Una vez que la investigación judicial abierta por la presunta comisión de delitos de abuso sexual por parte del conocido 'clan de los Romanones' se está despejando, ahora le toca al Vaticano pronunciarse sobre la investigación interna abierta en verano al llegar al Papa la primera carta del joven 'Daniel' denunciando haber sufrido abusos en Granada. Desde el Arzobispado siempre se han remitido a esa investigación pontificia, que abrió el propio Francisco, quien instó además a 'Daniel' a poner el caso en manos de la Justicia.

Ahora el Vaticano tendrá que tomar sus decisiones en base al derecho canónico más cuando el auto judicial deja claro que concluye la causa contra once de los doce imputados (todos menos el padre Román) por prescripción de los delitos, "por imperativo legal", no por la falta de pruebas. Así, la Comisión Pontificia para la Tutela de Menores, que lleva por orden del Papa todos los casos denunciados de supuestos abusos en el seno de la iglesia, tendrá que ver las consecuencias que para los sacerdotes implicados (diez imputados) tiene el caso, que por haber ocurrido hace siete años se consideran prescritos para la Justicia 'terrenal' pero no así par la 'divina'. Porque el Papa lo dejó claro en su último mensaje con ocasión de la reunión de esa comisión en Roma: la pederastia y los abusos no tienen lugar en la iglesia.

Ayer mismo, el Arzobispado de Granada recordó que el caso está en manos del Vaticano y prefirió no pronunciarse sobre el último paso judicial en el asunto tras la declaración de la prescripción de todos los delitos salvo los atribuidos al considerado líder del grupo, el padre Román.

El arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, ha informado siempre en sus comparecencias que todo está en manos del Vaticano. Incluso tras su última visita a Roma, en la que se produjo el esperado encuentro con el Papa, dijo que "no es juez ni parte" y que respeta la "justicia". Un caso por cierto que ha descargado directamente sobre el arzobispo granadino desde el inicio de la investigación dando por hecho su salida de Granada, que tres meses después de que se abriera la investigación judicial sigue en el aire.

El caso, según recordó ayer Europa Press, se hizo público en noviembre cuando fueron detenidos el padre Román, dos sacerdotes más y un profesor de Religión (los primeros imputados, que fueron apartados de sus labores por la iglesia), que sin embargo quedaron después en libertad con cargos, en un caso en el que estaban imputadas un total de doce personas.

Todo se precipitó después de que el joven 'Daniel', que ahora tiene 24 años, comunicara por carta al Vaticano que había sido víctima de abusos sexuales desde los 14 hasta los 17 por parte de este grupo de religiosos de Granada, lo que motivó que el propio Papa Francisco le llamara para pedirle perdón y ofrecerle su apoyo. Tras la llamada del Papa al joven, éste formalizó una denuncia ante la Fiscalía Superior de Andalucía, que ordenó a la Fiscalía Provincial de Granada interponer 'ipso facto' denuncia contra todos los afectados. El Papa se pronunció también coincidiendo con la salida a la luz de esos supuestos abusos en un vuelo de regreso a Roma tras su discurso en el Parlamento Europeo en el que señaló que "la verdad es la verdad" y "no debe esconderse".

El 'caso Romanones' también provocó una imagen inédita del arzobispo de Granada, Javier Martínez, que se postró en el suelo ante el Altar Mayor de la Catedral para pedir perdón por los "escándalos" que afectaban entonces a la Iglesia.