En un mercado laboral caracterizado por la temporalidad y la precariedad, lo bueno no dura. El mes de agosto no sólo ha sido el momento en el que miles de granadinos han tenido que incorporarse a sus puestos de trabajo, sino que ha supuesto para muchos otros, y muy a su pesar, el regreso a la cola del paro. El fin de los contratos de verano se ha dejado notar en las cifras oficiales del mercado de trabajo, que han roto con el espejismo de la creación de empleo. Después de cinco mese consecutivos de bajada del desempleo -una de las mejores rachas que ha registrado Granada desde que comenzó la crisis-, agosto se ha encargado de echar un jarro de agua fría sobre las previsiones más optimistas. Las listas del paro han sumado 327 nuevos miembros, y la afiliación a la Seguridad Social ha perdido casi 1.100 cotizantes.

Granada vuelve así a acercarse a la barrera de los 100.000 desempleados, de la que logró despegarse, aunque por poco, en el mes de julio. Según los datos que publicó ayer el Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE), al cierre de agosto había en la provincia 99.330 desempleados, 327 más que el pasado mes de julio. Esta subida coincide inequívocamente con el fin de la temporada alta de verano, que lleva aparejada una importante caída de la actividad en el sector turístico -especialmente en destinos de temporada, como la Costa-.

El caso es que el nuevo aumento del paro en agosto contrasta con el comportamiento del mercado laboral durante los dos últimos años. Tanto en 2014 como en 2013, el fin de agosto no supuso un varapalo para el empleo. Al contrario, el paro se redujo en 37 y en 1.110 personas, respectivamente.

Sin embargo, también es cierto que aquellos dos años fueron una excepción y que lo tradicional en el octavo mes del año es que engorden las cifras del paro. Por poner un ejemplo de antes de la crisis: al cierre del mes de agosto de 2007 se fueron al paro 935 granadinos.

Puede que no sea algo inusual, pero los datos del antiguo Inem también revelan que el comportamiento del mercado de trabajo granadino en agosto ha sido peor que en el resto de Andalucía. Porcentualmente, los 327 granadinos que se han visto obligados a apuntarse en las listas del paro en el mes de agosto suponen un crecimiento del 0,33%, mientras que en Andalucía el incremento ha sido del 0,11%. 'Salva' a Granada el hecho de que en el conjunto nacional el incremento haya sido todavía mayor, del 0,54%.

Las peores cifras, en realidad, las aporta la afiliación a la Seguridad Social. Según el último informe del organismo dependiente del Ministerio de Empleo, la afiliación media alcanzó en agosto las 298.816 personas, 1.099 menos que en el mes de julio. Es decir, que el mes turístico por excelencia ha eliminado un 0,37% de la fuerza productiva de la provincia.

Es más, aunque la afiliación el mes de agosto también suele caracterizarse por el signo negativo, la de este año ha registrado la peor evolución desde el año 2012, cuando se destruyeron en Granada más de 1.863 puestos de trabajo.

Aunque en este caso agosto no ha roto con ninguna buena racha -también fueron negativos para el empleo neto los meses de mayo, junio y julio-, sí que ha contribuido de forma decisiva a que el balance de los ocho primeros meses del año no sea bueno para el empleo. Entre enero y agosto se han destruido en Granada 6.118 puestos de trabajo.

Por supuesto, en la estadística siempre hay algunas cifras alentadoras. Por ejemplo, en términos laborales Granada está hoy en mejor situación que hace justo un año. Los 298.816 afiliados a la Seguridad Social -poco a poco la provincia se aleja de los 300.000 trabajadores- suponen un incremento del 2,85% de la ocupación respecto al mes de agosto de 2014, cuando había 8.820 afiliados menos. Pero de nuevo Granada no consigue ir al mismo ritmo que el resto del territorio. Tanto en Andalucía como en el conjunto nacional la afiliación ha experimentado un crecimiento sensiblemente mayor en este último año: la cifra regional es del 2,92%, mientras que la nacional supera el 3,19%.