Granada

"Sus trabajos van en contra de la seguridad de los vehículos"

  • El presidente de FATA, Sebastián Ruiz, destaca el aumento de los controles en los últimos años

"En los últimos dos años se han intensificado los controles; queda mucho por hacer pero podemos estar contentos ante los resultados cosechados por la Policía Autonómica y el Seprona para erradicar ese mal que no sólo ataca a la economía de los legales, sino también a la seguridad de los vehículos". La existencia de talleres clandestinos trae de cabeza en los últimos tiempos a la Federación Andaluza de Talleres, Automóviles y Afines (FATA) y a su presidente, Sebastián Ruiz. Tanto que el propio Ruiz calificó como "preocupante" que los usuarios puedan acudir a este tipo de establecimientos para acometer reparaciones, siempre "menores", en sus vehículos.

Y es que, como aseguró, los talleres ilegales no cuentan con todas las "garantías" que pueden ofrecer los convencionales y legítimos. "Hay que tener en cuenta que el tipo de arreglos que hacen suelen ser de bajo nivel, como cambios de aceite o filtros, control de ruedas... No son reparaciones de motores ni cosas grandes puesto que no tienen importantes medios para llevarlas a cabo, pero son operaciones que son muy frecuentes y con un coste medio de entre 50 y 100 euros, lo que hace que sus propietarios puedan sobrevivir tranquilamente con un par de ellas a la semana y porque no pagan ningún tipo de impuesto", argumentó. Ese último aspecto es otro que destacó el presidente del organismo autonómico. Los establecimientos de dicho estilo conllevan, igualmente, un "fraude fiscal" al no pagar ninguna tasa pública a la hora de concluir sus trabajos, que están "fuera del control". "Ello nos está animando a intensificar nuestras acciones para ver si somos capaces de acabar con esta lacra que sigue afectando día a día a nuestros asociados".

De acuerdo a las palabras de Ruiz, FATA es también un activo colaborador de la Policía Autonómica y del Seprona cuando éstos se disponen a realizar inspecciones. "Muchas veces les indicamos a las autoridades algunas de las direcciones a las que deben acudir en cada pueblo para inspeccionarlos", sostuvo. Un sector que parece haber pasado ya lo peor de la crisis económica, que les aguijoneó profundamente. "La hemos ido paliando poco a poco. En nuestro ámbito, salvo en los concesionarios, las empresas suelen ser pequeñas y familiares, y se han acomodado a los nuevos servicios como han podido. En los últimos cinco años, el sector se ha ido ajustando y, hoy día, gracias a Dios, no estamos en los números de 2006 pero sí hemos llegado a un nivel que permite sobrevivir a los que quedan". Con el enemigo de la coyuntura económica casi abatido, sólo les queda acabar con el de sus semejantes y la competencia desleal.

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