Granada

La Toma: una tradición, dos visiones de la historia

  • Un gran despliegue policial evita incidentes entre los radicales de izquierda y derecha La concejal de Turismo, Rocío Díaz, fue la encargada de portar el Pendón de Castilla

Cada 2 de enero, Granada festeja una de sus tradiciones más sonadas: el día de la Toma. Aunque, desde hace ya más de una década, cuesta delimitar cuál es la verdadera tradición, si el acto ceremonial que se celebra desde hace más de un siglo para conmemorar la entrada de los Reyes Católicos en Granada en el año 1492 para recibir las llaves de la ciudad de la mano de Boabdil, o si bien la costumbre más extendida es el cruce de insultos entre bandos radicales de extrema izquierda y de extrema derecha. Ayer, como viene siendo habitual, hubo tradición por partida doble. No faltaron las correspondientes tremolaciones del Pendón de Castilla y el resto de escenas rituales, además de un despliegue policial considerable para evitar incidentes entre los portadores de banderas anacrónicas en referencia a la Toma.

En un ala de la Plaza del Carmen el bloque de las republicanas, alguna estelada catalana, y, sobretodo, blanquiverdes coronadas con la estrella roja, y en frente del balcón del Ayuntamiento las rojigualdas, muchas de ellas con símbolos nazis y preconstitucionales. Y es que la Toma, instaurada en 1516 por Fernando el Católico, ha visto cómo en los últimos tiempos se le han añadido los prefijos. Así, los 'anti' y los 'pro' más radicales llevaban varios días llamando a la acción a sus afines a través de las redes sociales de grupos como los independentistas Nación Andaluza o los partidarios de extrema derecha como Democracia Nacional. De esta manera, la Plaza del Carmen se despertó ayer con enseñas colocadas en las vallas previstas para la ocasión y muchos efectivos de los cuerpos de seguridad del Estado dispuestos para evitar males mayores. Y así fue, ya que la jornada transcurrió sin ningún incidente destacable. Lo que no pudieron frenar fue el cruce de vituperios.

Esos otros protagonistas fueron los más madrugadores, caldeando el ambiente desde bien pronto. Pero la conmemoración oficial empezó sobre las 11:30 horas, cuando la comitiva de concejales bajó las escaleras del Ayuntamiento camino de la Catedral. Encabezando el cortejo, marchó la edil de Turismo, Rocío Díaz, que portó el Pendón de Castilla, ante la negativa del candidato socialista a la Alcaldía, Francisco Cuenca, que renunció hace unos días a ser el encargado de dicha tarea, al igual que su compañera de partido Raquel Ruz. En la misma línea, los representantes consistoriales de Izquierda Unida tampoco asistieron al evento y se decantaron por participar en el acto paralelo convocado por Granada Abierta de Toma no, Mariana sí. De esta manera, la única integrante de la oposición que acompañó a los ediles populares fue Mayte Olalla, de UPyd, que se unió una vez terminada la misa.

El concejal de Cultura, Juan García Montero, criticó estas desavenencias: "Lamento que algunos partidos políticos no quieran acudir a la fiesta. Hay que verlo con ojos del siglo XXI y un pueblo tiene que respetar su historia". Además, expresó su disconformidad respecto a la radicalización "de dos minorías que han puesto un sello que no representa a nadie" y apostilló que "hay que seguir con este protocolo que se viene haciendo desde hace más de 500 años".

Un ritual que cumplió todas sus pautas. En primer lugar, la misa oficiada por el arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, y la ofrenda al sepulcro de los Reyes Católicos, donde el Pendón pasó a manos de la concejal de Comercio y Ocupación de la Vía Pública, María Francés, que lo tremoló en tres ocasiones. Y la traca final en el balcón del Ayuntamiento, cuando Rocío Díaz tremoló el Pendón y cerró la Toma dirigiendo el clásico "Granada" "¿qué", a lo que siguió la leyenda:"Granada, Granada, Granada por los ínclitos Reyes de España don Fernando V de Aragón y doña Isabel I de Castilla. Viva España. Viva el Rey. Viva Andalucía. Viva Granada".

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