Granada

Un mar de amigos dispuestos a comprar

  • El tercer cashmob lleva a una pescadería de Camino de Ronda a 20 personas prestas a recuperar el comercio local

Los calamares, las lubinas, el salmón y las almejas volaron ayer en la pequeña pescadería de Los Mellizos. Al modesto negocio de Antonio Haro y Sacramento Arriaza le faltaron metros para acoger a la inesperada clientela que se presentó pasadas las 11:30 de la mañana en el local de la calle Pampa, en pleno Camino de Ronda. La comunidad cashmob -formada por unas 20 personas- volvió a hacer de las suyas y, billete en mano, abarrotó el establecimiento dispuesto a gastar su dinero en el pequeño comercio de Granada.

Apenas hizo falta una hora para que la solidaridad (y los euros de los participantes) le añadieran dos ceros más a la caja registradora del negocio. Y ánimo, mucho ánimo para seguir adelante.

Sacramento y Antonio se levantan cada día a las seis de la mañana para ir a la lonja a por el pescado más fresco de las aguas de Granada. A las ocho ya están en la tienda. Después de trabajar en jornadas interminables para la pescadería de una gran superficie, hace tres años Antonio decidió que sería su propio jefe. Así podría disponer de algo más de tiempo para ver crecer a los mellizos: Antonio y Rafa, sus dos hijos que dan nombre al negocio.

La devastadora crisis y las eternas obras del Camino de Ronda no les han puesto las cosas fáciles, pero siguen luchando para sacar adelante el negocio. "Ahora ves a muchas personas mayores que vienen a comprar para darle de comer a toda la familia en paro. Ha habido que cambiar el rape por las bacaladillas", explica Sacramento, mientras limpia con hábil destreza las piezas de pescado. Manos a la obra para atender a la veintena de clientes que se le han agolpado frente a la merluza, Antonio cree que siendo honrado y trabajador el negocio tiene que salir adelante.

Lo cree firmemente, aunque en estos tres años ha visto cerrar a muchos negocios vecinos. Y es que la crisis está siendo especialmente agresiva con las tiendas de barrio que, asfixiadas por la presión de las grandes superficies, se están viendo obligadas a echar la persiana. Para reflotar el tejido productivo local, surge el movimiento cashmob. La idea, originaria de Estados Unidos, se basa en un movimiento solidario bajo el lema ¿Te animas a ayudar al pequeño comercio?. Para ello, hay que convencer a un grupo de personas a través de Twitter y Facebook para que asistan un día a una hora concreta a realizar una compra en pequeños locales de la ciudad.

Los encuentros tienen como fin ayudar y promover las compras en los comercio de barrio, es decir darles un balón de oxígeno para que puedan seguir subsistiendo. En Granada, Manuel Amate es el organizador del evento. Este es el tercer cashmob que realizan. El primero fue en una frutería de la zona Norte y el segundo en una papelería de La Chana. "La idea es mantener la iniciativa una vez al mes durante todo el año", explica. Las necesidades son tan acuciantes que ya hay negocios que han alzado la mano para que los participantes tengan a bien visitar sus instalaciones.

En principio son los internautas los que proponen el barrio al que se van a dirigir con sus euros. Para todas las personas que quieran participar el proceso es el siguiente. Tecleando en Facebook Cash Mob Granada, el usuario tiene una página en la que puede votar la zona donde van a ir a gastar el dinero. A través de dicha página se fija un día para dar la sorpresa a un negocio de la zona más votada y esa misma mañana los participantes eligen el negocio atendiendo a las dificultades que esté pasando. La cuantía a gastar en el comercio no está establecida, puede ser desde un euro hasta el límite que permita cada bolsillo.

Antonio y Sacramento nunca habían oído hablar de este movimiento pero les parece una buena idea para animar al golpeado comercio local. Tras la sorpresa inicial, la sonrisa se instaló en la cara de los dos tenderos que invitaron a los participantes a visitar el local el próximo sábado. "¿Qué pasa aquí, es que hoy regalan el pescado?", se preguntaban los clientes viendo el revuelo. "Que ha venido la tele y los medios a vernos", explicaba Antonio a su fiel clientela.

Misión cumplida, con la tienda llena, los cashmobers se marchan. También ellos llevan pintada la sonrisa en los labios. Es la satisfacción de haber echado una mano al comercio de su ciudad. Los calamares y la lubina de hoy tendrán un sabor muy especial. ¿Te animas a ayudar al pequeño comercio?

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