Granada

ARTEen la pielARTEen la piel

  • La evolución del tatuaje se refleja en la técnica, el material y los diseños · Esta práctica está tan extendida que actualmente se lucen auténticas obras de arte

El tatuaje es considerado, cada vez más, un arte corporal que se ha extendido entre la sociedad de manera que existe un alto porcentaje de la población que ha experimentado esta práctica que, dicen, una vez se prueba, se repite.

En Granada existen diferentes y conocidos centros especializados. Los tatuadores que trabajan en ellos son auténticos artistas cuya profesión no para de reinventarse profundizando cada vez más en la técnica y en los diseños.

"El límite es la imaginación", dice Marzia, la única tatuadora en Puppa Tatto y que, además, se realiza "todos los estilos". Lleva nueve años en la profesión y reconoce que "el tatuaje se ha popularizado mucho. Hace 15 o 20 años era una cosa más marginal, se decía que sólo lo llevan los presos, los legionarios..." En la actualidad las cosas son distintas "porque ha cambiado el estilo y porque mucha gente famosa ya va tatuada", cuenta. Para Marzia la tendencia entre la gente va también "un poco por imitación, y como ha cambiado la concepción también han cambiado los diseños que la gente se tatúa".

La moda del tribal, cuenta, "empezó en los 90, sobre todo en España, en el norte de Europa es muy anterior". Es ahora cuando muchos prefieren taparse ese tipo de tatuajes para transformarlos en diseños más elaborados. "también vienen a taparse nombres o dibujos mal hechos".

"La cultura del tatuaje en los años 60 era común en otros sitios pero aquí en España es más reciente, se comenzó a popularizar en los años 90". Ahora se hace mucho "estilo japonés y oriental. También muchos motivos florales". Las estrellas, que tantas veces se ha visto entre la gente "se popularizaron mucho pero ya no se llevan tanto".

Para Marzia "las cosas han cambiado, porque ahora se le puede dar rienda suelta a la fantasía, hay más nivel artísticamente. Antes, la mayoría de la gente se daba por satisfecha con los dibujos de catálogo". "Ahora un cliente me da una idea de lo que quiere y yo puedo dibujárselo en todos los estilos posibles". No hay límites, "siempre y cuando el tatuador te lo sepa hacer".

Las técnicas también han evolucionado. Marzia afirma que "sobre todo en la tinta, el tipo de pigmento, el resultado final, cómo reacciona con el tiempo".

La aguja entra entre 2 y 4 milímetros, es superficial. "Depende de la parte del cuerpo puedes sentirlo más o menos". Las zonas más sensibles son "la parte de la costilla y el abdomen, parte de la espalda, y algunos dicen que los pies o los tobillos, aunque en realidad no son de las zonas más dolorosas".

En los años 20 se empezó a añadir el color en occidente. Comenzó con algunos colores básicos y luego evolucionó. Para conocer más a fondo la historia del tatuaje, desde Puppa Tattoo recomiendan el libro de Sandra Martínez Rossi, La piel como superficie simbólica. El deseo de decorarse el cuerpo es inherente al hombre, ya sea con tatuajes o pinturas tribales.

"Cada artista cobra lo que quiere. Aquí el mínimo son 60 euros y de ahí a lo que quieras llegar". Influye el tamaño, el dibujo, la dificultad, la parte del cuerpo. "Es importante que haya comunicación entre el tatuador y el tatuado. Hay que saber qué es exactamente lo que quiere uno y que esa persona sepa cómo trabajo yo", dice Marzia.

José Luis Flores es el propietario de Puppa Tattoo, cuenta que según el tatuador, "el resultado durará más o menos. Hay tatuajes que, una vez sales de aquí, bien curados y bien hechos, no hay necesidad de volver a repasarlos".

Muchos sectores de la población se tatúan, según José Luis, "entre las personas de menos de 40 años el tatuaje está muy extendido, de 40 para adelante no tanto. No es habitual encontrar a gente de 60 o 70 años, por ejemplo, tatuándose, aunque también los hay".

Manuel Martínez trabaja en El Candil. Llevan 12 años en la tienda de la calle Paz y 18 años en la tienda pequeña. La nueva normativa les exigía una sala para la esterilización, otra para piercings y otra para tatuajes, por lo que "es en la tienda grande donde hemos preparado todo el espacio y donde los realizamos".

Se centran en la atención personalizada, se preocupan por ayudar al cliente. "La mayoría de la gente viene con una idea, sabe lo que quiere. Luego viene la gente que quiere un tatuaje pero no sabe qué quiere. Nosotros nos interesamos por saber qué les gusta más, cuáles son sus preferencias y los ayudamos". Todos coinciden en que curarse el tatuaje es muy fácil, pero requiere de una constancia. Se necesita una higiene diaria y curárselo. El dolor puede parecer una traba, pero realmente "si doliera tanto no habría tanta gente dispuesta a hacérselo". "Las zonas más sensibles no son las más difíciles de curar sino las que duelen más", afirma Manuel. "La zona interior del antebrazo duele mucho, mucha gente se hace brazaletes y no se los cierra por eso. El tatuaje no duele, molesta y sobre todo si es un tatuaje de más de una hora".

La preparación previa del tatuador requiere esterilizar el material. Aunque agujas y todo lo demás es de un solo uso, los soportes donde se introducen los filamentos se utilizan, se limpian, se esterilizan y se vuelven a usar porque "no tocan la piel". El autoclave es una máquina para esterilizar los soportes. "Se exige siempre que hay material quirúrgico", cuenta Manuel. "El soporte se introduce en líquido para quitar la tinta y se mete en bolsas de esterilización, a continuación se introducen en el autoclave y las bolsas indican si está correctamente esterilizado o no".

Coquín es uno de los tatuadores de El Candil. Ha tatuado en Mallorca, Barcelona, "y ahora está aquí con nosotros", cuenta Manuel. Empezó hace 13 años en el arte del tatuaje y desde febrero trabaja en El Candil.

"En Malasia hacen tatuajes impresionantes, incluso más que en EEUU, el problema es que los hacen en la calle", dice Coquín. "Existe un nivel alto, en general, en Holanda, Alemania, Inglaterra y EEUU". "La gente, antes, con estar marcadas ya parecían tipos duros, ahora se hacen cosas muy elaboradas". Aunque también se hacen "nombres conmemorativos, flores y estrellas típicas". Y como dicen los que se han tatuado alguna vez, "puede convertirse en un vício, a no ser que la primera vez, por ejemplo, te encuentres a un chapucero".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios