El tráfico ha vuelto a una de las principales arterias de la ciudad tras cuatro años de obras (dos después de los previsto). El martes 25 de septiembre Camino de Ronda volvía a cobrar vida y devolvía la esperanza a aquellos comerciantes que han conseguido sobrevivir a casi media década de sequía financiera.

A pesar de ello, no todo son buenas noticias. Dicha reapertura dista mucho de la verdadera realidad de una de las zonas más transitadas años atrás. Todavía se pueden observar unas obras del Metropolitano acompañadas de vallas y numerosa maquinaria que refleja que, tal y como anuncian los vecinos del barrio, "el tráfico está abierto pero apenas se nota porque parece algo provisional".

Así, con la apertura de un tramo de casi 1.300 metros que abarca desde el río Genil hasta la calle Sol, es posible comprobar la simbiosis entre unos trabajadores que, una vez finalizadas las operaciones principales en la construcción del túnel, se centran ahora en el remate de las medianas y de los elementos del acerado junto a circulación de vehículos aparentemente mal controlada y como síntoma de una decisión tardía y apresurada.

La Junta de Andalucía y el Ayuntamiento pactaron un diseño que obligaba a la UTE formada por Dragados, Garasa y Otero a construir el túnel subterráneo mediante el método de muros-pantalla, un sistema que evitaba afecciones en los edificios circundantes y que ahorraba a la UTE la compra de una tuneladora. La previsión de unas obras que comenzaron en noviembre de 2008 tenían un plazo de finalización de 23 meses. Dos años después y tras casi un 60% del cierre de comercios poco han cambiado las cosas.

Fuentes de la Policía Local aseguraron que el tráfico de Camino de Ronda "está abierto aunque con un trazado provisional que permite la permeabilidad entre la zona Norte y la Sur.

Vecinos y comerciantes de la zona han mostrado su desacuerdo con la medida quejándose y manifestando sus molestias ocasionadas por el largo retraso de las obras y la pasividad de un gobierno ante las quejas comerciales y el continuo cierre de empresas del territorio.

A pesar de esta apertura provisional del tráfico, que supone un paso adelante en la normalización de Camino de Ronda, gran número de comerciantes no esconden su malestar por todo lo sufrido en años anteriores.

Antonio Valenzuela, encargado del bar La Choza en una zona cercana a Plaza Einstein, asegura que la habilitación de la circulación en la zona "es mentira. Yo lo veo diariamente y lo único que han hecho es poner dos carriles provisionales, uno en cada sentido, y está todo sin asfaltar, con vallas y sin posibilidad de aparcar". Valenzuela, afectado totalmente por las obras del Metropolitano en la zona, aseveró que si no fuese por los préstamos y por la ayuda de los familiares "sería imposible aguantar sin ayuda". Además, insistió en que ha tenido que despedir a dos de sus trabajadores y que, "aunque tengo el 80% de pérdida respecto a otros años, seguimos trabajando de sol a sol".

Este es solo uno de los ejemplos que refleja la situación comercial de Camino de Ronda donde, en palabras del encargado de La Choza, "han tenido que cerrar el 60% de los comercios, incluidos negocios que llevaban hasta 20 años aquí". Cambiando de sector y demostrando que las apariencias engañan, Alberto Gabriel Fernández, kiosquero en la esquina de la calle Emperatriz Eugenia, explica que, a pesar de tener una buena afluencia de clientes, "nos han obligado a trasladarnos y cambiar de sitio. Además, desde la apertura de la carretera yo no he notado nada y mis ventas siguen al 50% menos que otros años". "He visto cómo han tenido que cerrar muchas tiendas, es una pena, pero esperemos que aumenten los beneficios y terminen de una vez por todas las obras" señaló Alberto Gabriel mostrando un mínimo rayo de esperanza.

¿Cómo es posible que se anuncie la apertura de una zona de una de las arterias más importantes de la ciudad de Granada y gran parte de los ciudadanos no sean conscientes? Andrés Pino Ortiz, electricista de Eléctrica Ronda, en pleno centro de la carretera, manifestó que la organización de las obras del Metro "ha sido penosa en estos años y ha estado muy mal estructurada". Por esto mismo, es posible que ante una reapertura anunciada con poca repercusión entre los ciudadanos, la mayoría de los afectados no se alegren excesivamente.

"He tenido que despedir hasta 11 electricistas que trabajaban para mí y hoy en día estoy yo solo y se podría decir que sobra la mitad de mí". Con esta ironía, Pino Ortiz ratificó la mala época comercial de la zona además de reivindicar su opinión sobre las obras del lugar: "¿Para qué queremos 10 metros de acera?, ¿dónde van a aparcar los autónomos y vehículos de carga y descarga?". Parece que el paso del tiempo será el encargo de responder a todas estas dudas que, para más de uno, han supuesto un auténtico suplicio.