El Albaicín se ha cansado de ser un lugar de paso. En lo que quizá fuera la presentación más novedosa de la Feria Internacional de Turismo de Madrid (por ser de una asociación privada y tener una vertiente crítica que no es precisamente común en un evento como este), la Asociación de Empresarios de los barrios Albaicín y Sacromonte (Aehras) puso las cartas sobre la mesa sobre lo que son y lo que deberían ser estas zonas históricas de Granada. En primer lugar, los empresarios reclamaron el papel que juega el Albaicín como centro histórico y comercial de una ciudad que no siempre es consciente de la riqueza y la belleza del entramado histórico que mira frente a frente a la Alhambra.

La vocal de la Asociación Patricia Ballesta explicó que la asociación se ha tomado muy en serio la labor de revitalizar el barrio -más allá de polémicas políticas- y ha elaborado como punto de partida un análisis de Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades que desvela las necesidades y carencias del Albaicín y deja claro su peso económico en toda la ciudad. El estudio, elaborado por el momento con el análisis de los 25 establecimientos asociados a Aehras y que a lo largo del año se completará con la inclusión del resto de negocios del Albaicín, revela que las empresas de la Asociación de Empresarios del Albaicín y el Sacromonte atienden cada año a una clientela que supera el medio millón de personas, registran alrededor de 10 millones de euros de facturación y emplean a más de 200 personas, sin contar con los puestos de trabajo indirectos que genera su actividad. "Pese a que no están incluidos todos los negocios del barrio, son unas cifras importantes porque demuestran el peso específico que tiene en la ciudad", explicó Ballesta, que indicó que la intención de la Asociación es hacer del Albaicín "un barrio para vivir, atractivo para el turista y para el propio vecino".

Elementos a su favor tiene de sobra: el entorno, su marcado carácter, su atractivo turístico, su relación con el flamenco y su patrimonio histórico y cultural juegan a favor de este barrio, que comparte con la Alhambra el título de Patrimonio de la Humanidad y la sucede en el ranking turístico de Granada. Pero desde la asociación de empresarios son conscientes de que para conseguir sus objetivos deben conocer muy bien las debilidades y amenazas a las que se enfrentan estas zonas históricas, muchas de ellas relacionadas con el "aislamiento, el transporte, la movilidad, el aparcamiento, el acceso o la señalización". Además, la vocal de la Asociación indicó que el cierre de monumentos y museos (como el Arqueológico, por ejemplo), el abandono, la falta de limpieza y mantenimiento y la inexistencia de protección ciudadana son otros de los elementos que, junto a la competencia desleal, juegan en contra de un barrio que lucha por seguir vivo para sus vecinos, sus turistas y sus empresarios. "El prolongado abandono e incomunicación puede terminar por dinamitar la esperanza de los empresarios por levantar el entramado turístico de la zona y el espíritu de cooperación que ahora reina".

Para transformar el Albaicín, aseguran los empresarios, las instituciones deben de ser muy conscientes del papel que juega el barrio y cambiar el concepto que tienen de él. "Lejos de plantear la visita al área como un lugar de paso, debe ser un lugar de paseo y estancia".

Mientras las administraciones aclaran su política para el Albaicín, la asociación de empresarios ha querido poner de su parte con la creación de un Pasaporte Albaicín-Sacromonte que servirá de guía al visitante para conocer los mejores rincones de estos barrios históricos. El pasaporte, que se podrá recoger en las oficinas de turismo y en los establecimientos de Aehras, ayudará al visitante, que en demasiadas ocasiones se pierde en el entramado de calles empinadas de estos barrios, recorrerlos sin pasar por alto ni una sola plaza, ni un solo mirador. Sin embargo, aseguraba ayer otro de los vocales de la asociación, Nacho Martín, no hay que confundir este pasaporte con una simple guía. Porque no lo es. Lo que pretende esta nueva iniciativa es que el documento sirva como punto de partida para que los visitantes acudan a los establecimientos, que actuarán como Check Points en los que los anfitriones del barrio, los propios empresarios, darán consejos a los turistas para que sepan sacarle todo el provecho a su visita histórica al Albaicín y el Sacromonte. Además, los visitantes que consigan sellar su pasaporte en todos los Check Points podrán acceder al sorteo de un vale por 300 euros para gastar en los hoteles, los comercios y los restaurantes del barrio.

Hablando del Albaicín y con el alcalde de Granada, José Torres Hurtado, presente, era inevitable que volviera a surgir un asunto que lleva coleando meses y que se ha convertido en un empeño del Ayuntamiento de la capital: la financiación de la reforma del Albaicín mediante el incremento del precio del ticket de la Alhambra. El alcalde, que defendió el papel que han jugado para el barrio iniciativas como el tren turístico o la reapertura de la Casa de las Chirimías -una iniciativa que volverá a retomarse en cuanto empiece el buen tiempo-, aseguró que revitalizar el barrio va a ser "muy difícil" sin una financiación plurianual programada y recordó que "los fondos europeos se han acabado". Torres Hurtado aseguró que no ve otra solución válida que subir el precio de la Alhambra y que se emplee ese incremento para reformar el Albaicín, e insistió en que pese a la negativa del Patronato de la Alhambra, es "una apuesta que no debemos perder".

En todo caso, Torres Hurtado recordó que mientras se estudia la viabilidad de su propuesta, el Ayuntamiento ha solicitado el Premio Bloomberg para su proyecto de Smart City, que en caso de ganar supondría una inversión para el barrio de 4 millones de euros. El alcalde explicó que el primer corte de estos galardones, en los que participan 169 ciudades, se conocerá el próximo 31 de enero y permitirá pasar a una segunda fase a sólo 21 proyectos. "Si pasáramos ese primer corte, sería un gran espaldarazo para el Albaicín".