trabajo El sector agrícola crece a medida que se acentúa la crisis

El campo, un oasis en la crisis

  • El sector de la agricultura absorbe más de la mitad de los contratos laborales que se han dejado de hacer en el ámbito de la construcción · "El campo siempre está ahí, es un recurso seguro", reivindica COAG

Han vuelto a las jornadas interminables de trabajo, al frío y al calor, a la lluvia y a la temporalidad en el empleo. Pero el campo se ha convertido en la tabla de salvación de miles de personas que han perdido su empleo y no encuentran más que un panorama laboral desalentador.

En estos momentos el paisaje rural de la provincia está más cuidado que nunca, aunque salpicado de miles de casas que no se pueden vender y que ocupan hoy un terreno que mucha gente del campo echa de menos ahora para cultivar. El suelo aprovechable es insuficiente para cubrir la creciente demanda de los agricultores y jornaleros que en estos tiempos de crisis han vuelto a sus orígenes: la tierra.

Pero muchos de los que hoy no encuentran suelo suficiente ayudaron a levantar los ladrillos. Hace más de una década los jóvenes empezaron a abandonar la tradicional actividad agraria de la familia para prosperar con trabajos menos duros y, sobre todo, mejor remunerados. La construcción y todas la actividades vinculadas a ese sector absorbieron gran parte de la mano de obra agrícola.

La crisis, que ha golpeado especialmente al ladrillo, ha acabado con este cuento de la lechera. Los 22.500 contratos laborales que la construcción generaba en Granada en un solo trimestre (el primero) de 2007 se han quedado en 8.900. Una rebaja del 60% en la contratación, que sería mortal de necesidad para la economía de cualquier municipio si no fuera porque el campo, ese recurso seguro que siempre está ahí, está ayudando a mitigar el drama.

La crisis no ha afectado a la agricultura más que para "ponerla en su lugar", como explica el secretario general de la coordinadora de agricultores en Granada, COAG, Miguel Monferrer. Incluso ha crecido. Desde hace cinco años las contrataciones de empleados en este sector han aumentado un 25%. En el primer trimestre (el más fuerte para el campo) de 2007 se hicieron en Granada 33.628 contratos laborales. Este año el número de empleos fue de 41.797 en el mismo periodo. Cabe deducir que el cultivo ha empleado a muchos (más de la mitad) de las personas que ya no encuentran contratación en la obra. Otros han optado por el sector servicios.

Para muchas personas el campo forma parte de sus orígenes, porque su familia se dedicaba a esta actividad. En algunos casos se fue abandonando por falta de mano de obra y en otros se ha podido mantener gracias a la llegada de inmigrantes, que han sustentado la labor del campo durante los años de bonanza económica.

"Los mismos españoles que no querían trabajar en el campo ahora hacen cola para pedir trabajo a los responsables de las explotaciones agrarias, que muchas veces son vecinos del mismo pueblo, conocidos de toda la vida que intentan ayudar a esas familias que están sin trabajo, aunque son demasiadas y es imposible", explica el Monferrer.

Este proceso de vuelta a los cultivos no se está produciendo de la misma forma ni en la misma medida en todo el ámbito rural de la provincia. Influyen muchos factores.

En la Vega de Granada o en la Alpujarra es donde más se está experimentando esta vuelta masiva de la mano de obra a la agricultura, porque suelen ser pequeñas parcelas que además no requieren demasiada inversión. En muchos casos no hay más que limpiar y acondicionar el terreno para empezar a producir en parcelas que antes estaban baldías.

No obstante, matiza Monferrer, muchos de los que han vuelto a cultivar las pequeñas parcelas lo hacen para el autoconsumo y poco más, porque ir más allá requiere ciertos trámites como el alta en la actividad agraria. COAG tiene cierta preocupación de que esto pueda acabar suponiendo una competencia desleal generalizada a los agricultores que cumplen todos los requisitos para vender e, incluso, exportar.

En otras zonas como la Costa, la vuelta a las explotaciones agrarias está siendo más complicada porque los invernaderos requieren una inversión importante -puede pasar de los 100.000 euros-. No obstante, las empresas de manipulación de estos productos que se cultivan en la Costa tienen ahora listas "inmensas" de españoles que buscan un empleo que antes no querían. "Hace unos años había que buscar a los trabajadores en el extranjero y ahora no se puede atender tanta demanda de empleo local", según el secretario general de COAG.

La evolución positiva de las contrataciones en la agricultura no cesa. Según el Servicio Andaluz de Empleo, en el último trimestre (de abril a junio) la contratación aumentó un 11% respecto al mismo periodo del año anterior.

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