-¿Qué situación atraviesa en estos momentos el comercio granadino?

-La variación media de las ventas en lo que va de año (0,1%) refleja un consumo débil que no termina de despegar, todavía insuficiente para la reactivación del sector, que acumula el desgaste de casi siete años de crisis económica y estancamiento del consumo. La ocupación sigue registrando cifras negativas (-0,4% de media en el primer semestre). Siendo así, resulta prioritario poner en marcha en el segundo semestre programas específicos de incentivos al consumo en el comercio minorista como planes renove para electrodomésticos o muebles, ayudas a la rehabilitación de viviendas, lucha contra la competencia desleal, créditos al consumo...

-¿Cuáles son los principales problemas? Los pequeños comerciantes hablan de falta de crédito, escasas ayudas para los autónomos, competencia agresiva...

-La dificultad para conseguir financiación de los bancos, ya que les exigen avales que suelen superar su patrimonio personal y, además, no siempre saben cómo negociar con los bancos, por lo que no siempre logran las mejores condiciones. Otros aspectos son los grandes competidores que los obligan a reducir sus ingresos o aumentar sus horas de trabajo; la pérdida de capacidad de gestión e innovación debido a la falta de tiempo para reciclarte profesionalmente; los altos precios del mercado inmobiliario, especialmente en el centro y en los centros comerciales, que imposibilitan el acceso de los autónomos a ubicaciones competitivas; menor protección en comparación con los trabajadores por cuenta ajena; aspectos administrativos vinculados a ordenanzas y normativas locales, etc.

-Con este panorama no es nada fácil hacerse autónomo...

-Este año y gracias a la tarifa plana implantada por el Gobierno central para la creación de autónomos se han disparado las altas durante 2014, registrando el mejor dato desde el inicio de la crisis, lo que supone un importante cambio de tendencia. Se trata de una buenísima noticia, pero, ¿qué pasa con los comerciantes autónomos que llevan años y años trabajando día a día por sus comercios y a los que la crisis les ha dejado sin patrimonio? El Gobierno debería tomar nota y debería contemplar otro tipo de medidas para el resto de comerciantes de nuestro país.

-En los años de la crisis se han perdido numerosos negocios. ¿Volverá a brillar Granada por su comercio?

-El comercio de Granada nunca ha dejado de brillar, nuestro sector es uno de los pilares de la economía de la provincia (junto al de la hostelería), que hace que Granada sea una de las ciudades que más concienciadas está con el desarrollo del binomio turismo-comercio. Granada siempre ha destacado por la calidad de su comercio, podría decir que el tan nombrado últimamente como turismo de compras ya existía en nuestra ciudad mucho antes de que el mismo concepto se inventara. La economía de nuestra provincia, desgraciadamente, se asienta sobre el sector servicios por la falta de industria, por lo que todos debemos volcarnos en este sector y hacerlo competitivo.

-¿Qué efecto tiene la apertura de grandes espacios comerciales?

-Las grandes superficies, por su formato comercial, ubicación y actividad, producen impactos negativos que afectan a la ordenación del territorio, al medio ambiente y al tejido y actividades de los núcleos urbanos, sin asumir los costes económicos, sociales y ambientales. Son necesarias políticas y medidas contra la crisis centradas en restablecer el equilibrio entre formatos comerciales en la defensa del interés general del comercio tradicional. Este tipo de comercio es muy perjudicial para las tiendas tradicionales y desde la Federación estamos en contra de la apertura de grandes espacios comerciales, ya que suponen una feroz competencia. Por eso apoyamos la creación de un impuesto sobre las grandes superficies comerciales.

-Con la renta antigua se estima que se perderá un millar de comercios, entre ellos los más tradicionales. Los propietarios dicen que también tienen derecho a cobrar un precio actualizado por su alquiler. ¿Qué acciones va a liderar la Federación?

