Ni la crisis, ni la falta de financiación, ni la caída en picado de la rentabilidad han disuadido a los empresarios de invertir en turismo. Mientras el tejido productivos de la provincia se reducía a sus valores mínimos, los carteles de 'se alquila' y se 'se vende' se multiplicaban en las principales calles comerciales y los concursos de acreedores llegaban a sus máximos históricos, la oferta turística no paraba de crecer. En los siete peores años de la crisis, entre 2007 y 2014, la provincia sumó 4.544 plazas turísticas, hasta alcanzar las 50.982 con las que se cerró el ejercicio pasado. Es decir, que, pese a tenerlo todo en contra, los inversores del sector han seguido apostando por Granada, aumentado su ya extensa oferta un 9,8%.

Los datos recopilados por la Consejería de Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía señalan que los hoteles son los establecimientos que gozan de mejor salud, al menos en términos cuantitativos. No sólo acaparan el 56,6% de la oferta de alojamientos de la provincia, sino que son los principales responsables del espectacular crecimiento de la oferta hotelera en tiempos de crisis. En 2007, Granada contaba con 252 hoteles y 25.154 plazas. Siete años más tarde, la provincia ha sido testigo de la apertura de doce nuevos hoteles y la puesta en servicio de 3.719 nuevas plazas, lo que significa que la capacidad hotelera granadina ha aumentado un 14,8%.

El incremento más significativo se ha registrado en los hoteles de cuatro estrellas, que en los últimos siete años han sumado 12 nuevos establecimientos y 3.265 plazas, hasta las 14.337. La apuesta por la calidad también se ha traducido en la apertura de un nuevo hotel de cinco estrellas, que ha añadido 89 nuevas plazas (ya hay un total de 1.040). Por su parte, las categorías más modestas han registrado un comportamiento desigual: mientras que los hoteles de tres estrellas han sumado 126 nuevas plazas (hasta las 7.980), los de dos estrellas han incorporado 802 (4.187 en total) y las de una estrella se han reducido en 562 (1.329).

Con todo, la oferta ha crecido bastante más que la demanda, que ha alcanzado cotas históricas tanto en 2014 como en lo que va de 2015. En el conjunto de 2014, Granada recibió 2.595.955 visitantes, un 9,9% más que en 2007, lo que significa que la oferta hotelera ha crecido casi cinco puntos más que la cifra de viajeros. De hecho, hay una evidente desproporción entre la amplia oferta a disposición de los turistas y el número de visitantes que se acercan a la provincia. Para que los todos los hoteles colgaran el cartel de 'lleno' en sus puertas, sería necesario que Granada recibiera 28.873 visitantes en un día. Y la realidad es que en el mejor mes turístico del año pasado (agosto) y suponiendo que las visitas se distribuyeran de forma equitativa, Granada recibió una media de 8.288 visitantes diarios.

Por sí solos, los hoteles de la provincia podrían albergar al total de visitantes que eligen la provincia para pasar sus vacaciones. Pero es que, además, el resto de la oferta turística también ha crecido. Los hostales, por ejemplo, han registrado un incremento del 44,1%, pasando de los 58 establecimientos y las 1.767 plazas de 2007 a los 73 locales con capacidad para 2.546 viajeros.

También han crecido los apartamentos, aunque en este caso los datos oficiales no reflejan una realidad que se esconde bajo un limbo legal. Los datos oficiales de la Consejería de Turismo aseguran que apenas hay 8 nuevos apartamentos reglados más que en 2007, y que los 143 que hay repartidos por toda la provincia ofrecen 5.433 plazas, un 0,01% más que hace siete años. Pero la realidad es que el boom de las plataformas de comercialización online y una regulación que permite el alquiler vacacional en viviendas que no están registradas como turísticas ha multiplicado el número de apartamentos a los que los viajeros pueden acceder para pasar sus vacaciones.

No todo el mundo quiere turismo cultural y monumental en una provincia en la que el visitante tiene la oportunidad de disfrutar de un paisaje y unos entornos naturales envidiables, así que la oferta turística también se ha ido adaptando. El empuje del turismo rural, del turismo activo y de naturaleza ha propiciado un incremento muy significativo del número de casas rurales. Si en 2007 había repartidas por las provincia 106 casas rurales con 1.003 plazas, en la actualidad hay 123 casas regladas -en este sector también hay una gran cantidad de oferta alegal- y más de 1.434 plazas, un 42,9% más que antes de que comenzara la crisis.

Las nuevas formas turísticas también están suponiendo la paulatina extinción de otras. Las pensiones, por ejemplo, han ido desapareciendo en los siete años de crisis, pasando de 199 establecimientos a 133 y de 4.252 plazas a 3.127. La oferta de este tipo de alojamientos, por tanto, se ha reducido un 44,1%. También los campings se han ido quedando por el camino. En la actualidad, apenas hay 26 campamentos turísticos repartidos por toda la provincia, que ofrecen 8.825 plazas, lo que significa que desde 2007 han cerrado sus puertas tres establecimientos con 69 plazas.

El caso es que en general la oferta ha experimentado un importante, y que lo seguirá haciendo durante este año. En la primera mitad de 2015 se han abierto e iniciado varios proyectos hoteleros de envergadura en la ciudad, entre los que cabe destacar el establecimiento que la cadena Eurostars prevé inaugurar en la zona de la plaza de Villamena, que sumará 94 habitaciones de cuatro estrellas a la ya extensa oferta de la capital. La reapertura del Washington Irving o el proyecto de la plaza Isabel la Católica son otros dos ejemplos de un equipamiento turístico que no deja de crecer.

Para bien, y para mal. El secretario general de la Federación de Empresas de Hostelería y Turismo de Ganada, Antonio García, explica que a raíz de la crisis muchos inversores se han "alojado" en el sector turístico, "al ser uno de los pocos, por no decir el único, que respiraba". Así que el hecho de que no hayan dejado de incorporarse nuevos hoteles al parque turístico de la provincia es una muestra de la "fortaleza" del sector, pero también un motivo de preocupación para los empresarios. "Al seguir creciendo la oferta hay un mayor reparto de la tarta turística y las cuentas del empresario no cuadran", explica García, que recuerda que la llegada de viajeros se concentra en el fin de semana y que de domingo a jueves la situación es muy diferente.

De hecho, el secretario general de la Federación de Hostelería apunta que son muchos los empresarios que han tenido que cerrar las puertas de sus establecimientos de hostelería como consecuencia de la coyunturalidad, la falta de rentabilidad y la oferta sobredimensionada.