Era de esperar: el acto de conciliación que acogió ayer el Juzgado de Primera Instancia 7 entre el hijo de Audrey Hepburn, Sean Hepburn Ferrer, y la ex directora general de la Alhambra, María del Mar Villafranca (que no acudió a la cita judicial por encontrarse fuera de Granada), finalizó sin avenencia. No hubo disculpas, tal y como exigía el presidente de honor del Retroback, ni negociación alguna, así que Hepburn Ferrer continuará por la vía judicial para "restaurar" su reputación, que considera gravemente dañada por las afirmaciones de Villafranca en las que lo acusó de celebrar una boda "ilegal" en el Palacio de Carlos V.

"Lo que más valoramos en esta familia es la reputación y no voy a dejar que nadie la pise", explicó ayer Sean Hepburn, que reiteró que la ex directora de la Alhambra supo en todo momento que lo que allí se iba a celebrar era un "simulacro de boda", y tardó "casi un año" en hacerlo público para obtener réditos electorales. Por el camino, indicó el hijo de la mítica actriz, se dañó también "la reputación intachable" de su madre, cuyo nombre se ha visto envuelto en un escándalo internacional.

El abogado de Sean Hepburn Ferrer, Pablo Luna, explicó ayer que tras el desarrollo de los acontecimientos han decidido formalizar una querella por la vía penal por injurias, a lo que se sumará un pleito civil en el que se le reclamará el pago de 100.000 euros para restaurar el "honor mancillado" de su representado.

Eso sí, Luna quiso ayer dejar claro que lo que busca Hepburn Ferrer no es sacar beneficios económicos de la polémica -de ganar el proceso judicial, el dinero iría destinado íntegramente a fines solidarios-, sino "restablecer" su honor. Algo que, según Luna, podría haberse solucionado en la misma mañana de ayer "de una manera fácil y amigable, poniendo las cosas en su sitio".

Porque una de las exigencias con las que Hepburn Ferrer llegaba ayer al acto de conciliación previo a la vía judicial era que María del Mar Villafranca reconociera que utilizó su boda simulada "con fines políticos", cuando en realidad, asegura, era consciente de que aquel 8 de agosto se celebraría una "representación ficticia" de un enlace seguido de un concierto de casi 50 minutos y una cena en el Palacio de los Córdova. Además, Hepburn ya explicó en su día que aunque el "show" contara con todos los elementos de una boda -la novia vestida de blanco, el alcalde, José Torres Hurtado, engalanado con su collar de regidor-, el matrimonio oficial y válido se celebró un mes antes en Gibraltar.

En cualquier caso, el abogado Pablo Luna explicó ayer que, pese al fracaso del acto de conciliación, Hepburn Ferrer está abierto a cualquier acercamiento para tratar de llegar a una solución lo más satisfactoria posible sin acudir a la vía judicial.

El hijo de Audrey Hepburn y su equipo legal no son los únicos que reclaman a Villafranca que pida disculpas por sus acusaciones. El portavoz del equipo de Gobierno y amigo personal de San Hepburn Ferrer, Juan García Montero, consideró que la ex directora de la Alhambra debe "reconocer su error" y pedir disculpas al presidente de honor del Retroback por "perjudicar su imagen en el contexto de una campaña electoral".

García Montero no dudó ayer en asegurar que María del Mar Villafranca utilizó el asunto de la 'no boda' como "una estrategia política" en mitad de las elecciones municipales, aunque por el camino "perjudicara la imagen de alguien que no tiene nada que ver con el gobierno de la ciudad".

El portavoz del equipo de Gobierno y concejal de Cultura apuntó que lo que hizo Hepburn Ferrer fue usar los servicios que puso a disposición la Alhambra tras contratar el alquiler del Palacio, como cualquier otra organización o asociación, por 3.500 euros. García Montero confió en que Villafranca, "después de todo lo que ha vivido en las últimas semanas, reconozca el error y pida disculpas".