Las alergias son cada vez más frecuentes, tanto en niños como en adultos, y es esencial que los más pequeños aprendan a convivir con esta dificultad, superándola y aprendiendo los modos de vida saludables para ellos.

Para esto, todos los participantes cuentan con el mismo denominador común, el asma y las alergias alimenticias, al que se enfrentarán en el mágico espacio de Sierra Nevada. El objetivo es que los jóvenes puedan adquirir la mayor autonomía posible respecto a sus padres, para así lograr una vida saludable con las mejores condiciones y garantías.

Durante los días 15, 16 y 17 de este mes participarán 25 niños de 8 hasta 14 años de edad, procedentes de Granada, Jaén, Córdoba y Málaga en la tercera edición de la Escuela de Verano.

Se trata de una iniciativa impulsada por la Consejería de Salud, que pretende ofrecer a los menores un programa de actividades que combine la diversión con la formación necesaria para poder afrontar sus problemas de salud con mayor autonomía y en las mejores condiciones posibles.

Los dos pilares fundamentales de la Escuela de Verano serán el deporte y la buena alimentación, "pretendiendo ser un espacio de convivencia entre los jóvenes en el que se compartan experiencias y la información necesaria para que puedan conocer mejor sus problemas de salud, pudiendo convivir con ellos", afirma Higinio Almagro, delegado de Salud.

El equipo lo componen dos pediatras, una enfermera, la asociación de padres AVANZA y distintos monitores, que se encargarán de supervisar las actividades de esta Escuela, garantizando que se cumplan sus objetivos.

La Escuela de Verano nació en 2008, organizada por la Escuela de Pacientes, "que se ha consolidado como un referente nacional e internacional de participación ciudadana en el campo de la salud", asevera Almagro. Desde su creación, 7400 personas han participado en más de 550 talleres organizados por esta Escuela.

María Ángeles Prieto, directora de la Escuela de Pacientes, señala que "este reto tiene un valor añadido para los participantes ya que se desarrollará a 3000 metros de altura", con todo lo que conlleva para los menores y para los profesionales. Así, los jóvenes demostrarán que son capaces de practicar deporte donde quieran.

La convivencia llevará a que los participantes tengan que tomar decisiones determinantes para su salud, "viviendo con autonomía, aprendiendo de los profesionales y de los demás participantes, dándose cuenta de que ellos no son los únicos que tienen esa enfermedad", señala Prieto.

"Hablar de la Escuela de Pacientes es hablar de un espacio de participación de quienes padecen esta enfermedad crónica, para que puedan ser más protagonistas en su proceso de salud. Un espacio compartido con profesionales y cuidadores", garantiza Almagro.

Ana Martínez, pediatra alergóloga, explica que "los padres demuestran mucho valor llevando a los menores a la Escuela, debido a que son niños que tienen una enfermedad complicada". La finalidad es que aprendan a empatizar y a normalizar su propia vida, asegura Martínez.

Lidia Guerrero, representante de la asociación AVANZA, confirma que "el miedo hay que dejarlo atrás, para eso hay que formarse, y sobre todo disfrutar".