Motril inició ayer la programación de actividades del Día Internacional de la Mujer con una conferencia de Ainhoa Sánchez, la primera mujer española que baila encima de un avión en pleno vuelo y que acudió al centro cívico La Matraquilla, en un acto organizado por la Concejalía de Igualdad de la ciudad, en el que colaboró la Asociación Aeronáutica Andaluza Orión.

A la 'wingwalker' se le ilumina la sonrisa y se le agrandan las pupilas cuando describe lo que experimenta bailando en el cielo: "Podría escribir infinitas hojas de lo que siento ahí arriba… Es como estar enamorado por diez veces. La sensación de ser parte de un biplano es impresionante. Conseguir un movimiento artístico volando es surrealista. El trabajo en equipo con el piloto y la confianza mutua... El olor del combustible, el ruido del motor, la belleza del mismo avión, pues es un privilegio trabajar con un material tan exclusivo. Me encanta sentir las acrobacias y ver cómo todo el conjunto se mueve al unísono. Saber que esto mismo que yo hago lo hicieron otras personas en el pasado, me hace sentir privilegiada", explicó.

La gimnasta vasca explica su pasión, que consiste en hacer acrobacias suspendida de un avión con una cuerda o colgada de una escalera. Esta práctica, llamada circo aéreo o wingwalking, tuvo su apogeo entre la Primera y Segunda Guerra Mundial y, en la actualidad, la realizan pocas personas en el mundo. De hecho, se ha convertido en la única mujer española que realiza piruetas en una Boeing Stearman Navy de los años 30, construida en madera y tela. Para realizar esta actividad, practica danza clásica desde los 6 años y sigue haciéndolo. Ha hecho mucho deporte a lo largo de su vida, pues la base del wingwalking es una buena preparación física. También hace circo y pilates. En su opinión, la práctica no entraña peligro, ya que "está todo programado".

Esta atrevida bilbaína recuerda cómo se inició en esta actividad: "Todo comenzó en el año 2008, buscando fotos para elaborar el calendario anual corporativo que diseño para mi empresa", como responsable de ventas y marketing de Ingeniería Semasa, una empresa de mantenimiento de aeronaves propiedad de su padre, Sergio Sánchez. "Encontré increíbles fotos de wingwalkers", relata. Esto cambió radicalmente su destino.

"¡Ver mi biplano favorito con acróbatas en sus alas… ! Desde que vi esas imágenes quise hacerlo y no paraba de pensar en ello. En 2011 decidí elaborar el calendario de 2012 sobre circo, danza y aviones, así que me puse a investigar durante un año sobre el tema. Encontré otras fotos de una wingwalker en California, Margaret Stivers con un tutí y unas puntas de ballet, así que contacté con ella para pedirle autorización de uso. Creamos una amistad y, finalmente, se convirtió en mi mentora. Ella me enseñó a caminar en las alas desde la distancia, porque no nos conocemos en persona todavía. Espero poder hacerlo pronto. Hace cuatro años de eso".

La española asegura que la modalidad le pareció "tan interesante que tenía que probarlo". Desde entonces, vuela en Inglaterra y trabaja para implantar esta disciplina en España que sólo está regulada en seis países.