La financiación es el principal caballo de batalla de las asociaciones empresariales españolas y granadinas. Sin ella, la supervivencia empresarial está terriblemente condicionada, por lo que no es de extrañar que las expectativas de los empresarios, las previsiones para este 2013, no sean precisamente optimistas. Así se deriva del Indicador de Confianza Empresarial elaborado por el Consejo de Cámaras de Comercio, que indica que en todos los sectores las expectativas de los empresarios para este primer trimestre de 2013 son menos optimistas que en el último trimestre del año pasado. Eso contando con que, desde hace años, este índice se ha instalado cómodamente en los números rojos.

La financiación es, según los empresarios españoles, uno de los principales motivos que frustran sus esperanzas y sus posibilidades de crecimiento. Así lo aseguran el 46% de los responsables empresariales encuestados por el Consejo Superior de Cámaras. Es más, según la encuesta realizada por este organismo sobre el acceso de las pequeñas y medianas empresas a la financiación externa, al 26% de las compañía que solicitaron financiación en el cuarto trimestre de 2012 se les denegó finalmente el crédito. Es decir, que uno de cada cuatro empresarios salieron del banco con un 'no' por respuesta.

Y el principal motivo por el que no se llevaron un crédito a casa fue el endurecimiento de las condiciones, especialmente porque las garantías aportadas, según la entidad, son insuficientes. Esto ocurrió en el 64,4% de los casos rechazados por las entidades.

Además, quienes han conseguido el préstamo se han percatado de que la situación no es ni mucho menos la que era. Del 68% de las pymes que finalmente consiguieron financiación, un 24,8% asegura que el volumen proporcionado por la entidad se vio reducido; para un 81,5% se incrementó el coste de la financiación (el tipo de interés); para un 72,8% se encarecieron los gastos y comisiones; y un 86,3% de los solicitantes detectaron que las entidades financieras han aumentado las exigencias de garantías y avales. Es más, de este grupo, a un 53% se le requirió garantía de carácter personal.

Con todo, la financiación no es el único problema que determina la actividad empresarial. También lo hace, y mucho, la debilidad de la demanda, el aumento de la competencia y, en menor medida, la escasez de mano de obra adecuada.