, en principio, tendrán lugar dos veces por semana. Se unen, de esta manera, a los numerosos compañeros de la capital que están secundando paros parciales en defensa de una educación que, a cuenta de los ajustes de la administración central (y, en cascada, de la autonómica) ven en serio peligro su futuro.

Y esa cascada llega hasta el escalón del ámbito local. Sin salir de Motril, los trabajadores de la Escuela Municipal de Música y Danza ya han superado las 5.000 firmas en apoyo a la continuidad de este centro educativo dependiente del Ayuntamiento, tras la supresión de las consignaciones que habitualmente se le destinan en los presupuestos municipales.

Los docentes de Secundaria de Loja han emprendido una campaña de movilizaciones para denunciar que los recortes van a suponer, entre otras cosas, la disminución de la plantilla en un 10%, lo que se traducirá el próximo curso en la pérdida de 16 profesores de los tres institutos de la localidad.

Son ejemplos concretos, porque lo que tienen claro los más de 14.000 profesores de la provincia es que no quieren que acabe el curso sin dejar patente su malestar.

Hace unos días, numerosos claustros de colegios e institutos públicos secundaron de forma espontánea paros de diez minutos al comienzo y al final de la jornada escolar, una iniciativa que está calando en el resto de centros.

Pero, además, en algunos municipios, los centros educativos están coordinándose para emprender acciones conjuntas e informar a los ciudadanos de lo que ellos consideran "un desmantelamiento del sistema educativo público". En pueblos como Atarfe o Loja, entre otros, tienen ya fijado un calendario de movilizaciones que sacará a la calle por primera vez a todo el profesorado de Infantil, Primaria y Enseñanzas Medias, post obligatorias y artísticas.

Sindicatos como CSI.F, CCOO o UGT no quieren dejar pasar estas iniciativas e instan a los centros educativos a que se pronuncien públicamente contra los recortes, a que tomen partido, que no se resignen y emprendan acciones.

Hay docentes que han llegado a proponer medidas más radicales, como cortar las actividades extraescolares, los viajes con los alumnos, las excursiones o las fiestas de fin de curso.

Pero el malestar no es solo de los que educan, sino también de los que aspiran a ello. Hay un colectivo de profesores afectados por la suspensión de los ejercicios que están recogiendo firmas para denunciar la situación en la que se quedan: desamparados después de llevar estudiando los últimos meses.

El pasado lunes puede considerarse una jornada paradigmática de cómo están los ánimos. Empleados de todos los sectores, sobre todo de la función público, salieron a protestar. A las puertas de la Delegación de Medio Ambiente, UGT se concentró en defensa del empleo y los servicios públicos y en contra del plan económico y financiero del Gobierno autonómico. Poco después, las protestas se trasladaron a Plaza Nueva, donde los funcionarios judiciales se concentraron frente al TSJA. Los sindicatos coincidieron en que la crisis económica está deteriorando este servicio público.

También hubo protestas en el sector sanitario. Los sindicatos profesionales de enfermeros, médicos y auxiliares se concentraron en diferentes centros -entre ellos, el de salud de Armilla y el hospital de Guadix- en defensa de la sanidad pública y contra el plan de reequilibrio de la Junta, que prevé una bajada de sueldo de los funcionarios y una reestructuración de la jornada laboral para los temporales.

La propia consejera de Salud, María Jesús Montero, dijo ese mismo día que le parecía lógico el rechazo a la bajada salarial, "pero la crisis obliga por imperativo legal llegar a un objetivo de déficit y somos un gobierno obediente. No podemos ser insumisos, por lo que vamos a cumplir el plan de reequilibrio aprobado por el Gobierno".

Y la semana comienza igual. Hoy, habrá concentraciones a las puertas de la Biblioteca Pública de Andalucía y en las oficinas del SAE de Cartuja. Y en el centro Licinio de la Fuente, los sindicatos irán a donar sangre en un acto simbólico bajo el lema 'Antes de que nos chupen la sangre, la donamos'.

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