Granada

Granada vuelve a relucir

  • La procesión del Corpus congrega a miles de personas en el casco histórico de la capital en una jornada menos calurosa que de costumbre Ocho altares adornaron calles y plazas

HAY tres jueves al año que relucen más que el sol, Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión. Este dicho volvió a cumplirse ayer al pie de la letra en Granada. Una jornada con escenas costumbristas que no fue tan calurosa como en otras ocasiones. La áurea Custodia que donó la reina Isabel la Católica a la ciudad salió a las calles para conmemorar el día más grande del calendario local. Por espacio de hora y media estuvo en las principales arterias de la capital que se abarrotaron para contribuir al bullicio propio de la cita.

Desde primera hora de la mañana granadinos y visitantes ocupaban las localidades repartidas por el itinerario previsto. Como es costumbre el cortejo, integrado por las hermandades de Semana Santa y de Gloria además de otros tipos de agrupaciones religiosas, llegó a las puertas de la Catedral antes de que la Custodia abandonara el interior del primer templo de Granada. Una palma real anunciaba escasos minutos después la salida. El rachear costalero se mezclaba con los aplausos en ese momento.

La tradicional estampa se repetía de nuevo. Para presenciarla hay quienes aguantaron estoicamente bajo los rayos del sol, incluso fuera del dominio del entoldado que lucen Marqués de Gerona, Mesones y Reyes Católicos. Otros no querían perder puntada pero, eso sí, cerca de un establecimiento hostelero para, como se suele decir, estar en misa y repicando. Es decir, con un ojo en la procesión y otro en la televisión del bar para seguir la proclamación del rey Felipe VI.

Por otra parte, muchas familias prefirieron quedarse en casa o visitar la de familiares y amigos para admirar desde los balcones el discurrir religioso y a la vez estar al tanto de lo que ocurría en Madrid.

A este aliciente también se sumó el interés mediático que concentró Granada (al ser la única ciudad junto a Sevilla y Toledo en el territorio nacional que sigue conservando la celebración de la fiesta en jueves) y la reaparición de José Tomás en España casi dos años después sobre el albero de una plaza de toros. El interés generado por el regreso del diestro madrileño también se notó por la mañana.

Al bullicio que se da cita por regla general cada jueves de Corpus en las calles se unió el turismo taurino que aprovechó la ocasión para conocer más de cerca esta cita de carácter religioso. Una procesión que, respecto a años anteriores, contó con una singularidad. La inclusión en la misma de la imagen original de la Inmaculada Niña -procedente de México- que hasta el próximo mes de julio permanecerá en la Diócesis granadina.

Detrás de esta diminuta talla, el paso del tiempo sobre la modernidad. O lo que es lo mismo, la Custodia de la Católica sobre el espectacular canasto que concibiera en 1992 el orfebre granadino Miguel Moreno. Sobre alfombrada de juncia, mastranzo y hierbas aromáticas paró ante los ochos altares efímeros montados en plazas y calles para la ocasión por distintas hermandades.

Monumentos que imprimieron más color y arte al día grande de Granada. Para color, el blanco de los niños ataviados con el traje de Primera Comunión que decidieron ser fieles a la tradición y formar parte de la procesión y el rojo y rosa de los pétalos que desde las alturas arribaron sobre el paso. El cielo aportó el azul al ganarle la batalla los claros a las nubes que a primera hora del día dibujaban el gris sobre la ciudad de la Alhambra.

En el capítulo de protocolo, la imagen de la jornada fue la destacada ausencia del alcalde José Torres Hurtado en el cortejo civil. El regidor, ya en su domicilio tras recibir el altar hospitalaria, sigue recuperándose del infarto de cerebelo que sufrió hace dos semanas. A todo esto, sobre la figura del edil de Educación y Empleo, Jorge Saavedra, recayó la responsabilidad de portar el Pendón de Castilla. Tampoco pudo formar parte de la representación municipal el portavoz del equipo de gobierno, Juan García Montero, al encontrarse participando en Madrid en los actos de sucesión en la Corona, en lugar de Torres Hurtado.

Junto a él estuvo el presidente de la Diputación Provincial y senador Sebastián Pérez. Por esta cuestión la delegación de la citada institución en la procesión contó con el resto de diputados a excepción de su máximo responsable.

Relevo en la Jefatura del Estado y capotazos a parte, Granada reeditó un año más su compromiso con el día más importante de la feria del Corpus. Un cita que dio el aldabonazo a una histórica jornada y a la recta final de la vertiente pagana de la fiesta, testigo que recogió por la noche el recinto ferial de Almanjáyar.

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