Granada

VEGA DE GRANADAAgricultura, turismo y cultura se alían para construir la marca

  • El Parlamento andaluz da luz verde a la creación de una comisión para debatir sobre el futuro del entorno

La riqueza de sus campos, la extensión de sus cultivos y la belleza de sus parajes la hacen un lugar inigualable. Sin embargo, los proyectos de protección y desarrollo de la Vega de Granada han estado guardados en un cajón en demasiadas ocasiones a pesar del fuerte interés que despierta en los ciudadanos y la gran cantidad de movilizaciones que se han convocado buscando su respeto. Esta situación puede estar a punto de cambiar si por una vez la proposición no de ley presentada por el PSOE e IU y aprobada por el Parlamento hace los deberes. Y la verdad, tiene toda la pinta de que así será. En otras ocasiones las propuestas realizadas por los distintos grupos parlamentarios fueron congeladas, como cuando hace nueve años otra proposición quedó atascada durante meses. Sin embargo, en esta ocasión, según asegura el secretario de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio del PSOE de Granada y alcalde de Fuente Vaqueros, Francisco Martín, hay muchas ganas de trabajar por una Vega sostenible, sobre todo con la idea de convertir el espacio en un lugar donde el turismo histórico y de paisaje, el desarrollo de una agricultura y ganadería que respete el entorno y la generación de riqueza sean los protagonistas. Todo, por supuesto, desde el más sincero respeto medioambiental.

Así, no será difícil que en unos años los supermercados tengan grandes stands repletos de productos de aquí al lado. O que diversas empresas se ubiquen en la Vega de Granada para explicar por qué los Reyes Católicos eligieron el municipio de Santa Fe para firmar las capitulaciones o cómo fueron los primeros años de vida del poeta granadino Federico García Lorca, nacido en Fuente Vaqueros, donde todavía es posible visitar su casa natal.

La gran herramienta para llevar todas estas propuestas a cabo ha sido la puesta en marcha de una comisión técnica y política coordinada por la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio e integrada a su vez por las Consejerías de Agricultura, Pesca, Desarrollo Rural, Turismo, Comercio, Educación, Cultura y Deporte. De esta forma, e implicando a tres consejerías distintas, la comisión pretende "evaluar y proponer" las herramientas necesarias para la protección patrimonial, agrícola y turística enmarcada en el desarrollo sostenible de la Vega.

Por el momento la comisión deja a un lado la declaración de la Vega de Granada como Bien de Interés Cultural, pues, según explica Martín, lo más importante ahora es "generar un turismo paisajístico de la Vega vinculado al turismo cultural histórico del entorno fomentando la agricultura y la ganadería desde el máximo respeto de la zona". Y será después cuando, según las conclusiones extraídas de las reuniones de esta comisión, se determine qué figura resulta más acorde para la protección de la Vega, o incluso, se creará una específica atendiendo a sus peculiares características. Todo en un proceso que, ya adelanta Martín, será largo pero que conseguirá la protección del espacio con todas las garantías jurídicas con el objeto de mantener la esencia del territorio, de sus campos, alejándolo de la especulación.

La historia de este espacio granadino con unidad pero heterogéneo comenzó antes de la dominación árabe, ya que los terrenos fueron explotados desde muy antiguo, según recoge José Menor Toribio en su obra Transformaciones recientes en la Vega de Granada. En este documento, Menor detalla que con la expansión de los moriscos se procedió a la desigual ocupación de los terrenos adaptándolos a las necesidades del momento y creando "un parcelario irregular abastecido por una importante y compleja red de acequias". Más tarde, estos regadíos se siguieron utilizando tras la expulsión. Ya en el siglo XVIII y tras varios altibajos demográficos comenzó "una recuperación" que llenó los campos de cultivos de cáñamo, lino, cereales, habas y otros productos. Eso sí, según recoge Menor, el estancamiento poblacional poco después será de nuevo fuerte, pues "la crisis del cáñamo y del lino y las epidemias del cólera conllevaron a un a paralización demográfica". Más tarde, a estos cultivos le seguirían a finales del XIX la expansión de la remolacha hasta 1930 y, tras la Guerra Civil, de otros muchos que se mantienen a día de hoy.

En los últimos años, el debate sobre la Vega ha sido recurrente. Por ejemplo, en 2005 ya existían diferentes colectivos y peticiones ciudadanas, y llegó a crearse una comisión especial promovida por la Diputación, gobernada entonces por Antonio Martínez Caler, para analizar el estado de la Vega, que llevó también al Parlamento una proposición no de ley para la declaración de protección de la Vega que quedó atascada. Ahora lo que se busca con la creación de esta nueva comisión, según detalla Martín, es el desarrollo de una actividad económica y medioambiental que permita aprovechar la Vega de Granada desde el ámbito de la protección y el desarrollo sostenible. Así, con esta comisión, que tiene previsto reunirse antes de mayo y que estará integrada por todos aquellos que han luchado por la protección de la Vega como ayuntamientos, asociaciones o colectivos, se redactará un estudio concienzudo que tendrá como culmen la creación de una "herramienta legal" capaz de dotar al espacio de una protección acorde.

La primera tarea consistirá en el establecimiento de una cronología que dé respuesta a las peticiones ciudadanas, organizaciones agrarias, sindicatos o expertos interesados en alzar su voz. Y, una vez aprobado este cronograma de trabajo, según Martín, "se consensuará con las Consejerías de Cultura, Agricultura y Turismo", ante la intención de apostar por estas tres áreas como motor económico.

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