La Policía Local y el servicio de grúa de la capital están llevando a cabo estos días un estrecho seguimiento del Campus de Cartuja, una zona recién remodelada que, según la Universidad, estaba sufriendo problemas de circulación y "colapsos" por el aparcamiento "incontrolado" de vehículos privados.

Estudiantes y otros usuarios de las instalaciones universitarias se han quejado en los últimos días del intenso trabajo de las grúas municipales, que se han estado llevando decenas de coches de este recinto. Pero la UGR sostiene que los vehículos mal aparcados estaban generando problemas de circulación y, por eso, en la coordinación con el Ayuntamiento, esta institución decidió hacer hincapié en la liberación de los espacios públicos que se están invadiendo de forma indebida con los coches privados. La vicerrectora de Infraestructuras, Begoña Moreno, explicó que "la grúa tiene que garantizar la seguridad en esa zona".

Hay que tener en cuenta que la reforma de las zonas comunes de Cartuja se ha hecho con una clara vocación de reducir el tránsito y el aparcamiento de vehículos privados, primando el transporte público y el acceso a pie o en bicicleta, para lo que se ha habilitado un carril bici.

Los usuarios también lamentan que no haya aún una clara señalización, lo que afectaría a la prohibición de aparcar en determinadas zonas. Moreno aseguró que se va a revisar este aspecto para que no haya duda sobre las zonas habilitadas para el aparcamiento legal.

En una reciente entrevista de este periódico a la vicerrectora de Infraestructuras, ésta recordaba que este Campus "está infradimensionado para el transporte privado, aunque la ciudad está también infradimensionada para eso". Y agregaba su esperanza de que al finalizar las obras (ya terminadas) se produjera una reducción de la circulación de coches por propia iniciativa de los usuarios, al disponer de "un campus más amable, con trazados peatonales y con transporte público".

Los usuarios siguen accediendo en sus coches, pero las dificultades de aparcamiento y la actuación de la grúa para evitar los estacionamientos irregulares pueden acabar invirtiendo esta tendencia y dando más frutos que el poder de atracción de las anchas aceras y los carriles bici en una zona de fuertes pendientes.