Granada

La tensión política vuelve a Fitur

  • El buen clima entre los representantes políticos granadinos contrasta con el encontronazo que protagonizaron el presidente de la Diputación y la presidenta de la Junta a cuenta de la Alpujarra

Durante años, la tensión política había sido un clásico de Fitur. Antes de que el PP llegara al poder en la Diputación de Granada, durante aquellos años en los que el organismo provincial y el Ayuntamiento de la capital rompieron relaciones, las caras largas y los desplantes eran el pan de cada día de la Feria Internacional de Turismo de Madrid. Pero todo dio un vuelco en el momento en el que la Diputación cambió de signo político. La capital y la provincia volvieron a ir unidas a la feria bajo un mismo stand, y la cordialidad reinaba en los pasillos de Ifema. De hecho, la unidad en pro del turismo también se puso ayer de manifiesto durante las presentaciones oficiales en el stand de Granada, en las que participaron de la mano la Diputación, el Ayuntamiento, la Junta de Andalucía y la Autoridad Portuaria.

Sin embargo, el horizonte electoral dio un giro al tradicional encuentro político entre los representantes granadinos y la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz. El adelanto de las elecciones andaluzas marcó el 'paseíllo' de la presidenta por el Pabellón de Andalucía, al igual que la reacción de los responsables políticos granadinos.

En torno a las 12:30 horas, tras la presentación oficial de Fitur, Susana Díaz comenzó a visitar uno por uno los stand de las distintas provincias andaluzas. Los representantes granadinos tuvieron tiempo de prepararse -el stand de Granada está situado al otro extremo de la entrada del Pabellón 5-, y decidieron (para sorpresa de los medios), situarse al final del mostrador de información, justo en la puerta de entrada a la parte trasera del expositor. En el resto de provincias, el recibimiento oficial de la presidenta se había producido en el otro extremo del stand, por lo que Susana Díaz tuvo que cambiar el 'guión' para poder saludar al alcalde, José Torres Hurtado; al diputado de Turismo, José María Guadalupe, y al presidente de la Diputación, Sebastián Pérez.

La presidenta, en todo caso, aprovechó la oportunidad para hacer campaña. Mientras recorría el stand de Granada, Susana Díaz aprovechó para saludar uno por uno a todos los técnicos que trabajan de cara al público, a los que deseó "una buena feria" y de los que recibió felicitaciones por su embarazo, comentarios por el adelanto electoral y, sobre todo, regalos (la guía del Museo de la Miel de Lanjarón, un folleto informativo de Monachil, y varias gafas de sol promocionales). También atendió a todo el que le pidió una fotografía, ya fuera con posado tradicional o con 'selfie' de por medio.

Con una amplia sonrisa que no abandonó en ningún momento, la presidenta bordeó el mostrador y se acercó a las autoridades, saludando por el camino a representantes empresariales y políticos. Acompañada por la delegada del Gobierno de la Junta en Granada, Sandra García, y el recién nombrado consejero de Turismo, Luciano Alonso (sustituto de Rafael Rodríguez, que fue cesado de su cargo el pasado martes junto al resto de los consejeros de IU), Díaz se acercó a Sebastián Pérez, al que saludó rápidamente mientras este le dirigía unas palabras, para volver a emprender de inmediato su camino. Sin embargo, el presidente de la Diputación le llamó la atención para hacerse una fotografía ante los numerosos medios congregados, por lo que Díaz volvió sobre sus pasos para posar junto a Sebastián Pérez, el alcalde de Granada, Sandra García y Luciano Alonso.

Y aquí, después de tres años de 'paz' política, volvieron las caras largas. En declaraciones a Granada Hoy, el presidente de la Diputación aseguró que durante el breve encuentro que mantuvieron en el stand de Granada, intentó llamar la atención de Susana Díaz para "hablar un minuto" sobre la carrera de la Alpujarra como Patrimonio Mundial por la Unesco, pero que la presidenta se negó. "No ha estado a la altura de las circunstancias, ha sido un desplante", aseguró ayer Sebastián Pérez. "Quería trasladarle que nos ayude, que la Alpujarra es una comarca muy pobre y muy deprimida y que el reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad puede servir para que los 32 pueblos y los miles de habitantes que viven allí prosperen y mejoren".

Sin embargo, Pérez asegura que la presidenta "no ha querido hablar" y que, de hecho, le dio "la espalda" cuando señaló al gran cartel de la Alpujarra que hay en la parte posterior del stand de Granada. El presidente de la Diputación también tuvo palabras amargas para el consejero de Turismo, también consejero de Cultura, con el que ya protagonizó una agria polémica después de que la Alpujarra se quedara fuera de la carrera para ser Patrimonio Mundial y ni siquiera fuera incluida en el orden del día del comité técnico que estudió las propuestas. "El consejero Alonso no ha querido ni saludarnos, lo que es una falta de respeto y de educación. Ha negado el saludo al presidente de la Diputación y la presidenta me ha dado la espalda", apuntó Pérez, que sí reconoció "la elegancia y gran respeto" de Sandra García, "que intentó que la presidencia se quedara a escuchar".

El encontronazo contrasta con la situación que se vivió el año pasado, cuando Susana Díaz posó junto a Sebastián Pérez junto al cartel de la Alpujarra y se comprometió públicamente a apoyar la iniciativa. En cualquier caso, el presidente de la Diputación asegura que "seguirá trabajando" por el reconocimiento para la comarca granadina.

La de Sebastián Pérez no fue la única petición política con la que se topó ayer la presidenta de la Junta de Andalucía. Durante la visita de Susana Díaz al stand de Granada, el alcalde de Loja, Joaquín Camacho, tuvo la oportunidad de invitarla a visitar el municipio para comprobar in situ la situación del Hospital de Loja, una invitación a la que la presidenta no contestó.

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