Ni el 48 ni el 50%. Atento si usted tiene un negocio en el Centro y está pensando en ponerle como dispositivo de seguridad una persiana a su escaparate. No podrá elegir cualquiera de las que ofrece el mercado. Deberá ser cauto y asegurarse de que está perforada en el 49% de su superficie. Esta es la condición que ha puesto la Delegación de Cultura después del duro tira y afloja que viene manteniendo con el Ayuntamiento desde hace más de un año. Inicialmente el Plan Centro establecía que los escaparates de los comercios del Centro tenían que ser de vidrio y no podían estar cubiertos por persianas.

La exigencia enervó al gremio que se puso a reivindicar su seguridad. Y así, Ayuntamiento y Junta empezaron a hablar y acordaron permitir las persianas aunque con una retahíla de exigencias: las persianas debían ser tubulares de malla abierta o chapa perforada, de manera que se pueda ver el interior del establecimiento. Los sistemas de cierre debían ser enrollables y no de 'librillo o ballesta' y quedaban prohibidos los cierres continuos a lo largo de varios escaparates o los instalados con varias piezas con los elementos divisorios fijos.

Hay más. En el caso de que la tienda esté en un edificio catalogado, los propietarios deberán presentar junto con la solicitud del permiso de la instalación de la persiana, un análisis histórico y una justificación de que la intervención no afectará a valores patrimoniales. La instalación de seguridad deberá integrarse tanto en diseño, color, como en materiales en la composición de la fachada, de manera que no parezca un elemento agregado de mal gusto.

La idea de la Delegación de Cultura con todas estas medidas era evitar que el centro histórico de la capital se convirtiera en algo parecido a una jaula de metal.

Al final, el Ayuntamiento ha conseguido el informe favorable de la comisión provincial de patrimonio y la Consejería de Agricultura, Pesca y Urbanismo. Eso sí, la Delegación de Cultura ha puntualizado y ha exigido que las persianas estén perforadas en un 49% de su superficie, ni más ni menos. "Atentos los comerciantes que el porcentaje de perforación sea del 49%, ni el 48 ni el 50%", dijo irónica la concejal de Urbanismo tras dar a conocer la exigencia impuesta por la Delegación de Cultura.

Las propuestas de los comerciantes sobre la mejora en la seguridad de sus establecimientos ha chocado directamente con algunas premisas del Plan Centro. En su momento fue el propio delegado de Cultura, Pedro Benzal, quien expresó la necesidad de revisarlo y actualizar ciertos aspectos del documento ya que tiene más de una década de vigencia.

Los principales damnificados de que el plan siga sin actualizarse son los propios comerciantes que ven cómo sus intereses profesionales chocan en numerosas ocasiones con los intereses patrimoniales o de conservacion de los inmuebles.

En el Centro y el casco histórico de la ciudad existen actualmente 2.600 comercios que se verán afectados por esta normativa si deciden poner persianas en sus escaparates.

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