El Niño de las Pinturas no tendrá que pagar por haber pintado la fachada interior de la Cueva La Faraona situada en el barrio del Sacromonte. Finalmente el Juzgado ha absuelto al reconocido grafitero porque el decreto al que el Consistorio se acogía para proceder a interponer una sanción contra el artista era "contrario a derecho".

Concretamente, la corporación municipal se acogía a una normativa que marcaba unos plazos de caducidad de diez meses como límite para interponer la multa, mientras que el grafitero lo hacía a una ley que estipulaba otro plazo distinto, en este caso de seis meses, argumentación que ha sido la que finalmente ha validado el juzgado.

En la vista que fue celebrada por este litigio en el Juzgado, el representante legal del Ayuntamiento afirmó que el denunciado hizo una pintura sobre una fachada blanca, sin contar con el permiso del propietario del inmueble, por lo que se le abrió un expediente sancionador por vulnerar la ordenanza de limpieza municipal el 16 de enero de 2012, que se le notificó el 22 de febrero, sin alegaciones de las partes implicadas.

Sin embargo, la letrada del Niño de las Pinturas afirmó que no hubo tal notificación y que el grafitero comenzó a pintar en presencia del propietario, no en un muro blanco, sino en una pared interior de la cueva con el objetivo de restaurarla. Ahora, en la sentencia, según cuenta la abogada del artista, María José Adán, el Juzgado no entra en el fondo, si no que simplemente determina la nulidad de la acción. Por su parte, Raúl Ruiz, compartió ayer en las redes sociales su alegría al conocer la sentencia que tuvo una gran repercusión. En apenas diez horas, más de 600 personas le habían dado un 'Me gusta' a su estado y lo habían felicitado.

Los hechos se remontan a 2011, cuando el conocido artista fue sancionado tras pintar en la fachada interior de la cueva La Faraona, en el Sacromonte con la autorización del propietario. La multa ascendía a 900 euros.

Desde el primer momento, su abogada centró su defensa en la imposibilidad de solicitar un permiso en el Ayuntamiento de Granada, tal y como exigía el Consistotio, ya que a día de hoy, según Adán "no existe una figura jurídica municipal que ampare los grafitis, ni tampoco esa solicitud". Además, también defendió que en la fachada de la cueva ya existía una pintura anterior. Así, según Adán, el artista urbano simplemente estaba "rehabilitando la cueva sin provocar daños, ni afectar al patrimonio urbano".