Granada

El mercado de San Agustín apuesta por los gastrobares para no morir

  • De los 60 puestos del recinto no podrá haber más de 16 negocios destinados a la restauración

Aunque se encuentra en el centro de la capital, el mercado de San Agustín es un gran desconocido para muchos granadinos. Poco a poco el que era punto de encuentro y abastecía a la ciudad de productos frescos ha ido en declive hasta ver cómo su clientela se ha reducido a los pocos vecinos de la zona. Para atraer gente y que vuelva a ser lo que un día fue, se incluirán en el recinto gastrobares y restaurantes durante el próximo año, y es que tanto tenderos como clientes están de acuerdo en que el mercado tiene que renovarse con los tiempos, ya que si no acabará por desaparecer.

El pasado viernes se aprobó, en la Junta de Gobierno Local, la apertura del procedimiento según el cual se adjudicará la concesión de puestos en el mercado municipal de San Agustín, destinados a servicios de restauración. Aunque en un principio serán ocho los locales dedicados a esta actividad, de los 60 puestos totales del edificio, posteriormente no se podrán utilizar más de 16 para fines gastronómicos.

Algunos clientes recuerdan cuando el mercado era una aglomeración continua de gente. Es el caso de Aurora Muro, de 85 años, que hace memoria de cuando iba con sus hijos pequeños y tenía que hacer largas colas para hacer la compra, aunque la espera "no se hacía pesada" ya que aprovechaba para hacer vida social y charlar con los vecinos.

El fácil acceso a las grandes superficies y sus amplios horarios han influido en que se reduzca la afluencia y el bullicio de los comercios locales, pero el mercado busca soluciones para sobrevivir y adaptarse a los cambios. "Los bares siempre funcionan en Granada", asegura la propietaria de una de las fruterías, Carolina Aragón, por lo tanto el movimiento de gente que habrá cuando empiecen a funcionar ayudará a que el resto de negocios también vendan y es que "de ver nace el deseo, así que cuando prueben los productos frescos, en los establecimientos de restauración, querrán llevarselos también a casa", explica Aragón. La finalidad es por tanto que se establezca un hábito de compra.

Los que acuden a diario al mercado de San Agustín ven claras las ventajas de hacer aquí la compra frente a otras tiendas o grandes centros comerciales. Clientes y propietarios forman "una gran familia" comenta una de las compradoras habituales, Encarna Páramo, a la que algunos de los tenderos ya llaman "Encarnuchi, porque la conocen de toda la vida". La calidad de los productos y el trato personalizado es lo que lleva a la fidelizada clientela a acudir cada mañana a la plaza.

El punto débil del recinto es el acceso. Llegar hasta allí para quienes tienen que trasladarse en coche "puede convertirse en toda una odisea y a los clientes hay que facilitarles las cosas, no ponerles trabas", afirma Aragón.

Asimismo, la poca promoción hace que muchos jóvenes granadinos "nunca hayan entrado al mercado aunque pasen mil veces por la misma puerta. Para ellos es invisible" según el encargado de una de las pescaderías del Mercado, Francisco Rodríguez.

De momento, los propietarios de los puestos no pueden competir en horario con las grandes superficies, la mayoría son negocios familiares y "una persona sola no puede abrir un tenderete durante 16 horas", mantiene Aragón. Sin embargo, la instalación de establecimientos de restauración puede solventar este problema además de incentivar la contratación, ya que "mantener funcionando el puesto todo el día cuando hay venta sí sería rentable y se crearían puestos de trabajo para poder hacer turnos de mañana y tarde", añade la propietaria de la frutería.

"En otras ciudades se apuesta mucho por los mercados y siempre están llenos", explica Pilar López, clienta habitual de San Agustín que opina que se debería tomar nota y apostar por la innovación y proyectos creativos.

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