Granada

Granada se unirá a Málaga para atraer viajeros si se reparten las pernoctaciones

  • Cuatro ciudades andaluzas trabajan en un acuerdo para incentivar el turismo de larga distancia

El de Málaga es el gran aeropuerto de Andalucía, no hay duda. De hecho, el aeródromo ya se vende en el exterior como la puerta de Andalucía. Pero la oferta cultural de Granada es la envidia de cualquier ciudad del mundo. Si las bondades turísticas de ambas ciudades se unen en una alianza estratégica con Sevilla y Córdoba el resultado es un viaje de ensueño capaz de atraer a viajeros de las ciudades más alejadas del planeta. Eso es lo que han hecho las cuatro ciudades andaluzas; unirse y crear un paquete turístico que venderán a mercados de larga distancia como China, Japón, Estados Unidos, India, Rusia o Brasil. Sólo de esta manera, juntos, Málaga será capaz de vender por todo el mundo una estancia de diez días que incluirá esquí, naturaleza, flamenco, gastronomía, sol y playa...

Para ofrecer todo su potencial, Granada sólo ha puesto una condición: que estos turistas que consiga atraer Málaga pernocten en la ciudad y que no solo vayan y vengan desde la capital vecina. Y lo ha conseguido. Las cuatro ciudades han acordado que los viajeros duerman dos días en cada una de las capitales: dos en Málaga, dos en Granada, dos en Sevilla y dos en Córdoba. Los otros dos días son los que el turista necesitará para hacer el viaje.

Rocío Díaz, concejal de Turismo en el Ayuntamiento de Granada se mostró ayer muy satisfecha con el proyecto, si bien reconoció que el plan todavía está a expensas de cerrar algunos flecos. "La propuesta hay que pasarla ahora a Turismo Andaluz y determinar cómo se va a vender a los touroperadores pero ya se han realizado las reuniones políticas y técnicas para cerrar el acuerdo", apuntó la responsable del área en Granada, quien calificó el acuerdo como muy beneficioso para la ciudad.

"El Ayuntamiento puso como condición indispensable que estos viajeros durmieran en Granada. Todo lo que sea atraer turismo y que puedan pasar unos días en la ciudad, comer en nuestros restaurantes y comprar en nuestras tiendas es bueno", añadió la responsable del área en el Consistorio.

Acometer una iniciativa de este tipo de forma individual sería mucho más difícil, de ahí que las capitales hayan optado por dar su visto bueno a la idea.

Los datos de la última Semana Santa demuestran que en Granada han aumentado considerablemente las consultas de turistas europeos, pero son inferiores los datos de viajeros de largas distancias. "Obviamente la Alhambra hace que tengamos muchos turistas japoneses, pero queremos que pernocten. Nos interesan muchísimo los viajeros de largas distancias, principalmente de los países árabes y japoneses ya que son unos viajeros con un poder adquisitivo muy alto", reconoció la concejal de Turismo.

Su homólogo malagueño, Damián Caneda, ya manifestó que los turistas de estos mercados no van a un solo destino, por lo que si estas cuatro ciudades andaluzas van de la mano "serán más atractivas".

Para Málaga, o para Granada, ir solas a China a promocionar la ciudad no tendría mucho sentido, ya que obtendrían muy pocos resultados. Vender una ciudad de 600.000 habitantes (250.000 en el caso de Granada) en un país con 1.300 millones de habitantes es, cuanto menos, complicado. "Para China, por ejemplo, es absolutamente despreciable esa cifra, es como un pueblito", afirma el edil malagueño.

"Hay que vender que en Andalucía hay ocho millones de habitantes, que es una Comunidad Autónoma equivalente a a Madrid o Barcelona y que los turistas pueden disfrutar de segmentos tan distintos como el esquí, la playa o la naturaleza", opina Damián Caneda.

Sobre el liderazgo que ejercerá Málaga en el proyecto turístico, Caneda reconoce que el resto de ciudades "lo tienen muy asimilado. No es ir contra nadie, pero el de Málaga es el gran aeropuerto de Andalucía, el que tiene más capacidad de crecer, y la oferta nos ayuda a ellos y a nosotros".

Desde luego Granada tiene claro que apoyará la iniciativa propuesta por la capital vecina siempre que se trate de sumar y no de aprovechar los recursos turísticos ajenos.

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