Granada

Piden 20 años de cárcel para la cubana que estranguló a su marido en Guadix

  • La procesada será juzgada en enero por un jurado popular, que habrá de determinar si fue un asesinato o hubo defensa propia

Ana María P.H., la mujer que estranguló a su marido en 2011 en el piso donde ambos residían en Guadix, será enjuiciada el próximo mes de enero por un jurado popular en la Audiencia Provincial de Granada. La acusada, de 50 años y de nacionalidad cubana, se enfrenta a una petición fiscal de 20 años de prisión como presunta autora de un delito de asesinato, con la agravante de parentesco y la atenuante de confesión.

La vista oral se desarrollará entre los días 20 y 23 de enero, en la Sección Primera, según consta en el auto de hechos justiciables, dictado el pasado 9 de septiembre y al que ha tenido acceso Granada Hoy. Ana María será interrogada el mismo día 20, una vez se constituya el jurado. El día 21 desfilarán por la sala los testigos propuestos por el Ministerio Fiscal y el resto de partes, mientras que el día 22 tendrá lugar la práctica de las pruebas periciales propuestas por las acusaciones. En la última sesión, prevista para el día 23, intervendrán los peritos de la defensa y tendrán lugar las conclusiones definitivas.

La procesada nunca ha negado ser la autora del crimen, aunque sostiene que actuó en legítima defensa. Actualmente se halla en situación de prisión provisional. Lo está desde el 29 de agosto de 2011.

En el juicio, el tribunal popular habrá de determinar si Ana María cometió un asesinato, tal y como sostienen las acusaciones pública y particular, o si actuó en defensa propia, como mantienen sus letrados, pertenecientes al bufete granadino Medina Cuadros Abogados.

Fue el juzgado de Instrucción número 1 de Guadix el que instruyó la causa tras el crimen, ocurrido en el número 33 de la calle Santiago del municipio. Según la Fiscalía, antes de estrangularlo, Ana María suministró a Manuel Lorazepam a fin de provocarle "un estado de aletargamiento". Lo disolvió supuestamente en un café. A continuación lo dejó sin respiración atándole al cuello "un cinta negra similar a una corbata previamente preparada para tal fin". Además de la pena de prisión, la Fiscalía pide que Ana María indemnice a los herederos legales de Manuel con 100.000 euros.

La misma pena de prisión solicitan para la acusada los familiares de Manuel, que ejercen la acusación particular. No obstante, elevan la indemnización que reclaman a 120.000 euros.

Según el relato que realiza el Ministerio Público en su escrito de conclusiones provisionales, Ana María y Manuel se habían conocido en Cuba y contrajeron matrimonio en 2008. Ambos ubicaron su domicilio en Guadix, donde la relación comenzó a deteriorarse mucho. Las discusiones y los enfrentamientos eran continuos, "hasta tal punto que Manuel había tomado la firme decisión de presentar la demanda de divorcio en el mes de septiembre de 2011".

El crimen de Manuel ocurrió el 25 de agosto. Ese día la pareja protagonizó una nueva pelea en el domicilio familiar, durante la cual, según la acusación pública, Ana María tomó la decisión "de matarlo". Así, primero le suministró la referida sustancia con el fin de que "disminuyera sus posibilidades de defensa frente al ataque planeado". Luego, ambos mantuvieron relaciones sexuales.

El estrangulamiento se produjo cuando Manuel se encontraba en el dormitorio común. El fiscal, al igual que la familia de Manuel, cree que la acusada actuó "de manera sorpresiva y con ánimo de darle muerte", atándole al cuello el referido lazo "desde atrás" y apretándola hasta que el hombre murió estrangulado.

Ana María permaneció toda la noche junto al cadáver, dentro de la vivienda. La defensa, que sostiene que era una mujer maltratada, asegura que no tenía llaves para abrir la puerta. Antes de que amaneciera, realizó varias llamadas a Cuba desde el móvil de él, borrándolas después y ocultando al parecer el aparato en la impresora.

La mujer, siempre según el fiscal, estuvo toda la noche "realizando rituales de santería, práctica de arraigada tradición en su país de origen y que la acusada habitualmente realizaba en el domicilio familiar". Ya por la mañana, Ana María avisó a su cuñada de lo acontecido a través de una empleada de la panadería que había bajo su casa y reconoció a la Guardia Civil ser la autora del crimen, siendo detenida.

En la autopsia, los forenses hallaron otras lesiones en el cuerpo de Manuel. Una de ellas en el escroto, presuntamente causada por una patada. La detenida también tenía diversas erosiones y hematomas que, a juicio del fiscal, se produjeron "como consecuencia del forcejeo" que hubo entre la acusada y su víctima "en un intento desesperado por parte de éste de evitar la muerte".

Para la acusación particular, la acusada "fingió haber sido agredida brutalmente por el difunto por haberse negado a mantener esa noche relaciones sexuales con él", simulando una pelea entre ambos y "un intento fallido del marido de intentar asfixiarla a ella".

Por su parte, la defensa presentará en el juicio periciales para demostrar que Ana María era víctima de malos tratos y que la dosis de Lorazepam que Manuel tomó era mínima y no provocó su aletargamiento. Niega asimismo categóricamente que Ana María practicase ningún ritual, así como que hubiera preparado el lazo negro que usó en el estrangulamiento.

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