Granada

Los extranjeros sostienen el 73% del negocio de los apartamentos no reglados

  • Más de 200.000 turistas se quedaron el año pasado en Granada en alojamientos 'alegales' El presupuesto medio es de unos 477 euros

De un tiempo a esta parte, cuando alguien habla de alquilar un apartamento turístico, nadie piensa en los apartahoteles o en las viviendas que forman parte de la oferta reglada de la ciudad. No, apartamento turístico es ahora, en casi todos los casos, un sinónimo de vivienda de uso turístico, de pisos de particulares no reglados que se ofrecen en alquiler por días o semanas en cientos de páginas web ancladas en la barra de favoritos de miles de viajeros. En Andalucía, el borrador del decreto de viviendas de uso turístico, aprobado inicialmente por la Consejería de Turismo y Comercio de la Junta, se quedó perdido en mitad de la crisis de gobierno entre PSOE e IU. La normativa, que no contentaba a los empresarios, establecía medidas para reglar la ingente masa de viviendas 'clandestinas' que funcionan como apartamentos turísticos sin someterse a ninguna regla oficial, intentando responder así a una realidad que, aunque no es nueva, ha adquirido una dimensión mucho más preocupante.

Porque el caso es que, con decreto o sin decreto, el negocio de los apartamentos turísticos no deja de crecer. Ayer la escuela de negocios Esade presentó el estudio Impacto social y económico de las viviendas de uso turístico en España, que certifica el enorme 'tirón' de esta nueva opción de alojamiento. El estudio, elaborado con la colaboración de la consultoría Salvetti&Llombart y la Federación Española de Asociaciones de Viviendas y Apartamentos Turísticos, indica que Granada es una de las ciudades españolas donde más influencia tienen las viviendas de uso turístico.

En concreto, el estudio de Esade señala que más de 200.800 viajeros se alojaron en viviendas vacacionales de propietarios particulares durante su visita a la ciudad en el año 2014, al margen de todos los que lo hicieran en los apartamentos reglados, que los hay, y en los alojamientos hoteleros. Granada es una de las seis ciudades analizadas en el informe de Esade, junto a Mallorca, que alojó en 2014 a 1,5 millones de viajeros en viviendas de uso turístico; Madrid (843.850); Barcelona (806.436); Calpe, en Alicante (180.857); y San Sebastián (106.919).

El informe también señala que la mayor parte de la clientela de los apartamentos turísticos no reglados la componen viajeros internacionales. De los 200.804 turistas que se alojaron en esta red de viviendas vacacionales, 148.225 procedían de países extranjeros, mientras que apenas 52.578 eran españoles. Es decir, que el 73,8% de la clientela de estos alojamientos tiene pasaporte internacional.

Esta característica no es única de Granada. En las seis regiones estudiadas se registraron a lo largo de 2014 un total de 3,7 millones de viajeros alojados en estos apartamentos de uso turístico -no en todos los casos son 'alegales, en Barcelona, Madrid y Calpe, por ejemplo, están reglados-, de los que 2,9 millones eran extranjeros y apenas 757.966, nacionales.

El estudio realizado por la escuela de negocios advierte de que este tipo de alojamientos, estén más o menos aceptados por el sector empresarial oficial, generan un importante volumen de negocio turístico, generando sólo en 2014 un gasto superior a los 2.685 millones de euros entre alojamiento y gastos durante el viaje.

Según el informe, el gasto medio de cada uno de los viajeros que se aloja en viviendas de uso turístico es de unos 477 euros (descontando el precio del alojamiento). De ellos, el 42% se destina a comida, el 15% a transporte y el resto a actividades culturales, regalos, ropa y ocio. Y a esto se suman los 109,9 euros por noche que 'invierten' en los apartamentos de uso turístico, una opción que no es negociable, ya que el estudio apunta que uno de cada tres clientes no iría a un destino en el que no pudiera alojarse en una vivienda de alquiler vacacional.

Gerard Costa, profesor del Departamento de Dirección de Marketing de Esade y autor del estudio, indica que el informe verifica por primera vez "que las viviendas de uso turístico han sido la avanzadilla de la gran tendencia global actual del consumo colaborativo: familias extranjeras que buscan una vivienda práctica y hogareña, consumiendo en el comercio de alimentación y restauración de proximidad, que lo recomiendan y que valoran el trato con el propietario y que el dinero de su viaje vaya a un particular y no a una cadena empresarial".

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