"El pasado viernes 3 de mayo, unos vecinos de Motril escucharon tiros y vieron a una perra corriendo ensangrentada. Uno de ellos, vecino de un cortijo cercano, trasladó inmediatamente a la podenca a una clínica veterinaria". Así empieza a contar la historia Silvia Barquero, vicepresidenta del Partido Animalista (PACMA), fundado en 2003 y con sede en Madrid.

"El desenlace de esta historia ha sido terrible: la podenquita terminó muriendo en la clínica veterinaria sin que se pudiera hacer nada por ella", continúa el relato de los hechos la activista.

Sin embargo, y aunque no suele ser lo común, por lo menos eso no ha sido el punto y final de esta narración.

Según el informe clínico, la perra llegó en estado de shock por pérdida severa de sangre, amputación parcial de la pata trasera derecha y múltiples heridas y desgarros, como es visible en las fotos que pronto se empezaron a difundir en las redes sociales. Se trató con analgesia y suero para estabilizar y operar al animal, pero murió de un fallo cardíaco en la mesa de operaciones.

Entonces el Partido Animalista procedió a poner en manos de un abogado el caso para denunciar los hechos y que se identificase al culpable, y de las redes sociales el caso pasó a denunciarse en los medios de comunicación.

La Guardia Civil trata de localizar al culpable de la muerte, que fue visto por algunos testigos de los hechos pero no está identificado, según ha informado el Instituto Armado, que también explica que el informe veterinario podría ser adjuntado a las diligencias abiertas para que conste como "prueba" de lo ocurrido.

Ha sido el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil el que se ha hecho cargo de la investigación a raíz de la denuncia, porque estos hechos podrían suponer un delito de maltrato de animales.

"Queremos que se haga justicia y nuestra denuncia no caiga en saco roto. Por ello, hemos organizado una protesta ante las puertas de la Delegación del Gobierno en Granada hoy a las 12:00 horas, en el Triunfo", cuenta Barquero. "Las administraciones deben saber que los ciudadanos estamos indignados con el maltrato y muerte de esta podenquita. Algunas personas le han dado el nombre, por su raza, de Podi, con la intención de que no caiga en el olvido su asesinato y sea recordada".

Desde que sucedieron los hechos, los vecinos y los voluntarios de la protectora de Motril -una de las más activas de la provincia- se han volcado con el suceso. Los refugios y asociaciones de protección animal de Granada también se han prestado a difundir la convocatoria, la primera de estas características convocada por el PACMA en la provincia.