Granada

El Ayuntamiento apaga el botón de la teleasistencia

  • Quedan 1.800 usuarios del servicio municipal que todavía no han solicitado el cambio a la Junta de Andalucía La Concejalía de Bienestar Social desconectará los sistemas el día 31 de marzo

"Señorita, hable usted con su mandamás y dígale que yo quiero que usted siga viniendo aquí". El mes de marzo está trabando en la garganta de mayores y trabajadores de la teleasistencia municipal un nudo difícil de deshacer. Faltan nueve días para que el Ayuntamiento desconecte los sistemas de teleasistencia que prestaban servicio gratuito a 3.400 personas mayores de la capital, y todavía hay 1.800 personas que no han solicitado su alta en la Junta de Andalucía, única institución que prestará el servicio a partir del día 1 de abril. 

El Ayuntamiento dejó ayer claro que el día 31 de marzo se desentenderá del servicio -después de tres meses de plazo para que los usuarios hicieran el cambio- y que todo lo que ocurra será responsabilidad de la Junta de Andalucía. 

El pasado mes de diciembre el concejal de Bienestar Social  anunciaba inesperadamente que en abril se dejaría de prestar el servicio municipal mejor valorado de la ciudad que puso en macha hace 13 años. La razón: hay que evitar duplicidades, ya que la teleasistencia es competencia de la Junta de Andalucía. La otra razón: hay que ahorrarse 400.000 euros que cuesta el servicio. 

A los usuarios de 80 años, que viven solos y que cargan con una montaña de achaques, poco le importan las pugnas competenciales entre las administraciones. Lo único que saben es que se va la persona que iba a levantarles si se caían, que les tomaba la tensión, que conocía todo su historial médico, la persona a la que le habían confiado las llaves de casa y a la que podían llamar cada vez que la soledad pesaba más de la cuenta. El Ayuntamiento limpia la conciencia alegando que la Junta de Andalucía también ofrecerá el servicio, pero obvia ahora el argumento del que tanto presumió años atrás: el servicio municipal que se ofrecía a través de Televida ha brillado estos 13 años por la calidad asistencial, por la dedicación de sus trabajadores y por la exquisita atención que recibían las personas mayores.  

Tal es la calidad de la atención, que de las 3.400 personas beneficiarias de la teleasistencia municipal, 1.100 han decidido pagar el servicio a la empresa para seguir recibiendo el servicio. El problema es que no todos los mayores pueden permitirse pagar de su bolsillo los 20 euros mensuales que vale el servicio una vez que ha quedado únicamente en manos privadas. 

María del Carmen Segovia, una de las trabajadoras del servicio de Televida reconoce que el Ayuntamiento ha remitido cartas y ha llamado a todos los usuarios informándoles de la conclusión del servicio e instándoles a realizar los trámites para solicitar la teleasistencia de la Junta. El trámite es un escollo importante para estas personas pero posiblemente no sea el más importante. Hay abuelos a los que los trabajadores de Televida le han explicado la situación y los trámites que tienen que seguir y, al rato, ya no se acordaban de lo que le habían dicho. Secuelas de los años. Otros han decidido encerrarse en casa y no abrirle la puerta a quien venga a llevarse el dispositivo del famoso botón. La inocente postura no servirá de mucho a los abuelos. Ayer, la concejal del PSOE, Jemi Sánchez, advirtió del peligro de dejar a los mayores que no han hecho el cambio sin botón, ya que si la noche del día 31 les pasa algo, intentarán pulsar el dispositivo sin darse cuenta de que ya no funciona. 

Lucía, coordinadora de zona, lleva seis años en Televida; tiempo suficiente para atesorar anécdotas que dan idea de la importancia de este servicio para los mayores. "Tenemos a una abuela enferma que cada día nos llama para que le ayudemos a levantarse porque se ha caído. Curiosamente siempre se cae sobre una alfombra", cuenta Lucía con ternura. Para esta abuela, Lucía es la única conexión con el mundo. La única posibilidad de que la atiendan, de que la mimen y de poder hablar un rato con alguien. 

La diferencia entre un abuelo que se cae en casa y es atendido por la Junta de Andalucía y uno del que se hace cargo el Ayuntamiento es que en el primer caso, después de pulsar el botón, el servicio llama a la familia para que se haga cargo de la situación y, si esta no responde se recurre al teléfono de emergencia y hay que esperar a que una ambulancia acuda a casa. El abuelo atendido por el Ayuntamiento tiene de inmediato un equipo móvil en su casa, con sus llaves y con su historial médico. "Solo con recibir el aviso de la casa, ya sabemos la medicación que toma esa persona, si su casa tiene barreras arquitectónicas, y los datos de contacto actualizados de su familia", explican los trabajadores. El servicio dispone también de un sistema de GPS que emplean para localizar a personas con Alzheimer en caso de necesidad.  "Nos preocupa que hasta ahora nadie por parte de la Junta nos haya pedido las historias de estas personas mayores, vitales para llevar a cabo su atención", dice María del Carmen Segovia. La implicación de los trabajadores de Televida con los abuelos es tal, que muchos reconocen que si las personas mayores les piden que les tramiten el cambio de servicio a la Junta, no dudarían en hacerlo "con tal de que no se queden sin servicio". 

En un intento desesperado por salvar el servicio, la concejal socialista, Jemi Sánchez, pidió ayer al equipo de gobierno en el pleno municipal que pusiera al menos 100.000 euros para mantener el servicio hasta el 31 de diciembre, estableciendo un copago de 10 euros a los usuarios, tal y como hace Diputación.  

La propuesta fue rechazada por el equipo de gobierno. "En su carta de servicios, la Agencia encargada de la teleasistencia perteneciente a la Junta de Andalucía dice que en menos de 30 días se pondrán los dispositivos a los mayores que lo soliciten. Las personas que queden sin servicio desde el 31 de marzo serán responsabilidad de la Junta" contestó Fernando Egea. 

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