-Desde hace muchos años la Federación ha organizado jornadas y reuniones para informar de los efectos que tiene la Ley de Arrendamientos Urbanos para los arrendatarios con contratos anteriores al 9 de mayo de 1985, por lo que se aconsejaba estudiar cada caso individualmente y negociar con la propiedad de los locales con antelación. La actual crisis ha hecho imposible para una gran mayoría de arrendatarios renegociar sus contratos, pues el traslado del negocio supone la pérdida definitiva de la clientela, acostumbrada a un nombre comercial, a un local en un lugar concreto... De ahí que desde hace mucho tiempo se estén manteniendo reuniones con dirigentes políticos para introducir una modificación en la Ley de Arrendamientos Urbanos que permita a los arrendatarios prorrogar los contratos más allá del 31 de diciembre de 2014 a cambio de una subida lineal de la renta de un 30% y diferenciar situaciones en las que los arrendatarios actuales hayan pagado traspasos. Hace varios meses asistí a una reunión en el Senado con directivos de esta Federación, comerciantes y políticos granadinos para trasladar la necesidad de la modificación normativa y en junio se presentó por la Federación a Fomento una propuesta de modificación de la Ley de Arrendamientos Urbanos, siendo la única propuesta de toda España que hasta ahora ha tenido entrada en dicho Ministerio, por lo que se ha solicitado a la Confederación Española de Comercio se adhiera a dicha propuesta, lo cual nos consta que se ha llevado a cabo.

-¿Qué efectos ha tenido la liberalización de las rebajas?

-A pesar de que el Real Decreto-Ley 20/2012 supuso la supresión de los periodos regulados en los que los comerciantes podían realizar las ventas en rebajas, aproximadamente el 80 o el 85% del comercio granadino sigue respetando los periodos tradicionales de rebajas. Pero aunque la mayoría decidan seguir manteniendo la tradición en las fechas tratando de buscar el efecto psicológico en el consumidor, poco a poco se va incrementando el número de los que deciden adelantar las rebajas en un intento por mejorar sus ventas.

-¿Qué balance hace de las rebajas de verano?

-Han sido regulares tirando a malas. No han cumplido las expectativas de los comerciantes, que esperábamos ver ya alguna mejoría en las ventas, más cuando en los medios de comunicación se anuncia a bombo y platillo el incremento, leve, de la economía del país. El gasto medio, según nuestros datos, ha sido de un 50 euros por persona.

-Finalmente se consiguió evitar la liberalización de horarios. Los comerciantes estaban asustados al ver que no podrían competir con los grandes almacenes. ¿Cuál es el estado del personal o de los horarios en estos momentos?

-La Federación mantiene que el grave problema que viene padeciendo el comercio es la crisis de consumo y que la recuperación del sector no se soluciona incrementando el número de zonas de gran afluencia turística sino mediante la adopción de medidas que permitan reactivar el consumo de los hogares. En este sentido insistimos en que una mayor liberalización horaria no genera un aumento del empleo ni del consumo sino que produce un desplazamiento de las compras hacia otros formatos comerciales, ganando éstos cuota de mercado en detrimento del comercio tradicional. Una mayor apertura no tendrá efectos directos sobre el consumo, ya que la crisis de consumo viene marcada por una carencia de demanda y no por un problema del tiempo disponible para consumir. También tenemos en nuestro sector el cumplimiento del convenio colectivo de la provincia que es muy riguroso con los horarios de los trabajadores.

-¿Y los turistas que llegan a Granada dispuestos a comprar a la hora que sea?

-El comercio de proximidad apuesta por el binomio turismo-comercio, pero el turismo que llega a Granada sigue siendo mayoritariamente de sol y playa y cultural, ya que aún no es destino principal de compras. Por la experiencia previa con las zonas de gran afluencia turística constatamos que no han logrado ni mejorar las ventas, ni el empleo, ni han atraído turistas, que en su mayoría solo compran productos típicos y souvenirs. En Andalucía disponemos de unos horarios de apertura de establecimientos razonables que satisfacen a los consumidores, incluidos los turistas que nos visitan. El comercio de proximidad es un elemento estratégico que contribuye a la mejora de la sostenibilidad social, económica y medioambiental de las ciudades. Ofrece calidad, profesionalidad y cercanía. Hoy por hoy esto es incompatible con la liberalización de horarios comerciales. Su extensión pone en riesgo el actual modelo comercial de equilibrio entre formatos y diversidad en la oferta y, quizás, primero habría que decidir si es eso lo que se quiere para un sector que aporta el 10% del PIB y más de 500.000 puestos de trabajo en nuestra comunidad.

