Un debate sin debate. Los dos candidatos que aspiran a convertirse en rector o rectora de la Universidad de Granada a partir de la semana próxima están de acuerdo en la necesidad urgente de sacar la Universidad de las aulas, implicarla en los asuntos de la ciudad y acentuar su papel como motor de riqueza en su ámbito geográfico.

La hora y media larga del debate que Pilar Aranda e Indalecio Sánchez-Montesinos tuvieron ayer versó sobre estos aspectos de la proyección externa de la UGR. Sus diferencias fueron muy sutiles, por lo que ambos se dedicaron a desglosar sus programas y sus proyectos en exposiciones alternativas muy preparadas, con preguntas pactadas y con escaso espacio para la improvisación y la respuesta directa a las alusiones del contrario. Muy diferente de su primer debate de campaña, hace solo una semana, en el que hubo duras acusaciones entre ambos candidatos. Ayer pasaron al extremo más opuesto, pues no solo evitaron la confrontación, sino el mismo debate de ideas.

Tanto fue así, que el único matiz de reproche vino de Sánchez-Montesinos, cuando insinuó que en los turnos de intervención Aranda repetía sus propuestas e ideas, aunque ésta esgrimió que estaban en su propio programa. Es un roce que viene siendo habitual en esta campaña.

El cara a cara de ayer en la nueva Facultad de Arquitectura del Realejo, seguido por escaso de público (sobre todo de estudiantes), tuvo como tema central la relación de la Universidad con su entorno. Los dos candidatos insistieron constantemente en incluir Ceuta y Melilla en esas ciudades con las que la UGR tiene que estrechar los lazos de unión.

Pilar Aranda resumió su ideario al respecto con esta frase que repitió en varias ocasiones: "La ciudad debe respirar Universidad y la Universidad debe transpirar ciudad". En realidad puede dar idea de la posición de ambos candidatos, aunque sus propuestas concretas se diferencien algo. La aspirante plantea la creación de un Consorcio formado por instituciones, asociaciones y organizaciones conectadas con la sociedad civil, con el objetivo de que este órgano sirva para liderar los debates de los temas que damandan los ciudadanos, especialmente en tiempos de crisis.

Para Aranda la UGR no ha tenido un papel social ni económico adecuado en estos últimos años: "No hemos dado respuesta cuando nos miraban (...) Parece que estamos ajenos a los problemas de la ciudad".

La candidata a rectora se comprometió ayer a destinar el 0,7% del presupuesto de la institución a proyectos de cooperación, pero especificó que con especial proyección a aquellos que acuden a las necesidades de las personas de esta provincia.

Aranda propone más relación entre los centros universitarios y los barrios de la ciudad, con sus habitantes. Dijo ayer que sería exigente con el Ayuntamiento para resolver las necesidades de movilidad y el transporte público.

Ambos candidatos lamentaron que no se hubiera tenido más en cuenta a la UGR para diseñar el Metro y se ofrecieron para participar en futuras infraestructuras.

Sánchez-Montesinos se ofreció para ser, como rector de la UGR, ese "mediador" que permita consensuar los grandes temas de la ciudad. Para ello, dijo, hay que actuar "sin etiquetas, desde la independencia".

El candidato animó a todos a revisar los modelos, incluido el económico, y para ello ofreció a la Universidad como institución de referencia que permita aportar, además, investigación al pequeño tejido empresarial del entorno.