Lejos, muy lejos de casa. Los pocos interinos que consigan trabajar este curso, apenas un 20% según las estimaciones de los sindicatos de enseñanza, tendrán que irse a dar clase al destino más remoto de cuantos existan en Andalucía. Por primera vez a estas alturas del verano hay más de un centenar de profesores funcionarios que todavía no saben dónde van a trabajar este curso, lo que significa que el 80% de la plantilla de interinos se podría quedar sin trabajo todo el año escolar, pues no habrá vacantes para cubrir.

Ya el pasado curso los colegios e institutos de la provincia de Granada se ajustaron el cinturón por primera vez en la última década en materia de personal. Concretamente, según las estadísticas que maneja el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, los centros públicos de enseñanzas no universitarias tuvieron 29 docentes menos que el curso anterior, con un total de 11.255 profesores registrados en Granada; y los privados, 68 menos, lo que dejó en 3.394 los docentes contratados en la Concertada.

En la Pública no había habido un sólo descenso en la última década, con una ascendencia continuada de ampliación de plantilla que vivió años históricos: en 1999 se engordaron los claustros con 734 docentes más y, en 2007, se hicieron hasta 844 contrataciones nuevas en la provincia.

Pero los recortes que se están aplicando en el país en materia de educación van a suponer un retroceso enorme en Andalucía. Con la ampliación de horas lectivas (2,5 horas más mínimo) por docente, el sindicato UGT cree que se va a reducir la contratación de unos 4.500 interinos de la región. "Lo que significa que al menos 500 docentes interinos de Granada se quedarán en el paro este año", dice el secretario general de UGT del sector en la provincia, Juan Martín. Sus cifras se estiman teniendo en cuenta que en el sistema educativo público andaluz hay entre 8.000 y 10.000 enseñantes sin plaza. Pero a esto hay que añadir que el Gobierno ha impuesto que no se cubran las bajas de menos de 15 días para ahorrar sueldos. "Esto supondrá un freno en los permisos de trabajo y que otros 4.000 interinos, como mínimo, no sean llamados para cubrir bajas", continúa en UGT.

El pasado mes de julio se publicaron las listas definitivas de colocación de efectivos en Andalucía y al menos un centenar de funcionarios tenían una nota que decía "pendientes de adjudicción". Los sindicatos creen que en septiembre no se quedará ni un funcionario docente en casa, porque la Consejería le buscará algún puesto en las delegaciones provinciales de Educación. Pero refleja la envergadura del recorte que ha supuesto para la plantilla de enseñantes andaluces.

La mayor escabechina se la está llevando las enseñanzas medias, sobre todo en especialidades como Lengua, Matemáticas o Filosofía, donde apenas se tirará de interinos. Sólo los que tengan muchos años de servicio podrán trabajar durante el curso. Eso sí, lejos, muy lejos de casa.

"El 80% de la plantilla de interinos debe olvidarse de la enseñanza pública este curso", dicen desde el sindicato Ustea. Esta formación ha denunciado además la asignación que ha realizado el Gobierno andaluz en tiempos de crisis, pues ha vuelto a 'colar' los enseñantes afines a medidas tan polémicas como el Plan de Calidad. Según informan en Ustea, los interinos que estaban adscritos al proyecto el pasado curso tienen prioridad en las listas de vacantes de estos centros.

"El aumento de jornada va a suponer cientos de desplazamientos de docentes con destino definitivo", augura Diego Molina, secretario general de Enseñanza de CCOO. En su opinión, menos profesores supondrá además "menos atención a la diversidad, menos refuerzos, menos atención a niños con necesidades educativas especiales y menos enseñanza compensatoria".

El maestro David Molina, interino de Granada, insiste en que este recorte va a obligar a muchos titulados a abandonar la profesión docente. "En nuestra comunidad es muy difícil trabajar como maestro fuera de la enseñanza pública, así que si no nos llaman, me quedaré sin oficio", dice.

El colectivo de docentes de la privada está también viviendo sus horas bajas, pues en el último curso se quedaron con 68 docentes menos. Aunque en la Concertada ya se había registrado un recorte importante en 2002-03, con un descenso de 46 profesores, fue en 2005-06 el curso en el que la contratación de enseñantes vivió su mayor caída, con 144 docentes menos que el año anterior.