Hace un par de años pasear por las calles de Granada era toparse con decenas de establecimientos de compro oro situados a cada esquina. Al inicio de la crisis todo el mundo echó mano del joyero para conseguir llegar a fin de mes en un momento en que el metal precioso logró valores de infarto. Fue en ese momento cuando decenas de empresarios abrieron la persiana de negocios de compro oro. Tiempo después, sucedió la tragedia. Los granadinos lo habían vendido casi todo y estas tiendas dejaron de tener sentido.

Tras su marcha, otra tendencia se impuso de forma rotunda en la capital: las tiendas de cigarrillos electrónicos unidas bajo una nueva moda: vapear. Todo el mundo soñó por unos instantes con la idea de quitarse de fumar gracias a este cigarrillo de sabores extravagantes que se fue implantando en las terrazas de los bares, pero también dentro, pues una de sus principales ventajas frente al cigarrillo común era la permisión de uso en el interior de los establecimientos.

Granada se llenó entonces de tiendas de cigarrillos electrónicos y no solo eso, establecimientos especializados en otro tipo de productos incluyeron en sus escaparates estas pipas de plástico con luces a todo color. Llegó la era del vapeo a la capital. Negocio movido incluso por algunos estancos que por un momento sintieron miedo de la incursión de este producto.

Sin embargo, al igual que las tiendas de compro oro, la moda del cigarrillo electrónico también ha pasado. Los incesantes estudios sanitarios sobre las ventajas y desventajas de este producto apoyados por la Junta de Andalucía que terminó por prohibirlo en espacios interiores le fueron arrimando a la crisis que ya se percibe en la capital. Por ejemplo, negocios como Solo vapeo, que contaba con varios establecimientos, redes sociales y páginas web ha echado el cierre en la calle Recogidas. En la puerta todavía pueden leerse las ventajas de este cigarrillo que no parece haber calado tan hondo entre los ciudadanos o al menos con la misma intensidad del principio.

Para ponerle remedio a la crisis del vapeo, otros comerciantes como Santiago Correa, que tenía una tienda de complementos y cigarrillos en San Antón ha decidido darle una vuelta al negocio y apuntarse a la nueva moda: la telefonía libre. Aunque él no ha notado el descenso de una forma tan rotunda -abrió hace cuatro meses- sí considera necesario reinventarse para seguir sacando números positivos. Así, ahora regenta Smartphoneland, telefonía libre Grupo Levante. Un establecimiento especializado en móviles, tablets y todo tipo de accesorios electrónicos y carcasas que complementa con la venta de los cigarrillos. "Yo sigo vendiendo este producto, ya sea el cigarrillo o los líquidos. La bajada se ha notado sobre todo en el cierre de tiendas" detalla Correa que ahora ha incorporado los teléfonos. "Tengo marcas nuevas de importación que son muy buenos terminales pero no pagamos el precio por un Iphone o un Samsung", explica Correa que detalla que el coste de los móviles oscila entre los 85 y los 350 euros. Eso sí, si el boom se pasa, Correa lo tiene claro: "me fijaré en otra cosa que vaya bien, de hecho ya tengo algunas ideas", relata.

Un paseo por las calles del centro denota esta nueva tendencia. Además de Smartphoneland también existen otros negocios del estilo como Smallphone en la calle Recogidas o X-Touch en Puentezuelas. Pero no solo se están extendiendo las tiendas de teléfonos. Los complementos para este aparato que se ha convertido en una herramienta cotidiana imprescindible han provocado la proliferación de otras tiendas dedicadas exclusivamente a los móviles como E-Tong, telefonía y accesorios en la calle Puentezuelas que está al lado de otra anterior, Fonizzimo. Tiendas que también se repiten en calle San Antón en un momento en que todo lo referente a lo móvil es tendencia.