Granada

La ciudad, un desierto sólo para atrevidos

  • El calor extremo y el aire caliente convirtieron ayer a Granada en una auténtica sartén en la que costaba trabajo hasta andar Sólo se recuperó ya de noche

Como dice el dicho, ayer no había ni gatos a medio día en las calles de Granada. La ciudad estaba desierta por el calor extremo que literalmente 'cayó' sobre la ciudad. Sólo desafiaban a esta solanera los turistas y los que obligatoriamente tenían que estar en la calle por trabajo u otra obligación. Porque ayer se hacía duro pasear por la ciudad y hasta realizar pequeños trayectos para gestiones o desplazamientos.

La jornada ya se prometía calurosa desde primera hora de la mañana. Los termómetros superaron pronto los 30 grados y desde ahí no dejaron de subir. En algunos termómetros urbanos de la capital daba incluso miedo ver que a mediodía, entre las tres y las cinco de la tarde, se marcaban hasta 45 grados. Vale que estos termómetros no son cien por cien fiables porque por su posición al sol están más recalentados pero la sensación de verlos hacía casi imposible dar un paso.

Además, el índice de radiación está siendo extremo en estos días, por lo que los efectos en la piel y la sensación de quemazón se añaden a la sensación de fatiga.

Los turistas también pasaron lo suyo. Con más de 40 grados y todo el día andando entre monumento y monumento, por lo que las sombras eran un cotizado obsequio. Los paraguas y las sombrillas se multiplicaban para conseguir esa sombra alternativa. Una opción que hasta ahora era muy de 'guiris' pero que ya han copiado muchos autóctonos para intentar proteger la cabeza y la cara del sol. Eso junto a gorras, sombreros, pañuelos y todo tipo de opción que sirva para aliviar el calor.

En zonas emblemáticas de la ciudad como la Avenida de la Constitución, Gran Vía, Reyes Católicos, Puerta Real o Recogidas no había ni un alma a mediodía. Salir era una aventura. Las tiendas estaban vacías incluso siendo uno de los lugares más fresquitos estos días con el aire acondicionado.

Los negocios de hostelería también se resienten estos días de ola de calor. Las cotizadas terrazas están desiertas a mediodía y sólo recuperan la actividad, igual que las tiendas y resto de negocios, a partir de las siete y media u ocho de la tarde, cuando se busca un refresco para amortiguar el calor acumulado durante toda la jornada.

En las zonas más frescas de la ciudad como Plaza Nueva o la Carrera del Darro las sombras estaban ocupadas y los bancos al sol se convirtieron en auténticas sartenes. Por la noche ya era algo más agradable.

Una jornada para olvidar por el calor y que seguro marcará una efemérides meteorológica en los registros de altas temperaturas de Granada. Habrá que esperar a ver los informes de Meteorología. Pero promete.

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