En 2002 la Asociación de Padres del Colegio Gómez Moreno del Albaicín se hizo cargo del comedor del colegio con un concepto único en la provincia: un comedor ecológico, gestionado por los propios padres y que apoyaba a los productores locales. Antes había un catering y apenas 30 niños. Ahora, 167 menores de 3 a 13 años disfrutan cada día de estos menús gracias a la apuesta de los padres por este otro modelo.

Hasta ahora ha sido posible el funcionamiento del comedor gracias a convenios anuales con la Junta de Andalucía, que reconocía que el comedor había sido un revulsivo para el colegio, que es la única apuesta de educación pública del barrio. Pero los padres están preocupados. En septiembre de 2013 les llegó la noticia de que no se podía seguir manteniendo los convenios con la Junta. "Nos dijeron que no era posible esa fórmula y ahora tenemos que ir a concurso público", explica la presidenta del Ampa, Rosana Novellón.

Los padres aceptan las normas pero temen que Educación ponga unas cláusulas imposibles de cumplir para un Ampa y que dejen el concurso en manos de una empresa de cualquier punto del país. Por eso están a la espera de los pliegos, que saldrán este mes. "Los concursos los podemos hasta admitir pero que no estén enfocados a empresas y se prime la comida ecológica, las condiciones laborales y la comida realizada in situ. Esto lo hemos explicado en Sevilla al ISE para que valore lo que tenemos", explicó la presidenta. Si no, temen que se produzca una salida masiva de alumnos del comedor.

Para su gestión, el Ampa ha realizado todos los trámites y permisos oportunos y funciona como una empresa que tiene contratadas hasta a diez personas: una cocinera, una ayudante de cocina, cinco monitoras y tres de apoyo con buenas condiciones laborales y salarios. Todos 'creyentes' en este modelo de gestión y de comedor basado en la ecología, la cercanía del producto y la buena comida. El 80% es consumo ecológico.

Hasta tienen una comisión de padres que se encarga de la gestión con proveedores, quejas, menús, etcétera. "No entendemos que por un lado la Junta apueste por políticas de salud y alimentación y por otro no fomente iniciativas como esta", relata Lala Bono, madre de un niño del comedor.

En la misma situación están otros siete centros en Almería.