Hace una semana Granada vivía una de las trombas de agua más intensas que se recuerdan en los últimos años. Una semana después todavía se siguen retirando lenguas de tierra, piedras y ramas en varios puntos de la ciudad. La plaza Albert Einstein, Bobadilla y la zona del Barranco del Abogado son las que siguen aún pendientes de estos trabajos de limpieza, siete días después.

Si hubiera que cuantificar el coste de este trabajo extra, el Ayuntamiento tendría que haber desembolsado 141.700 euros, algo que no ha hecho puesto que este tipo de actuaciones se contemplan dentro del canon anual que el Consistorio paga a la empresa de limpieza, Inagra.

Ayer, el concejal de Medio ambiente, Juan Antonio Mérida, reconoció que ya quedan muy pocos trabajos que acometer en este sentido, aunque todavía hay por delante faena en algunos enclaves de la ciudad. "La prioridad después de la tormenta fue retirar todas las hojas caídas por la ciudad por si se repetían las lluvias y eso ha ralentizado los trabajos en otros puntos", apuntó el concejal.

Para ver de primera mano en qué situación se encuentra el barrio de Bobadilla, el alcalde giró visita ayer al golpeado enclave. "El barrio ha sufrido de forma importante la tormenta, se ha anegado y ha tenido aporte de tierra y salida de aguas. Los vecinos nos dicen que tendríamos que haberlo hecho antes pero las cosas se hacen cuando los servicios de limpieza van pudiendo", apuntó el primer edil.

"Hubo que actuar en toda la ciudad, no hubo ninguna zona que tuviera menos problemas que otra", añadió el concejal de Medio ambiente.

Una vez terminada la tormenta los equipos de limpieza intervinieron con especial diligencia en el Paseo del Salón para desaguar lo antes posible este espacio. Otras vías con actuaciones urgentes fueron Rector Marín Ocete, avenida de la Constitución y la calle Real de Cartuja donde también hubo problemas por arrastres.

Para dar respuesta a estas necesidades la plantilla de Inagra se incrementó con un camión caja abierta y una cuadrilla de seis peones que junto a dos barredoras eliminaron los elementos peligrosos y recogieron las hojas de los árboles. Posteriormente se reforzó el servicio con 22 efectivos humanos, además de una barredora, un tractor pala y un camión.