La actual situación económica que azota al país no pasa desapercibida en el sector de las gasolineras y tanto las estaciones de servicios como aquellas empresas relacionadas directa o indirectamente con el negocio ven cómo sus ingresos acaban descendiendo.

Roberto Sáenz, presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio de Andalucía, aclara que desde que comenzó la crisis, a nivel general, "las gasolineras han podido llegar a perder hasta un 30% de las ventas" . Así, explica que la venta de algunos carburantes como la gasolina 98 "es prácticamente inusual" además de asegurar el descenso de otras como el gasóleo A y la gasolina 95.

Tras las declaraciones del ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, quien consideró "inasumible" la subida de los precios de los combustibles y adelantó que, entre las medidas que estudia el Gobierno relacionadas con el sector, figura "la posibilidad de liberalizar la instalación de estaciones de servicio en autopistas, autovías y grandes superficies comerciales", el presidente de la asociación insiste en que en los últimos años han desaparecido en torno a 500 estaciones de servicio por lo que, a su juicio, "parece mentira que un ministro diga esto porque demuestra que no tiene ni idea". De esta forma, Roberto Sáenz aclara que esta decisión no es la solución por varios motivos: "En primer lugar, el mercado ya posee un número suficiente de estaciones de servicio y un aumento no solucionaría el problema y en segundo lugar el verdadero objetivo es que hubiera mayor competencia entre petroleras de España".

La sustitución de un monopolio por un oligopolio. Esto es exactamente lo que el presidente de la Federación Andaluza de Gasolineras señala que está sucediendo en España "desde que desapareció Campsa y se quedaron las tres grandes operadoras al mando (Repsol, Cepsa y BP)".

La falta de competencia entre las tres magnatarias del sector (las cuales agrupan casi el 70% de las estaciones de servicio en España) conlleva lo que Sáenz denomina como "seguimiento del líder" o Juan Villarejo, jefe de la estación de servicio Villarejo en Granada, prefiere llamar "efecto multiplicador". "Cuando la más representativa de todas (Repsol, con casi el 50% de estaciones de servicio) marca un precio, las demás lo siguen". Parece que uno de los posible remedios a esta 'crisis del combustible' sería la compra de estaciones de servicio a aquellas que constituyen el llamado oligopolio, "algo que está en manos de las petroleras y aquellos que dominan el mercado y que no están dispuesto a asumir".

Una cuestión que preocupa especialmente a la patronal de las gasolineras es "el desconocimiento de los consumidores" en cuanto al convencimiento de que las estaciones de servicio salen beneficiadas del aumento del precio de los carburantes "cuando ocurre justamente todo lo contrario".

"Las estaciones de servicio en su inmensa mayoría están sometidas a una comisión fija por litro, que normalmente oscila entre los 0,04 y los 0,06 euros por litro, y por el que cobran independientemente de la subida del precio" explica el presidente.

Corroborando estas declaraciones, Juan Villarejo ratifica que en su estación de servicio, al vender menos, "nuestros beneficios son menores ya que los costos han subido". "Nosotros no tenemos nada que ver con la especulación del mercado ya que los precios los ponen las petroleras", asiente el jefe de la gasolinera.

En este sentido, Villarejo avala que el consumo de carburante ha descendido bastante "debido al precio tan desorbitado" por lo que la gente reposta, como mucho, "unos 20 euros". Quedan ya muy lejos aquellas paradas en las estaciones de servicio en las que se llenaba todo el tanque.

Otro problema que podría sumarse a la larga lista de incidencias en este sector es el nivel de circulación de los vehículos de la ciudad nazarí debido a las obras del metro. Juan Villarejo declara que en una gasolinera con 44 años de historia y que fue "la primera de toda la capital" se producen auténticas situaciones de vacío en la clientela durante varios momentos del día por lo que a pesar de ser una de las que más bajo tiene el precio, según Antonio Ibáñez, trabajador de esta gasolinera Repsol, les cuesta competir contra las obras del tranvía.

Una de las áreas más perjudicadas por el encarecimiento del combustible es la del transporte.

Según fuentes de la Asociación de Pequeños Transportistas de Granada (Apetagran), la actividad del transporte ha decrecido y los precios son más bajos. "Se trata de una simple regla de tres: A medida que baja la actividad sobran más transportistas y cuanta más ofertas den los fabricantes más barato será el coste al consumidor".

El pesimismo es patente en esta asociación en la que muestran la seguridad de que no existe una solución aparente. "Las petroleras quieren seguir teniendo los mismo beneficios y a raíz de ello suben sus precios".

De esta forma, Apetagran aclara que el Gobierno debe crear un marco oportuno para los transportistas con el objetivo de intentar disminuir las cerca de 22.000 empresas que ya han desaparecido en este sector.