Granada

Granada se lanza a por el turismo accesible

  • La capital se ha propuesto ser una ciudad inteligente y ha empezado por el Albaicín El gasto medio de un turista con discapacidad es de 82,30 euros por día, el de un viajero con plena movilidad se queda en 46,05 euros

Pocos barrios en España entrañan un nivel de complejidad similar al del Albaicín... sin duda, acorde al valor del tesoro histórico que encubren sus muros. El barrio, resguardado en una colina con grandes desniveles cuenta con una declaración de Patrimonio de la Humanidad desde el año 1984 que permitió que la Unesco extremara la vigilancia sobre este enclave singular que no ha puesto las cosas fáciles a sus vecinos a lo largo de la historia en cuanto a habitabilidad. A cambio, eso sí, les ha regalado el privilegio de vivir en uno de los rincones más especiales de Europa.

Memorias aparte, el Albaicín del siglo XXI se enfrenta a un grave problema de despoblación. En los últimos años el antiguo barrio árabe ha perdido el 25% de sus residentes, principalmente aquejados por serios problemas de accesibilidad y de decadencia urbana (casi un tercio de las viviendas se encuentran en mal estado). Los estudios municipales y de la Junta de Andalucía cifran en un 21,9% el volumen de personas mayores de 65 años que habitan en el barrio.

Para impedir la huida de vecinos que acecha al Albaicín el Ayuntamiento y los miembros de La Ciudad Accesible creen que hay que empezar por hacer más transitable este prodigioso enclave. Para ello, Granada diseñó hace unos meses el proyecto Human Smart City, inicialmente rechazado por la Fundación Bloomberg y finalmente dotado con 800.000 euros por Red.es, la entidad pública dependiente del Ministerio de Industria, Energía y Turismo que se está encargando de la licitación de los proyectos. Ya existen numerosas empresas de toda España que han mostrado su interés por desarrollar la parte tecnológica ligada al Human Smart City.

El planteamiento es el siguiente: hacer accesible universalmente el barrio del Albaicín para todas las personas, independientemente de su condición física, edad o lugar de origen. Se hará a través de una plataforma dinámica que integra un modelo tridimensional del barrio con información útil para personas mayores de 65 años, discapacitados y turistas.

Aunque la iniciativa es en sí misma provechosa por su labor social, Granada no pasa por alto que el gasto medio de una persona con discapacidad es de 82,30 euros por día, mientras que el gasto medio de una persona sin discapacidad es de 46,05. Hay que tener en cuenta que estos turistas suelen ser 'multiclientes', es decir suelen ir acompañados por otra persona cuando viajan y hacen más uso del transporte privado ante la incomodidad y la falta de adaptación del transporte público en la mayoría de las ciudades.

Si finalmente Granada consigue llevar a buen puerto esta iniciativa, sabe que su marca turística ganará varios enteros, principalmente por el retorno publicitario que tendrá al añadir a su marca el sello de ciudad turísticamente accesible. Este modelo por el que ahora apuesta Granada no es nuevo. Málaga lleva desarrollándolo desde hace muchos años (sobre todo en la costa) tras percatarse del ingente volumen de turistas de la tercera edad que llegaba a sus pueblos en busca del buen tiempo. También Ávila se ha volcado para hacer que todo su patrimonio fuera plenamente accesible a los turistas que se acercaban a visitarlos. Granada podría considerarse una mezcla de los dos destinos si tenemos en cuenta su valor patrimonial y el volumen de turistas que mueve la ciudad con el monumento más visitado de España.

"Desde la búsqueda de recursos turísticos concretos a la elaboración de rutas pasando por la atención en los puntos de información, todo se beneficia de la utilización de filtros que personalicen el acceso y priorización de datos", apunta el concejal de Economía e impulsor del proyecto en el Ayuntamiento de Granada, Francisco Ledesma. De ahí la "humanización" de los servicios digitales y su adaptación a las necesidades de los distintos usuarios que permitirá, por ejemplo, adaptar rutas para superar las barreras identificadas por los ciudadanos en una maqueta en 3D que se hará del barrio.

"Nuestro desafío es generar una mejora significativa en accesibilidad del patrimonio mediante el uso de tecnología que facilita el acceso de todos los ciudadanos para visitar y moverse por el Albaicín", añade el responsable municipal del proyecto.

La implantación de estas mejoras tendrá un impacto económico que desde el Ayuntamiento cifran en 6.711.513,01 euros, principalmente procedentes del aumento de los turistas discapacitados que verían de esta forma en la marca Granada un lugar del que poder disfrutar cómodamente. Pero el planteamiento va mucho más allá de solucionar problemas puntuales de eliminación de barreras físicas. Uno de los principios básicos en los que se basa el proyecto es en el uso de la información ya que se construye a través de la recopilación de un sinfín de datos del barrio. El modelo 3D y las aplicaciones y sofware que se desarrollarán serán de aplicación a cualquier otro municipio, siendo de especial interés para aquellos que presenten unas características similares a las del barrio del Albaicín.

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística recogidos en el Plan Nacional de Accesibilidad 2004-2012, un 8,8% de la población española tiene discapacidad reconocida, un 17% tiene más de 65 años (cifra que va en aumento) y un 19,5% de la población presenta circunstancias discapacitantes temporales. Esto suma más de un 45% de la población que resulta beneficiaria directa de la solución propuesta.

Además de su desafío a la accesibilidad, Granada trabaja desde hace algunos años para sumarse al concepto de 'ciudad inteligente' por el que ya se han decantado un buen número de ciudades de España. En nuestro caso se está trabajando en la adaptación de las farolas y los semáforos con tecnología led para reducir la contaminación lumínica, se han instalado relojes astronómicos para ajustar al máximo el encendido de la luz, se está renovando el parque móvil con vehículos menos contaminantes y se esta apostando por las tecnologías para facilitar las actividades cotidianas, por ejemplo pagar el estacionamiento en zona azul a través del móvil.

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