Granada

Granada hace 50 años

  • La Caja de Ahorros fomentaba el ahorro infantil Tres curros abrieron la temporada taurina: Girón, Romero y Montenegro Se invitaba a beber Puleva y se decía "familia Philips, familia philíz"

SIRVA esta crónica granadina de hace 50 años para refrescar las sienes plateadas de añejos lectores. Con los anuncios publicitarios hemos reconstruido parte de la Granada de ayer que algunos con sus recuerdos se encargarán de completar. La cartelera de espectáculos anunciaba en el Cine Granada la película más taquillera, Los Diez Mandamientos. El Palacio del Cine decía proyectar con el novedoso sistema Todda-o en pantalla cóncava (Cinerama); hacía cuatro años de la inauguración de esta sala. Acercándose el verano los Jardines Alberto en los bosques de la Alhambra ofrecían danza clásica y cante y baile flamenco pensados sobre todo para los 'guiris'; en la sala se ponía bien claro 'reservado el derecho de admisión'. El flamenco más popular era el del Paseo de los Tristes, adonde vinieron, entre otros, Antonio Mairena, El Lebrijano, Porrina de Badajoz, Meneses y nuestro querido Manuel Cano a la guitarra. Había además espectáculos muy granadinos, como las zarzuelas que representaba la Agrupación Lírica Francisco Alonso poniendo en escena La Parranda y La Picarona. El Centro Artístico y Juventudes Musicales seguían con sus conciertos muy aplaudidos.

La Asociación de la Prensa anunciaba la corrida de los tres Curros: Girón, Romero y Montenegro, con toros de Concha y Sierra. En el Granada C. F. empezó a despuntar González, hijo de aquel otro que formaba línea con Millán y tío del hoy entrenador del Levante Lucas Alcaraz. Acabó Geológicas y llegó a ser catedrático de la Universidad de Zaragoza. El Granada del 65-66 con un gran portero, Otero, subió a Primera División.

Los más importantes comercios anunciaban sus productos: CEPISA, los Piensos Sanders para el ganado y VEYRESA, con su típico caballo alado, el camión Pegaso con una velocidad máxima de 94 Km/h. Mientras Baquero-Motor anunciaba sus motos Rieju Minarelli desde la Avenida de Calvo Sotelo. El gremio de la joyería estaba representado, entre otros, por Joyería Romera; pero los descuentos fabulosos decían hacerlos Joyería J. Reyes, San Eloy y Ganivet. Torres y López seguía ofreciendo sus estupendos sanitarios Roca desde su despacho en Gran Vía 12. La Central Lechera anunciaba sus productos Puleva, una 'industria netamente granadina'. Un sonriente camarero con largos bigotes decía que 'para comer bien' Bar Restaurante Jandilla, en Corral del Carbón. Hoy no vayas a comer; es una tienda de artesanía moruna.

Las mujeres estaban encantadas con el jabón Spring Glory; se anunciaba como 'el jabón de cera y miel que tonifica y embellece la piel'. La mayoría habían adquirido su Kelvinator o su Westinghouse en Eleuterio de San Juan de Dios. O un televisor Philips en Jesús Noguera, de calle Recogidas; aquel que aconsejaba 'Familia Philips, familia Philíz'. Otros presumían con su Televisor Inter de 23 pulgadas con pantalla óptica intercambiable, nada menos. Atrás quedó el petróleo; se guisaba con aquellas bombonas de butano que Manuel Sierra del Mármol mandaba repartir pegando bombonazos por todas las calles.

Almacenes Puerto Rico se hacía rico con el Traje Vencedor que podía resultar gratis si se compraba con el 'carnet vencedor'. Tejidos Vázquez tenía los más bellos estampados. La Magdalena ofrecía sus sábanas 'El burrito blanco'. Pero la elegancia estaba en Almacenes La Villa de Reyes Católicos. Elegantes eran sus telas y hasta sus cajeras. Galerías Moisés ofrecía en verano sus bañadores elásticos de helanca para señora; en las rebajas decía 'quemar los precios'. Para retales lo mejor era ir a Paños Ramos de la Plaza del Carmen.

Había que ahorrar desde niño; primero con la hucha de barro y luego con los consejos de la Caja de Ahorros, que decía 'la virtud del ahorro empieza en la infancia'. Familia que ahorra, familia feliz. Han pasado 50 años. No sé qué queda de todo esto.

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