Granada

El Sevilla pasa a la historia

  • El emblemático restaurante de la Calle Oficios cerró anoche después de 84 años de referencia en la vida gastronómica, cultural y social de la ciudad

Estas serán las últimas líneas que Granada Hoy dedique al restaurante Sevilla en activo, sirviendo algunos de los platos por los que pasará a la historia de la gastronomía local, atendiendo a algunos de los personajes más populares de la ciudad pero también del panorama nacional e internacional que se han acercado a la Alhambra y sirviendo de punto de reunión, descanso y disfrute a los miles de granadinos que lo han elegido a lo largo de más de ocho décadas para compartir mesa y barra. El Sevilla anoche cerró sus puertas, por lo menos tal y como se ha conocido hasta la fecha, aunque hay un compromiso de una segunda etapa en el mismo sitio y también con la familia Álvarez, propietaria del emblemático restaurante.

El Sevilla forma parte de la historia de Granada como Juan Luis Álvarez forma parte de la historia del Sevilla. Allí se ha criado y ha vivido 64 de los 84 años de historia del restaurante familiar. Ana Castañera 'La Tita' fue su fundadora en 1930, junto a su marido Antonio Moreno 'Lagartijillo Chico' y Antonio Álvarez, padre y abuelo de los actuales propietarios. El nombre le fue dado al restaurante por la gran afición a los toros de los fundadores, ambos novilleros, por ser Sevilla en aquel entonces la ciudad más emblemática como imagen taurina.

Ayer, un Juan Luis Álvarez muy emocionado, recordaba algunas de las vivencias que lo unen a este local situado junto a la Capilla Real y en el que echó los dientes o aprendió a andar. "Recuerdo especialmente las celebraciones de Nochebuena con la familia Flores, que eran muy amigos de mi padre, que falleció cuando yo tenía 9 años". Y si esas veladas de pequeño las recuerda por el cante y por el baile, hay otra que recuerda por las anécdotas, la que pasó con Francisco Rabal: su hermana y el profesor Juan Luis Castellano en las que el famoso actor "estuvo haciendo imitaciones, entre otros de Buñuel, y contado historias hasta las tres o las cuatro de la mañana".

Y eso que historias hay muchas, como la Nochevieja que pasaron en el local la familia Álvarez con Bernardo Bertolucci. La amistad con Anthony Quinn, las visitas de ilustres como Ava Gardner o Cole Porter, así como todos los presidentes de la democracia española o los Reyes de España, entre otros muchos nombres cuyos rostros decoraban hasta ayer las peredes del establecimiento. Pero el restaurante Sevilla es más que la historia de la familia Álvarez, que se encuentra ya por la cuarta generación de restauradores, porque el Sevilla ha servido de escenario a muchos capítulos del último siglo de los anales de la ciudad.

Durantelos complicados años entorno a la República y a la preguerra civil, el Sevilla vio florecer las tertulias en su pequeño patio, donde se reunían Federico García Lorca, muy amigo de los propietarios, Manuel de Falla, Jose Luis Navarrete, Alfonso Gamir y tantos intelectuales de la época que probaron, valoraron y encauzaron la experimental y deliciosa comida de la Tita. Fue entonces cuando nacieron platos tan emblemáticos como la sopa sevillana, que debe su nombre al restaurante y no a la ciudad de Sevilla , el cordero a la pastoril o la sopa de la Tita.

Porque el Sevilla ha debido su éxito en parte al encanto de uno de los establecimientos con más solera de Granada, y a las excelentes dotes para las relaciones públicas de Juan Luis Álvarez y sus hijos, Daniel y Jorge, pero sobre todo por la sabiduría con la que ha adaptado la cocina tradicional granadina a los nuevos tiempos. En estas décadas se ha convertido en una escuela de hostelería por la que han pasado grandes profesionales como Antonio Rodríguez, Miguel Yáñez, José Paiz, Carmelo, El sordo, Manuel Ortega, Eduardo (gran jefe de cocina en los años 40) así como los actuales Fernando y Javi .

Y para los que quieran conocer más de la historia de Granada, tanto la gastronómica como la social y cultural, la Diputación de Granada prepara ya un libro sobre estas últimas ocho décadas de Sevilla. Y se podrá escribir también una segunda parte de esta obra, porque Juan Luis Álvarez y sus hijos bajaron ayer la persiana con la promesa de la familia Barroso, propietarios desde hace ocho años del establecimiento, de que volverán a la esquina de la calle Oficios: "Eloy Barroso se ha comprometido a que el Sevilla seguirá para adelante".

Queda un año y medio aproximadamente de reformas que respetarán la esencia del local y luego esperamos volver. No es un adiós, es un hasta luego", comentaba ayer Juan Luis Álvarez apoyado en la barra de la que ha sido su casa desde hace 64 años ante la atenta mirada de su hijo Dany.

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