La huelga ferroviaria convocada por varios sindicatos dejó ayer las conexiones de Granada con Madrid al 50%. El paro, que afectó tanto a Renfe como a Adif -Administrador de Infraestructuras Ferroviarias de España- y que se extenderá también a hoy en el segundo caso, provocó que la salida de las 9:10 horas desde la Avenida de Andaluces hasta el centro de la Península Ibérica fuese cancelada, así como el recorrido inverso desde Atocha a las 9:05. Es decir, de dos salidas y llegadas desde la capital de España, sólo se produjo una en cada sentido.

Fuentes de Renfe aseguraron que la jornada transcurrió "sin incidencias" y que los servicios mínimos se cumplieron "con normalidad". Entre dichos quehaceres, sin embargo, no se encontraba incluida la venta de billetes, por lo que la estación granadina no pudo expender billetes en todo el día, colgando el cartel de "sin servicio". "El motivo de la huelga es única y exclusivamente defender el empleo; queremos un empleo digno, de calidad, que se rejuvenezca la plantilla y que no se externalicen las cargas de trabajo a otra gente", declaró el presidente del Comité de Empresa de Renfe en Granada y representante de CCOO, José García.

"En Granada estamos una plantilla, entre Renfe y Adif, de algo más de 300 trabajadores y ya nos han dicho que en los futuros planes no entran unas 20 personas. En Adif tenemos poco más de 100 empleados y 20 personas es una burrada de gente, es desmantelar el servicio. En Renfe peligra muchísimo el taller de depósito de reparación de vehículos y locomotoras que está en Villarejo, que agrupa a mano de obra también de contratas formada por más de 40 personas", agregó García. La huelga, además, minimizó las conexiones de trenes con ciudades como Sevilla o Algeciras. Con la ciudad hispalense existen ocho líneas diarias -cuatro en cada sentido e integradas en una mayor que va hasta Almería- de las que dos no emprendieron viaje. Las primeras de la mañana. Con Algeciras se establecen 6 viajes cada jornada, tres de ida y otros tantos de vuelta. Igualmente, los dos primeros no llegaron a salir -el que partía de la localidad gaditana a las 6:15 horas y el que lo hacía desde Granada a las 6:45-.

De acuerdo con las palabras de José García, la entrada del "capital privado" en la actividad de los ferrocarriles es uno de los peligros futuros e inminentes. "La idea de Adif es ir cerrando todo lo que pueda cerrar, ir externalizando cargas de trabajo y desmantelando todo lo desmantelable. Quiero que quede claro que no pedimos ni que nos suban el sueldo, ni que nos bajen la duración de la jornada, ni que nos den más días de licencia, ni que nos den ningún tipo de mejora social, únicamente estamos haciendo una huelga para defender que el ferrocarril sea público, social y de todos. No es de recibo que entre todos los españoles hayamos pagado su resurgir con unas líneas de Alta Velocidad maravillosas y con unos vehículos perfectos para luego dárselos al capital privado para que las explote" criticó.

Sin contar con las salidas de trenes que no se produjeron por el parón, lo cierto es que la inactividad no se notaba en demasía en la tarde de ayer en la Estación de Andaluces. Fue una huelga de 23 horas de duración que hoy se convertirán en el doble en Adif. Según fuentes de la entidad pública, el seguimiento en Granada había sido del 7,22%. Y es que de 100 trabajadores que tenían que presentarse en los dos primeros turnos -hasta las 16:00 horas-, sólo faltaron 7. La participación para los sindicatos, en cambio, fue del 80% a nivel nacional, excluidos servicios mínimos. Para Renfe, del 4%.

Otra de las peticiones de CCOO es que tanto el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias como la Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles vuelvan a formar un único ente, que se unan. "Como hacen en Europa. En la reunión que tuvo nuestro secretario general con la ministra de Fomento, ella dijo que defendería ese aspecto en el continente, esperemos que sea así", indicó García.

Para los viajeros afectados por la huelga, Renfe incluía en su web las alternativas: cambiar el billete sin coste para otra fecha, subir al siguiente convoy de igual destino con plazas libres u obtener el importe de su viaje y cancelarlo. Si aún así los pasajeros insistían en partir el mismo día de inactividad, se recolocarían en otro tren con las mismas condiciones "siempre que fuese posible", reintegrándoles la diferencia de coste si es de menor categoría o no abonando la diferencia si es de mayor nivel -salvo en "plazas acostadas de coche cama"-.