En el Consejo de Administración de Emasagra celebrado ayer quedaron varias cosas claras. La primera, que la factura del agua subirá en enero de 2009. Y la segunda que la empresa agudizará esa subida en los ciudadanos más derrochadores. La idea está clara: que pague más, el que más agua gaste. Para esto Emasagra ha propuesto elevar sus precios públicos en función de cuatro tramos de consumo que permitirán penalizar en el coste a quien más agua utilice.

A pesar de que desde la empresa se asegura que la subida y el incremento de estos tramos será "equilibrado", fuentes consultadas por este periódico manifiestan que el ascenso en el recibo podría reflejarse en un 12 por ciento, en el caso de los vecinos de la capital y entre un 4 y 5 por ciento, en el Área Metropolitana.

Es, precisamente, el acuerdo tarifario lo que tiene a todos los miembros del consejo a expensas del consenso. Mientras la empresa reclama medidas para afrontar el 50% de sobrecoste que sufre con respecto al año anterior, los grupos de la oposición piden calma y reclaman un ascenso "justificado y responsable". El grupo municipal socialista considera que los ciudadanos han conseguido reducir su consumo en un 3 por ciento y llegar a un nivel de ahorro del 18, por lo que exigen a Emasagra que también sea consciente de ese esfuerzo y "no se dedique a castigar al consumidor con una subida excesiva". En cualquier caso, el incremento económico en el recibo deberá de consensuarse entre todos los miembros del consejo y no se votará hasta el próximo encuentro. Una vez aprobada la propuesta deberá pasar por pleno y por la comisión de tarifas de la Junta de Andalucía, fases que trasladan la modificación efectiva, como poco, a principios del año próximo.

Lo que queda claro tras las reuniones del consejo de la empresa es que la sequía, que se ha calificado como la más dura de los últimos 70 años, está haciendo estragos en el presupuesto de Emasagra. Se calcula que diariamente la empresa gasta 5.160 euros por la extracción de agua de los pozos; la subida del 45 por ciento por parte de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir por el uso de los embalses ha supuesto un plus de un millón de euros y, por último, el encarecimiento de la factura eléctrica -especialmente durante las horas nocturnas- que es cuando Emasagra bombea el agua de los acuíferos, son las razones clave que se ofrecen para explicar esta escalada tarifaria.

Izquierda Unida solicitará hoy en el pleno del Ayuntamiento un plan para el soterramiento de los transformadores de energía eléctrica en Granada. El concejal del partido, Manuel Morales, explicó ayer que con esta medida pretenden evitar los peligros que suponen para los vecinos algunas de estas instalaciones.

Manuel Morales señaló que estos transformadores generan ruidos, vibraciones e interferencias en las viviendas de muchos de los vecinos de la ciudad, "que se han quejado ya en muchas ocasiones". Además destacó que se están efectuando estudios que advierten de los perjuicios para la salud que puede producir la cercanía a estas instalaciones eléctricas.Según Morales es "perfectamente factible" el soterramiento, y de hecho ya se ha llevado a cabo en algunos puntos de la ciudad. Sin embargo lo que piden es que se elabore un plan que permita que esta obra se lleve a cabo en los próximos años y que obligue a las nuevas urbanizaciones a incluir este tipo de transformadores.

Precisamente ayer se produjo un incendio en un transformador similar a las instalaciones denuncias por Morales. El fuego calcinó parte del transformador, situado en la calle Profesor Manuel Garzón -como se aprecia en la imagen que acompaña a la información- y dejó sin luz al barrio durante al menos una hora.