Falta un mes para que comience el curso en la Universidad de Granada, pero su comunidad está ya calentando motores para rechazar públicamente las medidas de racionalización del gasto educativo aprobadas por el Gobierno el pasado 20 de abril y que se materializarán en éste.

El aumento de las tasas universitarias, la ampliación de horarios y funciones de la plantilla docente, la política de becas y la reducción de ayudas a los investigadores, son algunos de los fundamentos del malestar generalizado que reina entre estudiantes, profesores y personal de administración y servicios de las universidades.

Esta normativa (Real decreto Ley 14/2012) ya encontró la oposición de docentes y alumnos granadinos el pasado curso y se prevé que ocurra lo mismo a partir de septiembre, cuando se vuelvan a organizar las asambleas estudiantiles. La UGR comienza su periodo lectivo el 24 de septiembre, fecha hasta la cual estarán celebrándose exámenes de recuperación, lo que impide convocar reuniones de la delegación de estudiantes. Pero su portavoz, Francisco Javier Hidalgo, aseguró a este periódico que las delegaciones estudiantiles andaluzas acudirán a la primera gran convocatoria de protestas el 15 de septiembre, fecha en la que se harán las primeras reivindicaciones del curso en Madrid.

"Rechazaremos la subida de tasas, los recortes que se están haciendo en materia docente y, sobre todo, la nueva política de becas que deja a un lado el carácter social que tenía", apunta Hidalgo.

Otro de los temas que más preocupan a los universitarios, por el que también protestarán, son los cambios en el sistema de gobernanza de las universidades y que ya se están viendo, por ejemplo, en Cataluña, donde la Generalitat acaba de expulsar a los estudiantes de los órganos de gobierno universitarios.

"Esto supone una pérdida de derechos muy importante, el Ministerio de Educación está cuestionando la democracia de la gestión universitaria", dice el coordinador de la Delegación de estudiantes de la Universidad de Granada.