-Las franquicias y los comercios asiáticos siguen arrinconando al pequeño comercio. ¿Que se puede hacer? ¿Prefiere el granadino productos de menor calidad pero más baratos?

-Los comercios de extranjeros continúan representando un serio problema que las administraciones andaluza y estatal deban atajar. Desde la Federación se piden todos los años más inspecciones para que, por lo menos, no ejerzan quienes no tienen su documentación en regla ni pagan los impuestos. En este sentido y mirando a los comercios regentados por asiáticos o africanos, todos los años hacemos un llamamiento a todas las administraciones públicas, Hacienda, Inspección de Trabajo... para que hagan inspecciones. Hacen falta más inspectores que les controlen y les hagan cumplir la ley. La venta ambulante ha vuelto a incrementarse debido a la crisis. Todos los años exigimos también que se mantenga la presión, no tanto sobre los vendedores, que suelen ser carne de cañón, sino sobre las mafias que dirigen este tipo de actividad. Se le ha pedido en muchas ocasiones al Ayuntamiento que ponga en marcha mecanismos para erradicar de una vez esta actividad, no puede ser que se multe a un vendedor ambulante un día y que al día siguiente vuelva a poner su puesto. No pienso que el granadino prefiera productos baratos, todos sabemos que lo barato sale caro.

-Finalmente decidió postergar la impugnación de las elecciones en la Confederación Granadina de Empresario. ¿Por qué?

-Por mi parte se propuso al comité ejecutivo de la Federación que con gran orgullo y honor presido, que no se impugnaran los acuerdos adoptados en la Asamblea General Extraordinaria Electoral de la Confederación pese a entender que existieron irregularidades que podrían conllevar la nulidad de los acuerdos adoptados, entre otros la elección de cargos directivos. Pero entiendo que la Confederación está por encima de las personas que la dirigen, pues representa a todos los empresarios granadinos que deben estar unidos en estos momentos. Hay que evitar enfrentamientos entre nosotros que solo consiguen debilitar al tejido empresarial granadino, algo a lo que la Federación que presido no va a colaborar. Los actuales directivos de la Confederación no consideraron conveniente que el sector del empresariado del comercio de Granada y su provincia formara parte de su candidatura, lo cual es la primera vez que sucede desde su fundación, y considero que ha sido un desprecio a todo el comercio granadino y a todos los directivos de la Federación, pues el actual presidente de la Confederación no solo ha preferido defender intereses individuales de algunos empresarios sino que ha considerado conveniente no reconocer el peso que el sector empresarial del comercio tiene en la provincia. Pese a ello, continuaremos defendiendo los intereses de todo el comercio granadino y sus asociados llevando a cabo convenios de colaboración con otras asociaciones e instituciones y tratando de no perjudicar en modo alguno a la Confederación Granadina de Empresarios.

-¿Hace falta un pacto entre Federación de Comercio, Confederación y Cámara para trabajar?

-Estando unidas todas las instituciones empresariales se defienden mejor los intereses de los empresarios, pues la división y la falta de entendimiento nos perjudica. Por este motivo se ha suscrito un convenio de colaboración entre el presidente de la Cámara de Comercio y el de la Federación Provincial de Empresarios de Comercio para que, utilizando las sinergías propias de cada institución se potencie el tejido empresarial del comercio de toda la provincia. Siempre que un pacto sea para mejorar, este será bueno, pero, por desgracia para nuestra provincia, Granada tiene mucha necesidad de pactos entre todos los empresarios, administraciones públicas, políticos y sindicatos.